"El número de páginas leídas, acumuladas, ha superado hoy las 186.000 y en el último mes han sido más de mil usuarios, de cuatro continentes, los que han pasado por aquí, lo que parece indicar que las redes sociales son
un medio de comunicación omnipresente en la vida de mucha gente, hasta aquí, todo normal, propio de la época que vivimos.
Lo que se me antoja un poco raro es que anoche, mientras me distraía con el Hormiguero, en Antena 3, apareció una hermosa jóven, algo tontuna, que presenta al público sus infantiles manualidades y en este caso, una de ellas, me llamó la atención. La hermosa jóven dispuso un par de libros gordos sobre una mesa, los ató, y luego insertó entre ellos un juego de cuchillos de cocina.
La cosa no me habría llamado la atención, de no ser porque, antes de eso, yo había publicado en el blog una página,
Poemario (1), en la que aparecia la expresión 'Y libros y cuchillos'. Me parece evidente que la colaboradora de el Hormiguero se inspiró para su tontuna en la mía, pero, en fin, eso es lo que pasa en las redes sociales.
Por otra parte, la afluencia de usuarios a mis textos de este mes, me parece vinculada a los asuntos que he tratado,
algo futuristas, sobre la pospandemia, y, quiero creer, que también a la afición a la poesía hiperrealista de la que es una muestra la página Poemario (1)
Y hasta aquí mis tonterías de hoy que tienen su orígen, creo, en una mala digestión del Tiramisú que tomé esta mañana."
Un saludo cibernauta.
En fin. 186.000
LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 29 05 20.
viernes, 29 de mayo de 2020
miércoles, 27 de mayo de 2020
PAISAJES URBANOS, LA POSPANDEMIA
"Un año después de la crisis del gobierno federal que no terminó su legislatura, y luego de un gran debate sobre el desastre presupuestario que había provocado la pandemia, se aprobó, mediante referendo interfederal,
una enmienda a la constitución comunitaria mediante la cual, en el futuro, la dotación de los presupuestos anuales del Estado a cada servicio burocrático se haría en base al número de ciudadanos a los que atendiera, multiplicado por la edad de cada ciudadano y se fijó la retribución de cada servicio como un porcentaje residual del monto de dicho presupuesto,lo que implica que solo podrían mantener sus poderes y prebendas manteniendo con vida el mayor número
posible de ciudadanos y durante el máximo de tiempo.
Desde entonces, algo muy raro está ocurriendo, ya que, si bien los servicios del Estado afinan micrométricamente en las técnicas para mejorar el bienestar físico y psíquico de sus clientes presupuestarios y proliferan como hongos los supervisores, asistentes, especialistas, gerontólogos, animadores sociales, acompañantes, cuidadores, visitadores, consejeros y demás ralea, la tasa de suicidios no deja de aumentar vertiginosamente y amenaza con dejar en la ruína a más de un servicio público por falta de financiación y vacío algún que otro distrito por falta de población.
Es probable que la teoría que elaboré hace medio siglo explique en parte lo que está ocurriendo, aunque, eso, tendrán que decirlo los científicos sociales y yo no soy uno de ellos.
Lo que parece evidente es que la felicidad, en el supuesto de que exista, cuando es impuesta y dirigida y no buscada, querida o elegida por uno mismo, se convierte en una carga todavía más pesada que la infelicidad o la desgracia."
Y hasta aquí llego, hoy, en mis fantasías sobre la pospandemia.
Un saludo, cordial, cibernauta.
En fin. Paisajes Urbanos, la pospandemia.
LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 27 05 20.
Desde entonces, algo muy raro está ocurriendo, ya que, si bien los servicios del Estado afinan micrométricamente en las técnicas para mejorar el bienestar físico y psíquico de sus clientes presupuestarios y proliferan como hongos los supervisores, asistentes, especialistas, gerontólogos, animadores sociales, acompañantes, cuidadores, visitadores, consejeros y demás ralea, la tasa de suicidios no deja de aumentar vertiginosamente y amenaza con dejar en la ruína a más de un servicio público por falta de financiación y vacío algún que otro distrito por falta de población.
Es probable que la teoría que elaboré hace medio siglo explique en parte lo que está ocurriendo, aunque, eso, tendrán que decirlo los científicos sociales y yo no soy uno de ellos.
Lo que parece evidente es que la felicidad, en el supuesto de que exista, cuando es impuesta y dirigida y no buscada, querida o elegida por uno mismo, se convierte en una carga todavía más pesada que la infelicidad o la desgracia."
Y hasta aquí llego, hoy, en mis fantasías sobre la pospandemia.
Un saludo, cordial, cibernauta.
En fin. Paisajes Urbanos, la pospandemia.
LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 27 05 20.
lunes, 25 de mayo de 2020
PAISAJES URBANOS (4)
"El distrito en el que vivo, Vids, no es de los peores de la ciudad, abundan las zonas ajardinadas y son numerosos los bancos orientados al Este donde la población residente toma el sol plácidamente durante 1415 horas al año, si bien, no durante muchos años, dada la elevada longevidad media de los residentes y una tasa de suicidios que alcanza
el veinte por ciento entre los mayores de ochenta años.
Los servicios personalizados de asistencia especial recomiendan no rebasar las 1400 horas de sol para las personas con piel sana, las que tienen problemas dermatológicos, un ochenta por ciento, deben acudir una vez al mes a su programador de exposición solar, quién, a la vista de su estado general, les señala su planificación obligatoria para el mes siguiente, de forma rigurosamente individual.
Cualquier residente dispone de acceso a los equipos de tratamiento de textos integrados para su utilización personal, con la sola contraprestación de la realización de trabajos periodísticos no retribuídos con destino al periódico de su distrito. El único inconveniente es que el vocabulario normalizado disponible en el banco de datos del procesador ha sido previamente seleccionado por los especialistas en gerolinguística, eliminanado aquellos vocablos que, usados de manera irresponsable o inadecuada, pudieran desencadenar en los usuarios una descarga de adrenalina no deseable para su equlibrio emocional, lo que pondría en peligro la supervivencia de la población y sería nefasto para la numerosa burocracia que depende literalmente de ella.
Excepcionalmente, gracias a una relación de mas de veinte años con mi controlador emocional especializado en irrecuperables, en su día conseguí que me permitieran conservar entre mis enseres personales una vieja Olivetti Lettera 35, del último tercio del siglo pasado y una provisión de papel Galgo, ya desaparecido, suficiente para la escasa vida que me queda. Seguramente influyó en el ánimo de los inspectores de inventarios de objetos personales que tomaron la decisión, el hecho de que mi miopía estaba tan próxima a la ceguera que estimaron que jamás llegaría a utilizarla, pero gracias al programa 2025 de inserción de prótesis biológicas oculares aplicado de forma experimental a una minoría escogida de residentes, puedo hoy expresarme con un medio del pasado siglo y sin mas limitaciones de vocabulario que las mías propias.
A estas alturas, si alguien me está leyendo desde cualquier tiempo y lugar, ya se habrá percatado de que la sociedad pospandémica desde la que escribo, es una sociedad con un alto grado de control social, poblada mayoritariamente por ancianos y con burocracias muy diversificadas y tecnificadas y un Estado omnipresente.
Si, por casualidad, conoce la literatura del siglo XX, le sonará haber leído algo así en libros de ciencia ficción y en cantidades ingentes de estudios y artículos pseudo científicos que trataban de extrapolar la sociedad de entonces, en general de manera desafortunada y con tintes pesimistas, como hemos podido comprobar quienes hemos sobrevivido a sus autores.
Casi todas aquellas historias, están hoy llenas de polvo y olvidadas, excepto las del maestro Bradbury y mi admirado Asimov, 'Y cuando vuelvan los eternos fríos, ya nada será tierra, todo será glaciar, en el helado silencio, se escucharán, lejanas , Armoniosas Campanas, de Asimov'.
Espero que les haya gustado mi extrapolación al tiempo pospandémico, si no es el caso, pueden pedirme otra versón, digamos, mas realista, vía comentarios.
Un saludo cibernauta, falsamente futurista.
·En fin. Paisajes Urbanos (4)
LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 25 05 20.
Los servicios personalizados de asistencia especial recomiendan no rebasar las 1400 horas de sol para las personas con piel sana, las que tienen problemas dermatológicos, un ochenta por ciento, deben acudir una vez al mes a su programador de exposición solar, quién, a la vista de su estado general, les señala su planificación obligatoria para el mes siguiente, de forma rigurosamente individual.
Cualquier residente dispone de acceso a los equipos de tratamiento de textos integrados para su utilización personal, con la sola contraprestación de la realización de trabajos periodísticos no retribuídos con destino al periódico de su distrito. El único inconveniente es que el vocabulario normalizado disponible en el banco de datos del procesador ha sido previamente seleccionado por los especialistas en gerolinguística, eliminanado aquellos vocablos que, usados de manera irresponsable o inadecuada, pudieran desencadenar en los usuarios una descarga de adrenalina no deseable para su equlibrio emocional, lo que pondría en peligro la supervivencia de la población y sería nefasto para la numerosa burocracia que depende literalmente de ella.
Excepcionalmente, gracias a una relación de mas de veinte años con mi controlador emocional especializado en irrecuperables, en su día conseguí que me permitieran conservar entre mis enseres personales una vieja Olivetti Lettera 35, del último tercio del siglo pasado y una provisión de papel Galgo, ya desaparecido, suficiente para la escasa vida que me queda. Seguramente influyó en el ánimo de los inspectores de inventarios de objetos personales que tomaron la decisión, el hecho de que mi miopía estaba tan próxima a la ceguera que estimaron que jamás llegaría a utilizarla, pero gracias al programa 2025 de inserción de prótesis biológicas oculares aplicado de forma experimental a una minoría escogida de residentes, puedo hoy expresarme con un medio del pasado siglo y sin mas limitaciones de vocabulario que las mías propias.
A estas alturas, si alguien me está leyendo desde cualquier tiempo y lugar, ya se habrá percatado de que la sociedad pospandémica desde la que escribo, es una sociedad con un alto grado de control social, poblada mayoritariamente por ancianos y con burocracias muy diversificadas y tecnificadas y un Estado omnipresente.
Si, por casualidad, conoce la literatura del siglo XX, le sonará haber leído algo así en libros de ciencia ficción y en cantidades ingentes de estudios y artículos pseudo científicos que trataban de extrapolar la sociedad de entonces, en general de manera desafortunada y con tintes pesimistas, como hemos podido comprobar quienes hemos sobrevivido a sus autores.
Casi todas aquellas historias, están hoy llenas de polvo y olvidadas, excepto las del maestro Bradbury y mi admirado Asimov, 'Y cuando vuelvan los eternos fríos, ya nada será tierra, todo será glaciar, en el helado silencio, se escucharán, lejanas , Armoniosas Campanas, de Asimov'.
Espero que les haya gustado mi extrapolación al tiempo pospandémico, si no es el caso, pueden pedirme otra versón, digamos, mas realista, vía comentarios.
Un saludo cibernauta, falsamente futurista.
·En fin. Paisajes Urbanos (4)
LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 25 05 20.
domingo, 24 de mayo de 2020
PAISAJES URBANOS (3)
....."Pasamos a otra estancia que se conserva como la dispuso José Benlliure, con chimenea y muebles italianos, donde, además de diversas obras pictóricas de la familia, hay un pequeño Segrelles de 1.928 y un interesante boceto en barro cocido de Mariano Benlliure, una vitrina que contiene una edición ilustrada por J. Benlliure de 'La Vida de San Francisco de Asís', cuyos originales están en el monasterio franciscano de Santo Espíritu.
A continuación, lo que fuera gabinete de estar de la vivienda de los Benlliure ofrece el típico ambiente burgués de principios de siglo, repleto de retratos famailiares, condecoraciones y otros objetos, de los que llama la atención, por lo curioso, una bandeja de loza de confitería, con la inscripción "devuélvase" que, evidentemente, no se devolvió.
La luz crepuscular incide sobre el mármol del surtidor central cuando salimos al jardín. En un muro hay un retablo de azulejos con la efigie del Rey de Francia y la inscripción 'San Luís, Rey de Francia, Tercero de San Francisco'.
Pregunto al guía por el significado de esa expresión y me da una respuesta iluminadora --Eso, Tercero de San Francisco. Insisto y repite la respuesta. Al fín, caigo en la cuenta, miembro de la órden tercera de los franciscanos. Al parecer, las relaciones de J. Benlliure con los franciscanos fueron estrechas, un indicic de ello es su trabajo ilustrando la biografía de Francisco de Asís.
Por otra parte, existe en la casa el retrato de un eclesiástico, familiar suyo, a quien pintó con vestiduras de cardenal, para consolarle del hecho de que por su edad y estatus alcanzado en la jerarquía eclesiástica era muy remota la probabilidad de que alcanzara el purpurado.
En el fondo del jardín, en su ángulo izquierdo, hay una cocina paellera de estilo valenciano y los británicos que nos acompañan se sorprenden de que su finalidad sea solo guisar paellas. "
Y esto es todo sobre paisajes, mis conversaciones en el parque con los mirlos, palomas y tórtolas, no me han dejado hueco para más.
Un saludo cibernauta, optimista, ya estamos empezando a vencer al virus cabrón.
En fin. Paisajes Urbanos (3)
LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 24 05 20.
A continuación, lo que fuera gabinete de estar de la vivienda de los Benlliure ofrece el típico ambiente burgués de principios de siglo, repleto de retratos famailiares, condecoraciones y otros objetos, de los que llama la atención, por lo curioso, una bandeja de loza de confitería, con la inscripción "devuélvase" que, evidentemente, no se devolvió.
La luz crepuscular incide sobre el mármol del surtidor central cuando salimos al jardín. En un muro hay un retablo de azulejos con la efigie del Rey de Francia y la inscripción 'San Luís, Rey de Francia, Tercero de San Francisco'.
Pregunto al guía por el significado de esa expresión y me da una respuesta iluminadora --Eso, Tercero de San Francisco. Insisto y repite la respuesta. Al fín, caigo en la cuenta, miembro de la órden tercera de los franciscanos. Al parecer, las relaciones de J. Benlliure con los franciscanos fueron estrechas, un indicic de ello es su trabajo ilustrando la biografía de Francisco de Asís.
Por otra parte, existe en la casa el retrato de un eclesiástico, familiar suyo, a quien pintó con vestiduras de cardenal, para consolarle del hecho de que por su edad y estatus alcanzado en la jerarquía eclesiástica era muy remota la probabilidad de que alcanzara el purpurado.
En el fondo del jardín, en su ángulo izquierdo, hay una cocina paellera de estilo valenciano y los británicos que nos acompañan se sorprenden de que su finalidad sea solo guisar paellas. "
Y esto es todo sobre paisajes, mis conversaciones en el parque con los mirlos, palomas y tórtolas, no me han dejado hueco para más.
Un saludo cibernauta, optimista, ya estamos empezando a vencer al virus cabrón.
En fin. Paisajes Urbanos (3)
LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 24 05 20.
sábado, 23 de mayo de 2020
PAISAJES URBANOS (2)
....."Al abandonar el sótano los restos de varias jeringuillas usadas se esparcen por el suelo, alrededor
de un grupo de yonquis que me miran sin verme, con una mirada nebulosa y vidriada, lejana y próxima, desesperada e implorante, rebelde y sumisa, circundada de sombras. Todo es desolación en las cuencas de sus ojos, quizás pronto vacías, de esos ojos que miran a un futuro improbable.
Subo a la superficie, como el que emerge de una amaarga oscuridad y respiro con fuerza y deleite el aire que circula por los patios abiertos que enlazan las diferentes galerías comerciales. Después de comprar, apresuradamente, unas porciones de queso de Idiazabal y Chamoise D'or, salgo del recinto, cruzo el puente, y me dirijo a la calle Blanquerías.
Después de un corto paseo junto a lo que parece un convento, se alza la fachada de la casa de los Benlliure, una mas entre las que constituían las viviendas de las familias medianamente adineradas en el siglo XIX. En el interior de la casa Museo, un conserje obsequioso y ligeramente achispado se dispone a acompañar la visita al lugar, junto a dos turistas ingleses, que el insiste en decir que son americanos.
En el vestíbulo, los ojos de una mujer oriental y las fantasías venecianas de estilo impresionista, recuerdan la fascinación por lo oriental y lo exótico de Mariá Fortuny. En el zagüan, la cerámica del XVIII y XIX, las acuarelas de Peppino y los cuadros de pequeño formato de José, los 'americanos' comienzan a dar muestras de una cierta confusión para identificar quien es hijo de quien en la saga Benlliure, a pesar de los pintorescos esfuerzos del conserje que chapurrea una erudita incursión en el árbol genealógico de los Benlliure, sin demasiado éxito.
La inicial confusión se convierte en desorientación declarada al entrar en el comedor, donde se acumula la relación de parentesco entre los retratados y mis colegas en la visita entran en una melopea total sobre padres, hijos/hijas, hermanos y cuñadas, que se resuelve finalmente al desplazar su atención hacia una curiosísima estufa alemana en cerámica vidriada, de color verde, el mobiliario italiano y la mesa ovalada vienesa que decoran el conjunto.
Un apunte del Zoco de Tánger remite de nuevo al pintor Fortuny. Es probable que el viaje de José Benlliure al Norte de Africa dejara una huella profunda en su sensibilidad y ejerciera una influencia duradera en parte de su obra posterior. En la sala siguiente se exponen obras, principalmente, de José y Peppino. En 'La Tartana de Pescadores' de gran formato, es evidente la influencia de Sorolla, pero está lejos de alcanzar las calidades luminosas y cromáticas del autor de 'La Pesca de los Atunes'.
Es interesante la representación del salón columnario de la Lonja, y el apunte de Sierra Nevada, de Muñóz Degraín, es un delicioso aperitivo de los cuadros de gran formato que este genial impresionista ofrece en el museo de San Pío V."
(Lo dejo, oigo a mi hijo Jordi, que acaba de llegar. Viene a recoger unos papeles que necesita para regularizar su situación de parado temporal)
Un saludo cibernuta, dedicado a los amantes del arte.
En fin. Paisajes Urbanos (2)
LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 23 05 20.
Subo a la superficie, como el que emerge de una amaarga oscuridad y respiro con fuerza y deleite el aire que circula por los patios abiertos que enlazan las diferentes galerías comerciales. Después de comprar, apresuradamente, unas porciones de queso de Idiazabal y Chamoise D'or, salgo del recinto, cruzo el puente, y me dirijo a la calle Blanquerías.
Después de un corto paseo junto a lo que parece un convento, se alza la fachada de la casa de los Benlliure, una mas entre las que constituían las viviendas de las familias medianamente adineradas en el siglo XIX. En el interior de la casa Museo, un conserje obsequioso y ligeramente achispado se dispone a acompañar la visita al lugar, junto a dos turistas ingleses, que el insiste en decir que son americanos.
En el vestíbulo, los ojos de una mujer oriental y las fantasías venecianas de estilo impresionista, recuerdan la fascinación por lo oriental y lo exótico de Mariá Fortuny. En el zagüan, la cerámica del XVIII y XIX, las acuarelas de Peppino y los cuadros de pequeño formato de José, los 'americanos' comienzan a dar muestras de una cierta confusión para identificar quien es hijo de quien en la saga Benlliure, a pesar de los pintorescos esfuerzos del conserje que chapurrea una erudita incursión en el árbol genealógico de los Benlliure, sin demasiado éxito.
La inicial confusión se convierte en desorientación declarada al entrar en el comedor, donde se acumula la relación de parentesco entre los retratados y mis colegas en la visita entran en una melopea total sobre padres, hijos/hijas, hermanos y cuñadas, que se resuelve finalmente al desplazar su atención hacia una curiosísima estufa alemana en cerámica vidriada, de color verde, el mobiliario italiano y la mesa ovalada vienesa que decoran el conjunto.
Un apunte del Zoco de Tánger remite de nuevo al pintor Fortuny. Es probable que el viaje de José Benlliure al Norte de Africa dejara una huella profunda en su sensibilidad y ejerciera una influencia duradera en parte de su obra posterior. En la sala siguiente se exponen obras, principalmente, de José y Peppino. En 'La Tartana de Pescadores' de gran formato, es evidente la influencia de Sorolla, pero está lejos de alcanzar las calidades luminosas y cromáticas del autor de 'La Pesca de los Atunes'.
Es interesante la representación del salón columnario de la Lonja, y el apunte de Sierra Nevada, de Muñóz Degraín, es un delicioso aperitivo de los cuadros de gran formato que este genial impresionista ofrece en el museo de San Pío V."
(Lo dejo, oigo a mi hijo Jordi, que acaba de llegar. Viene a recoger unos papeles que necesita para regularizar su situación de parado temporal)
Un saludo cibernuta, dedicado a los amantes del arte.
En fin. Paisajes Urbanos (2)
LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 23 05 20.
jueves, 21 de mayo de 2020
PAISAJES URBANOS (1)
"El silbido de aviso agrede mi delicado oído derecho (el izquierdo hace años que es inmune a cualquier agresión acústica)
y las puertas del vagón se cierran ante mis narices con un chasquido seco. Acabo de perder el Metro, lo que me permite
deambular por la flamante estación durante diez minutos, en espera del próximo servicio.
Es una estación atípica, lo reciente de su puesta en servicio hace que la superficie de sus paredes todavía sin grafitis ni desconchados parezca la piel de un bebé. Como es de rigor, las escaleras mecánicas no funcionan. Siempre me ha intrigado el hecho de que se instalen esos artilugios en los lugares públicos y que, invariablemente, no funcionen, pero ello me permite trepar por la escalera de bajada por el puro placer de la transgresión impune.
(Continuará, lo dejo, es un poco tarde, mañana seguiré, o no)
....Desde mi atalaya observo la patética soledad de los escasos viajeros que esperan en el andén, unos pasean nerviosamente con evidente desasosiego mientras que otros muestran una actitud de espera tranquila y resignada y alguno posa su mirada, alternativamente, en un anuncio de Winston y en la estilizada figura de una bella mujer morena vestida con chaquetilla de torero y medias negras, pegada sobre el vidrio de una cabina telefónica.
El chirrido de los frenos anuncia la llegada del próximo tren que surge trepidante de la oscura boca del túnel y, después de un breve trayecto, me deja en la estación próxima a un centro comercial que no conocía anteriormente. Después de unas cuantas vueltas por el interior del Centro llego a la conclusión de que es un espacio arquitectónico maravillosamente construído para que la gente compre, pero con un efecto laberíntico perverso, que hace que uno se pierda sin remedio, ya que, al encontrarse idénticas tiendas en diferentes plantas, las referencias de orientación solo sirven para desorientar al neófito.
Mis intestinos se ponen en marcha debido al intenso ejercicio realizado subiendo y bajando escaleras y recorriendo plantas y cuando intento alcanzar los servicios compruebo con desesperación que me he perdido de nuevo.
En la búsqueda compulsiva de mi tabla circular de salvación, mi imaginación evoca los felices iempos en que los humanos defecaban en el momento y lugar que les pedía el cuerpo. Por fin, un letrero con grandes letras pintadas de amarillo sobre fondo negro me produce en el cerebro un estallido evocador de placeres inmediatos, mi vejiga se agita, alegre y esperanzada, intuyendo la inediatez de la orgía escatológica."
(Continuará. Falta transcribir algo más de otra página, pensé hacerlo ya, pero me entra la galvana)
Un saludo cibernauta, un poco vaguete.
En fin. Paisajes Urbanos (1)
LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 22 05 20.
Es una estación atípica, lo reciente de su puesta en servicio hace que la superficie de sus paredes todavía sin grafitis ni desconchados parezca la piel de un bebé. Como es de rigor, las escaleras mecánicas no funcionan. Siempre me ha intrigado el hecho de que se instalen esos artilugios en los lugares públicos y que, invariablemente, no funcionen, pero ello me permite trepar por la escalera de bajada por el puro placer de la transgresión impune.
(Continuará, lo dejo, es un poco tarde, mañana seguiré, o no)
....Desde mi atalaya observo la patética soledad de los escasos viajeros que esperan en el andén, unos pasean nerviosamente con evidente desasosiego mientras que otros muestran una actitud de espera tranquila y resignada y alguno posa su mirada, alternativamente, en un anuncio de Winston y en la estilizada figura de una bella mujer morena vestida con chaquetilla de torero y medias negras, pegada sobre el vidrio de una cabina telefónica.
El chirrido de los frenos anuncia la llegada del próximo tren que surge trepidante de la oscura boca del túnel y, después de un breve trayecto, me deja en la estación próxima a un centro comercial que no conocía anteriormente. Después de unas cuantas vueltas por el interior del Centro llego a la conclusión de que es un espacio arquitectónico maravillosamente construído para que la gente compre, pero con un efecto laberíntico perverso, que hace que uno se pierda sin remedio, ya que, al encontrarse idénticas tiendas en diferentes plantas, las referencias de orientación solo sirven para desorientar al neófito.
Mis intestinos se ponen en marcha debido al intenso ejercicio realizado subiendo y bajando escaleras y recorriendo plantas y cuando intento alcanzar los servicios compruebo con desesperación que me he perdido de nuevo.
En la búsqueda compulsiva de mi tabla circular de salvación, mi imaginación evoca los felices iempos en que los humanos defecaban en el momento y lugar que les pedía el cuerpo. Por fin, un letrero con grandes letras pintadas de amarillo sobre fondo negro me produce en el cerebro un estallido evocador de placeres inmediatos, mi vejiga se agita, alegre y esperanzada, intuyendo la inediatez de la orgía escatológica."
(Continuará. Falta transcribir algo más de otra página, pensé hacerlo ya, pero me entra la galvana)
Un saludo cibernauta, un poco vaguete.
En fin. Paisajes Urbanos (1)
LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 22 05 20.
POEMARIO (1)
"Breves gotas de tiempo/resbalan por mis ojos/Luces y sombras móviles/que vuelan sin cesar.
Anuncian, implacables/ un futuro sin luz/circundado de sombras/ de borrosos perfiles.
Quedarán los olores/ el frío en la piel/ quedarán los sabores/ el calor del verano. No habrá luces ni sombras/ huirán los colores/ solo las estaciones/ la humedad, el relente/ el frío, la caIima.
El olor de tu piel/ y las pasiones táctiles/el sabor de tus labios/ y mi andar descuidado. Entre bastones, perros/paredes y pasillos/ esquinas y farolas, lámparas apagadas/ y libros y cuchillos.
Abre la primavera sus ventanas/ la luz se demora, tardía, en el crepúsculo. el oxígeno crece/ en la caverna plúmbea. Oscura de alquitranes.
Suena el arpa de hierba de Capote/ y un loco con capote a lo Walt Whitman/declama a voz en grito en el jardín.
Ebrio de los aromas de las flores/borracho de quimeras y de soles. El loco exclama, en tono exacerbado/yo soy la vida, dejé la noche oscura/ de la vulgar vigilia, de la mendaz cordura.
Y ahora soy inmortal/ investido de soles/Inalcanzable, para la mayoría gris/ que pasta,muy sumisa, en el jardín.
Puedo escuchar la música interior/ de las herbáceas/ puedo oler los colores de las buganvillas/ver en la noche a través del oscuro jardín/ enamorarme de la pérgola de rosas amarillas/bajo el manto protector de mi falsa cordura."
De mis viejos papeles, sin fecha, sin cordura.
En fin. Poemario (1)
Un saludo cibernauta, en particular, a los poetas muertos.
LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 21 05 20.
Quedarán los olores/ el frío en la piel/ quedarán los sabores/ el calor del verano. No habrá luces ni sombras/ huirán los colores/ solo las estaciones/ la humedad, el relente/ el frío, la caIima.
El olor de tu piel/ y las pasiones táctiles/el sabor de tus labios/ y mi andar descuidado. Entre bastones, perros/paredes y pasillos/ esquinas y farolas, lámparas apagadas/ y libros y cuchillos.
Abre la primavera sus ventanas/ la luz se demora, tardía, en el crepúsculo. el oxígeno crece/ en la caverna plúmbea. Oscura de alquitranes.
Suena el arpa de hierba de Capote/ y un loco con capote a lo Walt Whitman/declama a voz en grito en el jardín.
Ebrio de los aromas de las flores/borracho de quimeras y de soles. El loco exclama, en tono exacerbado/yo soy la vida, dejé la noche oscura/ de la vulgar vigilia, de la mendaz cordura.
Y ahora soy inmortal/ investido de soles/Inalcanzable, para la mayoría gris/ que pasta,muy sumisa, en el jardín.
Puedo escuchar la música interior/ de las herbáceas/ puedo oler los colores de las buganvillas/ver en la noche a través del oscuro jardín/ enamorarme de la pérgola de rosas amarillas/bajo el manto protector de mi falsa cordura."
De mis viejos papeles, sin fecha, sin cordura.
En fin. Poemario (1)
Un saludo cibernauta, en particular, a los poetas muertos.
LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 21 05 20.
domingo, 17 de mayo de 2020
LOS SETOS CRECEN LIBRES
"En el parque cercano al lugar dondo vivo, poblado por numerosas y robustas acacias, además de numerosas
especies vegetales y animales, los setos, liberados de la intervención humana, crecen con sus hojas resistentes de un verde brillante hasta alturas que superan los dos metros, mientras por el suelo pululan los mirlos, las palomas y las
tórtolas, cerca de nuestros pies, como si hubieran perdido el sentido de la precaución que antes les inspiraba la presencia humana.
Lo que intento expresar es que las relaciones entre especies vegetales, animales y humanas, han experimentado un cambio radical en la situación excepcional por la que atravesamos todos. El abandono de las calles, plazas y jardines por buena parte de los humanos está en la raíz de estos nuevos comportamientos, que no siempre observamos por nuestra mirada antropocéntrica sobre lo que nos pasa.
Los setos crecen libres de la intervención humana, lo mismo que las aves se comportan de modo distinto ante nuestra presencia, por la disminución de la densidad de lo humano en su hábitat. Ante la intervención masiva en las distintas emisoras de televisión de epidemiólogos y especialistas sanitarios, echo en falta la presencia de zoólogos y conocedores de la naturaleza vegetal para que nos expliquen los efectos positivos de la pandemia en los seres de otras categorias que nos acompañan desde el principio de los tiempos y ahora parecen tan sorprendidos como nosotros de lo que parece un cambio de era.
Ignoro lo que sucederá cuando pasemos de la fase cero a la uno, si animales y plantas volverán a su fase anterior, o si, acostumbrados a un grado mayor de libertad, se manifestarán en contra de nuestra presencia masiva en su hábitat, si nombrarán alguna cotorra para que les represente como parte interesada en la desescalada ante la dudosa autoridad de la señora Ayuso, o adoptaran una actitud conformista, regresando a las copas de los árboles, en unos casos, sometiéndose a talas salvajes, en otros, cualquiera sabe lo que les va a pasar, si no sabemos bien lo que nos va a pasar a nosotros.
No hagan el menor caso de estas chorradas. Esta mañana hemos ido al parque cercano a casa y la extraordinaria belleza de los setos en estado salvaje ha metido en mi mente esta frase: 'Los setos crecen libres' y escribo esta página solo para liberarme de esa obsesión."
En fin. Los setos crecen libres. Un saludo cibernauta, zoólogo y eso.
LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 17 05 20
Lo que intento expresar es que las relaciones entre especies vegetales, animales y humanas, han experimentado un cambio radical en la situación excepcional por la que atravesamos todos. El abandono de las calles, plazas y jardines por buena parte de los humanos está en la raíz de estos nuevos comportamientos, que no siempre observamos por nuestra mirada antropocéntrica sobre lo que nos pasa.
Los setos crecen libres de la intervención humana, lo mismo que las aves se comportan de modo distinto ante nuestra presencia, por la disminución de la densidad de lo humano en su hábitat. Ante la intervención masiva en las distintas emisoras de televisión de epidemiólogos y especialistas sanitarios, echo en falta la presencia de zoólogos y conocedores de la naturaleza vegetal para que nos expliquen los efectos positivos de la pandemia en los seres de otras categorias que nos acompañan desde el principio de los tiempos y ahora parecen tan sorprendidos como nosotros de lo que parece un cambio de era.
Ignoro lo que sucederá cuando pasemos de la fase cero a la uno, si animales y plantas volverán a su fase anterior, o si, acostumbrados a un grado mayor de libertad, se manifestarán en contra de nuestra presencia masiva en su hábitat, si nombrarán alguna cotorra para que les represente como parte interesada en la desescalada ante la dudosa autoridad de la señora Ayuso, o adoptaran una actitud conformista, regresando a las copas de los árboles, en unos casos, sometiéndose a talas salvajes, en otros, cualquiera sabe lo que les va a pasar, si no sabemos bien lo que nos va a pasar a nosotros.
No hagan el menor caso de estas chorradas. Esta mañana hemos ido al parque cercano a casa y la extraordinaria belleza de los setos en estado salvaje ha metido en mi mente esta frase: 'Los setos crecen libres' y escribo esta página solo para liberarme de esa obsesión."
En fin. Los setos crecen libres. Un saludo cibernauta, zoólogo y eso.
LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 17 05 20
miércoles, 13 de mayo de 2020
EL CIEGO
"El rumor del tráfico urbano fue convirtiéndose a medida que amanecía en un sordo estrépito para culminar en un magma sonoro de bocinazos, frenos chirriantes y rodadura de neumáticos sobre el asfalto.
Así se despertaba Jean todos los días, sin necesidad de percibir la luz exterior, sus oídos le aproximaban al nuevo día de modo gradual con la misma cadencia de la visión descriptiva que trata de recrear el amanecer en algún paisaje hermoso y remoto. Al levantarse, Jean no encendía la luz, por no despertar a su familia que todavía dormía. A tientas, se movía silenciosamente por el pasillo, doblaba a la izquierda y entraba en el cuarto de baño, donde orinaba sentado para no perturbar a nadie con sonidos excesivos.
La práctica cotidiana le permitía calentarse el café en la cocina sin encender el tubo fluorescente. Una mañana tomó conciencia de que, en realidad, no necesitaba abrir los párpados para realizar los gestos y tareas cotidianas y decidió salir a la calle con los ojos cerrados por ver si podía prolongar su experiencia de invidente voluntario más allá del dominio doméstico.
Para su sorpresa, la riqueza acústica de las calles y aceras ciudadanas le suministró información suficiente para tomar sus decisiones de viandante invidente con un grado de acierto suficiente para permitirle sobrevivir en medio de las agresiones urbanas cotidianas. Al llegar a su trabajo comprobó que el reloj de fichar y el teclado del ordenador estaban tan deformados por la presión de sus dedos que se acoplaba perfectamente a ellos sin utilizar sus ojos.
Jean era un hombre minucioso y con un espíritu curioso, por ello, no se conformó con la experiencia de un solo día y decidió repetir la prueba una y otra vez hasta convencerse de que podía prescindir del sentido de la vista, sin merma de su capacidad para realizar las tareas cotidianas.
Se acostumbró a adivinar los rostros cuando 'veía' la televisión en su casa, a reconocer a sus actores preferidos a través de la voz. Observó, también, una mayor intensidad de las relaciones táctiles con su pareja. Asumió, en fin, su condición de invidente voluntario con convicción.
Así pasaron días, meses, incluso años, sin que sintiera la necesidad de abrir los párpados. Incluso desarrolló un sexto sentido, del que había oído hablar en su época de vidente. Una primavera, sin embargo, el calor del sol fué algo más intenso y el perfume de una mujer que pasó por su lado le estimuló de nuevo los deseos de contemplar la vida visualmente. Intentó abrir los ojos, sin conseguirlo. Sus párpados, firmemente soldados por años de inacción, se negaron a obedecerle. Trató de abrirlos de nuevo, poniendo la mayor concentración mental de la que fue capaz en el intento, pero fué inútil.
Entonces tomó conciencia de lo que le ocurría y gritó, con toda la fuerza de sus pulmones, 'Ayuda...soy ciego'. El eco de su grito recorrió todos los rincones, las rocas y los paisajes grandiosos y remotos, cuyos amaneceres le habían inspirado la idea de la ceguera experimental."
Relato escrito en enero de 1994, según mis viejos papeles.
En fin. El ciego.
Un saludo cibernauta.
LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 13 05 20
Así se despertaba Jean todos los días, sin necesidad de percibir la luz exterior, sus oídos le aproximaban al nuevo día de modo gradual con la misma cadencia de la visión descriptiva que trata de recrear el amanecer en algún paisaje hermoso y remoto. Al levantarse, Jean no encendía la luz, por no despertar a su familia que todavía dormía. A tientas, se movía silenciosamente por el pasillo, doblaba a la izquierda y entraba en el cuarto de baño, donde orinaba sentado para no perturbar a nadie con sonidos excesivos.
La práctica cotidiana le permitía calentarse el café en la cocina sin encender el tubo fluorescente. Una mañana tomó conciencia de que, en realidad, no necesitaba abrir los párpados para realizar los gestos y tareas cotidianas y decidió salir a la calle con los ojos cerrados por ver si podía prolongar su experiencia de invidente voluntario más allá del dominio doméstico.
Para su sorpresa, la riqueza acústica de las calles y aceras ciudadanas le suministró información suficiente para tomar sus decisiones de viandante invidente con un grado de acierto suficiente para permitirle sobrevivir en medio de las agresiones urbanas cotidianas. Al llegar a su trabajo comprobó que el reloj de fichar y el teclado del ordenador estaban tan deformados por la presión de sus dedos que se acoplaba perfectamente a ellos sin utilizar sus ojos.
Jean era un hombre minucioso y con un espíritu curioso, por ello, no se conformó con la experiencia de un solo día y decidió repetir la prueba una y otra vez hasta convencerse de que podía prescindir del sentido de la vista, sin merma de su capacidad para realizar las tareas cotidianas.
Se acostumbró a adivinar los rostros cuando 'veía' la televisión en su casa, a reconocer a sus actores preferidos a través de la voz. Observó, también, una mayor intensidad de las relaciones táctiles con su pareja. Asumió, en fin, su condición de invidente voluntario con convicción.
Así pasaron días, meses, incluso años, sin que sintiera la necesidad de abrir los párpados. Incluso desarrolló un sexto sentido, del que había oído hablar en su época de vidente. Una primavera, sin embargo, el calor del sol fué algo más intenso y el perfume de una mujer que pasó por su lado le estimuló de nuevo los deseos de contemplar la vida visualmente. Intentó abrir los ojos, sin conseguirlo. Sus párpados, firmemente soldados por años de inacción, se negaron a obedecerle. Trató de abrirlos de nuevo, poniendo la mayor concentración mental de la que fue capaz en el intento, pero fué inútil.
Entonces tomó conciencia de lo que le ocurría y gritó, con toda la fuerza de sus pulmones, 'Ayuda...soy ciego'. El eco de su grito recorrió todos los rincones, las rocas y los paisajes grandiosos y remotos, cuyos amaneceres le habían inspirado la idea de la ceguera experimental."
Relato escrito en enero de 1994, según mis viejos papeles.
En fin. El ciego.
Un saludo cibernauta.
LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 13 05 20
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