Hola, buenas noches a los amables usuarios que se acercan por aquí, sean rusos, madrileños o neptunianos. Pido disculpas por el retraso en publicar esta página. He tenido una semana de problemas en el ordenador y acabamos de resolverlos ahora. Me voy a cenar un poco de jamón de Trévelez, queso parmesano y ensalada verde. Mañana seguiré...
"He bajado al Maravillas, sin acordarme de que hoy es domingo y no abre, no he podido charlar con mi tocayo Enrique, licenciado en Económicas por la universidad de València, como yo, aunque pre jubilado, ni con su cultivada esposa, aficionada a los concursos de la tele, más que a las malditas noticias que nos repiten en los telediarios una y otra vez, que asco, ¿no?.
Al regreso, me he detenido en el chino, he tomado un café cortado descafeínado y un 'such de taronja', luego he comprado la prensa en El Cantonet, y aquí me tienen, dispuesto a resumir en una página las cosas que han pasado y las que no, desde la última entrada publicada, hace, ¿cuanto?, fué el 24 de julio,nada menos, 'Viaje a Estenillas'.
Ustedes pensarán que, desde entonces, he estado de vacaciones, no es exactamente así. Si bien es cierto que en este más de un mes, hicimos un segundo viaje a Estenillas, donde tenemos la casa de la sierra, acompañados de mi hija y nuestros nietos, por cierto que en la única noche de estancia de mi hija y los chavales en la casa de la sierra nos cayó un tormentón, que vimos a lo lejos antes de entrar a dormir, pensando, 'no llegará hasta aquí'. Llegó, con tal violencia, que nuestros nietos, asustados, nos preguntaron, 'esta casa es segura?'. Si lo es, contestamos, pero, si no cerrais bien la ventana de vuestra habitación, acabaréis mojados, muy mojados. No es de extrañar que los nños se asustaran, el tormentón que venía de la cordillera Ibérica, lo hizo con tal viento, virulencia, que parecía que se acababa el mundo. El dia siguiente amaneció tranquilo y soleado, mi hija y los niños se fueron a casa, nosotros nos quedamos unos días más, pero ya no hemos vuelto al diseminado de Estenillas, junto a la aldea de Estenas, en la sierra de Utiel, para nada.
Además de esa breve segunda estancia en la sierra, hemos disfrutado de siete días de descanso en El Saler. Aprovechando que Mónica y los niños tomaron un avión hasta Bilbao, para luego iniciar desde San Sebastián un viaje organizado para 'singels' con niños por el País Vasco, del que han vuelto muy satisfechos, hemos estado 'conviviendo', como dicen ahora, la mujer de mi vida --no me gusta la expresión 'mi mujet' es demasiado posesiva-- y yo en su casa de El Saler.
Por la mañana, a las ocho, paseo hasta la playa, Encarna, se mojaba los pies en la orilla del mar, mientras yo contemplaba la iridiscencia de la luz solar sobre la superficie del mar tranquilo, luego, al kiosco, a por la prensa, que hemos leído cada día, en la terraza sombreada por la mañana, alguna verdad y alguna mentira, todo mezclado, como casi siempre...
La comida, en la otra terraza, sombreada por la tarde, la que dá al entorno arbolado con piscina en el jardín interior de la urba. No me he bañado en la piscina, solo me he duchado fuera un par de veces, luego he permanecido al sol hasta que se ha secado el bañador. Y estas han sido nuestras mini vacaciones, de las que regresamos a casa el domingo, yo, con intención de escribir esta página, pero, hasta hoy no ha sido posible. Algún jaquer, o como se diga, un cabrón, vamos, me ha jaqueado el sistema, que solo vuelve a funcionar gracias a las habilidades de mi hijo Jordi, experto informático, especialista en controles electrónicos de las máquinas que se traen desde China, ahora desempleado, aunque ocupa su tiempo en un proyecto, junto a un socio y amigo, para el diseño, construcción y comercialización de una curiosa colección de jardineras domésticas ecológicas, que esperan vender por Internet a urbanitas aburridos, que dispongan de balcón o terraza en sus domicilios urbanos.
Lo cierto es que, a pesar de su probada experiencia, Jordi ha tenido que venir tres días, si no han sido más, para recuperar mi sistema jaqueado, formateando, recurriendo a un montón de intentos fallidos, que anoche, por fín, a la hora de cenar, dieron su primer resultado. Total, para poder escribir hoy esta mierda de página.
Antes de depedirme de los amables usuarios que suelen ver, sobe todo, una de mis páginas, 'Papas arrugás a la Mercadona', con mayor frecuencia que cualquier otro contenido, tiene cojones la cosa, confesaré, con total sinceridad, que, lo que me ha tenido alejado del blog todo este tiempo, ha sido un episodio de pereza, como el del gato de Mónica, que se tiraba las mañanas durmiendo sobre el brazo del diván en el salón, y las noches intentando salir de la casa para pelearse con los vecinos."
En fin. Es lo que hay. Pereza y más pereza, aunque hoy, por fín, la he superado.
Un saludo cibernauta a todos, rusos, madrileños, neptunianos, o de dondequiera que sean, gracias por venir.
LOHENGRIN. (CIBERLOHENGRIN) 6-9-20