lunes, 28 de octubre de 2019

LA COVA DEL DRAC

"Cuando te haces mayor, a veces pasa que tu memoria comienza a funcionar de otra manera. Olvida las cosas más recientes y rememora, con una fidelidad extraordinaria, experiencias, viajeras o no, de más de medio siglo.

Al volver del Maravas, después del café habitual y de la no lectura del periódico, he vuelto a ver y escuchar, en mi memoria,  el concierto al que asistimos en la cova del drac, en la isla de Mallorca, en nuestro primer viaje a las islas, cuando solo teníamos 23 años.

Ya ven que es cierto que nos emancipábamos pronto, porque ya éramos un matrimonio feliz, aunque con poca experiencia de vida. La página de hoy va de la crónica de aquellos viajes a las islas Baleares, cuyo recuerdo más antiguo fué nuestra estancia en un hotel de C'an Pastilla, cuando aún teníamos pocas habilidades sexuales,  lo que dijo el camarero cuando nos sirvió en la terraza, ¿Son nous?, y  la 'cena americana' que nos sirvieron, llena de colorines --ríanse ustedes del Master Chef de ahora-- y que Encarna ni probó, acostumbrada, como yo, a la cocina doméstica.

En esa primera visita, tan romántica, visitamos en la Tramontana la casa que ocupó Chopin con su amante francesa, compramos las perlas coralinas que se cultivaban en Manacor y, además de bañarnos en C'an pastilla, visitamos el centro histórico de Palma, esa calle llena de palacios que concentró el mayor poder económico de todo el país, hasta el punto de que uno de aquellos ricos financieros y navieros, Juan March, financió tanto a la República como al recientemente desenterrado traidor a los electores españoles de aquel régimen.

Lo que ha prevalecido en mi memoria, entre otras cosas, ha sido aquel magnífico concierto de cuerda en el interior de Les Coves del Drac, una maravilla natural que conocimos por primera vez, aunque en viajes posteriores vivimos otras experiencias, como cuando volvimos a Mallorca, en barco, con amigos, hijos, fugoneta y barca, recorrimos la isla y coincidimos en Es'Cudol con una fragata fondeada frente a nosotros, en la que estaba Suárez, lo supimos después por la prensa, esperando que el cocinero de la playa les llevara la paella.

El tercer viaje, a Magaluf, fué en avión, y a la vuelta, me asusté tanto por la evidente inexperiencia del piloto que ya no he vuelto a volar, salvo a Amsterdam y eso, si he podido evitarlo.

Otra experiencia que conservo fresca en mis recuerdos es nuestro primer viaje a Ibiza, en plena época hippie, con un ambiente extraordinario en el barrio de Sa Penya, y aquellas despedidas en el viejo puerto donde los que  iban a bordo, cogían el extremo de un rollo de papel higiénico de color, quienes les despedían tomaban el rollo y al separarse el barco del muelle, los papeles de colores creaban una imágen mágica.

Conclusión, el uso de papel higiénico en actos públicos no se ha inventado ahora en Catalunya, los hippies de Ibiza lo practicaban ya hace más de cincuenta años."

Un saludo cibernauta.

En fin. La Cova del Drac.

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 28 10 19.

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