lunes, 14 de mayo de 2018

SALOU

"Cuentan que Jaume I zarpó de Salou a la conquista de Mallorca y, cuando la ocupó, expulsó a los corsarios, quienes decidieron ir a Salou de okupas. Durante la estancia de una semana que hemos disfrutado en Salou, no hemos visto ningún corsario, los únicos okupas que lo habitan ahora son los jubilados. Se dice que los corsarios están ahora de okupas en la Moncloa y puede ser cierto, basta reconocer los rostros de los más famosos en las pantallas de televisión, el rostro perverso de su portavoz, el rostro cansino de su capitán, quien cuando le preguntan por la situación de su gobierno, de su país, a veces contesta, a mi plim, yo duermo en mi triclinio.

Las encuestas más recientes dan muestra de la decadencia corsaria en la Moncloa, de la creciente posibilidad de que sean expulsados, por la vía de los votos, de su dominio okupado. Yo no tengo opinión sobre eso, no soy politólogo, así que, después de esta extravagante introducción, me voy a ocupar de la crónica de nuestra feliz estancia en la Costa Dorada, de las visitas a Salou, a Cambrils, a Reus, de la maravilla de sus calas, de su arquitectura modernista, del magnífico espectáculo de música y color contemplado en la fuente de Salou, de los paseos por su magnífico urbanismo, de la visita al Parc Samás, de los lujosos hoteles que hemos habitado o visitado, y también, porqué no, de las delicias del arros negre, de los langostinos y mejillones, de los quesos azules, del gazpacho, o del champan del desayuno del último día, como del trato afable, cortés, profesional, de todo el personal que nos ha atendido.

A nuestro regreso a Heliópolis, al volver a casa desde la estación de autobuses, nos hemos encontrado con la rotonda de la fuente ornamental, completamente ocupada por vehículos de bomberos, policías, ambulancias, un aparato espectacular que nos ha impedido acceder a casa sin dar un rodeo. Una vivienda dos patios a la izquierda del nuestro estaba en llamas, aunque pronto han sido controladas.

Ya al llegar a la ciudad nos ha sorprendido la intensidad del tráfico rodado, por comparación con la paz urbana que hemos disfrutado estos días, faltaba lo del incendio para estimular nuestras ganas de volver a Salou. Cuando ves los telediarios te cuentan que Catalunya es un conflicto permanente. Yo no sé Catalunya, pero Salou, Cambrils, Reus, Costa Dorada, nos ha parecido un paraíso que hemos abandonado sin remedio, pero con deseos de volver a el."

Hoy es un poco tarde, mañana seguiré con la crónica propiamente dicha del viaje.

(continuará)

"Llegamos a Salou el lunes, a la hora de comer. El Hotel, Best San Diego, resultó un alojamiento estupendo, de primer nivel, con su gran salón, su terraza, su piscina y todo lo demás. Elegí arros negre para mi primera comida en el hotel, aunque la última, en la que repetí, el arroz era incluso mejor, pues incluia trocitos de pulpo, calamar y su montoncito de ajo aceite. Por la tarde, después de un breve descanso, nos aventuramos por las calas que están más al norte, Cap Salou y unas cuantas calas y ensenadas de una belleza agreste, con la mar bufando entre las rocas y al fondo, en el horizonte, una línea gris formada por el agua en suspensión que le daba un aire mágico al paisaje.

Al día siguiente, caminamos en dirección Sur, hacia Cambrils, como si fuéramos Alicia en el país de las maravillas, por el camino de baldosas amarillas que los munícipes de Salou han pintado en su vía principal, para hacerla peatonal. Un paseo en el que pudimos contemplar el monumento a Jaume I, las fuentes ornamentales, el prodigio modernista que resultó ser el chalet de Bonet, con su aire gaudiano, el monumento al pescador, el parque de la ciudad, tan céntrico, y tan verde a la vez, la iglesia de Santa maría del Mar y la Masía Catalana, ejemplo de la arquitectura tradicional.

Estoy hecho un pequeño lío respecto al orden en que hicimos las cosas, me pasa siempre, hasta que consigo ordenar cronológicamente nuestras experiencias viajeras, sé que tomamos el tren turístico y recorrimos Salou con él, pero no me pregunten cuando. También tomamos el bus Planas para visitar Cambrils, buscando información para la visita al Parc Samás, que está saliendo hacia Reus. El autobús que lleva al Parc sale de la estación de autobuses de Cambrils. Aunque no fuimos al Parc en esa primera visita a Cambrils, mi mujer disfrutó durante una hora larga de la visita a sus tiendas, mientras yo permanecía sentado en el velador de un café, al final, pensando en llamar al 112 porque no volvía. Finalmente volvió y concluimos juntos nuestra placentera visita a Cambrils, incluida la compra de una mochila nueva para transportar los arreos domésticos.

La visita, al día siguiente, al Parc Samás, fué de lo más placentera. Miles de árboles y palmeras, algunas aves exóticas, una arquitectura en las zonas de agua, con sus formaciones rocosas, sus cascadas de agua, características de por aquí, un parque construido por una familia de indianos que se fueron a las américas, se enriquecieron, trajeron aquí su fortuna y construyeron este lugar que han llamado, un jardín con memoria, que incluye el legado colonial de un marquesado, con unos entornos espectaculares, aunque no le vendría mal añadir un restaurante, porque no hay ningún sitio donde se pueda comer, así que nos fuimos a comer al puerto de Cambrils. Una buena decisión.

Hacía tiempo que no probaba un sepionet a la plancha tan bueno como el que he comido en el puerto,junto a unas gambas a la plancha que no desmerecían, pero lo que más recuerdo de ese momento, es la cerveza deslizándose por mi garganta, pues en el comedor del hotel lo que toca es vino blanco.

La visita a Reus coincidió con una celebración festiva allí, en la que los músicos y otros artistas transitaban sus plazas y calles poniendo una nota de color musical a la mañana dominical. La plaza del Ayuntamiento estaba a rebosar de gente y las terrazas de las cafeterías estaban llenas. Tomamos sendos biter kas y disfrutamos del ambiente festivo, luego visitamos la iglesia donde bautizaron a Gaudí, y donde guardan una reliquia, el corazón del Pintor Fortuny, a quien Pere Gimferrer le dedicó un libro en catalán, del que solo pude entender un tercio de su texto.

Mención aparte merece el espectáculo nocturno que contemplamos en una de las fuentes ornamentales de Salou, la que está en el puerto, junto a las banderas. Mis expectativas de un agua colorida se vieron sobrepasadas por un completo espectáculo visual, con proyecciones de figuras en movimiento sobre la nube de agua, con una técnica, no sé si de láser, holográfica, o qué, realmente espectacular, un evento que no hay que perderse si estás en Salou en viernes, sábado o domingo, a las diez de la noche. Mi mujer grabó un vídeo con su móvil, que incluye la música y las imágenes que vimos, pero no tengo ni idea de como ofrecerlo en esta página, o sea."

Salou, Cambrils, Reus, Costa Dorada, una magnífica opción vacacional, sobre todo en esta dulce época primaveral. Prueben, y si encuentran algo mejor, ustedes mismos.

En fin. Salou.

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 14 05 18.

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