miércoles, 27 de mayo de 2020

PAISAJES URBANOS, LA POSPANDEMIA

"Un año después de la crisis del gobierno federal que no terminó su legislatura, y luego de un gran debate sobre el desastre presupuestario que había provocado la pandemia, se aprobó, mediante referendo interfederal, una enmienda a la constitución comunitaria mediante la cual, en el futuro, la dotación de los presupuestos anuales del Estado a cada servicio burocrático se haría en base al número de ciudadanos a los que atendiera, multiplicado por la edad de cada ciudadano y se fijó la retribución de cada servicio como un porcentaje residual del monto de dicho presupuesto,lo que implica que solo podrían mantener sus poderes y prebendas manteniendo con vida el mayor número posible de ciudadanos y durante el máximo de tiempo.

Desde entonces, algo muy raro está ocurriendo, ya que, si bien los servicios del Estado afinan micrométricamente en las técnicas para mejorar el bienestar físico y psíquico de sus clientes presupuestarios y proliferan como hongos los supervisores, asistentes, especialistas, gerontólogos, animadores sociales, acompañantes, cuidadores, visitadores, consejeros y demás ralea, la tasa de suicidios no deja de aumentar vertiginosamente y amenaza con dejar en la ruína a más de un servicio público por falta de financiación y vacío algún que otro distrito por falta de población.

 Es probable que la teoría que elaboré hace medio siglo explique en parte lo que está ocurriendo, aunque, eso, tendrán que decirlo los científicos sociales y yo no soy uno de ellos.

Lo que parece evidente es que la felicidad, en el supuesto de que exista, cuando es impuesta y dirigida y no buscada, querida o elegida por uno mismo, se convierte en una carga todavía más pesada que la infelicidad o la desgracia."

Y hasta aquí llego, hoy, en mis fantasías sobre la pospandemia.

 Un saludo, cordial, cibernauta.

 En fin. Paisajes Urbanos, la pospandemia.

 LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 27 05 20.

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