"La petición unánime de nuestra derecha innoble, la única, aunque con diversos disfraces, para que Sánchez aterrice en España, dé por concluído su vuelo por la gran política espectáculo que se hace por ahí fuera, y se haga responsable de las miserias cotidianas de nuestra política doméstica, me mueve a abandonar, a mi vez, mis ensoñaciones
domésticas de las páginas El Vuelo, usadas, también, para evadirme de las miserias cotidianas.
Hoy he bajado, a pié, al Maravillas y, después de tomar un café del tiempo, en teoría sigue haciendo buen tiempo, pero el cambio estacional no para de hacer estragos en la salud de la gente, ayer, primer día de clase en el Aula de Teatro, el profesor no asistió porque está de baja médica, he ojeado Levante en la barra, así que luego, en el kiosco, he optado
por 'El País' que en otra página califiqué de 'mierda de periódico'.
La primera página me ha parecido muy equilibrada pues se ocupa, de la política en España y Catalunya, de la violencia, mortal, de género, y del desarrollo imparable de las casas de apuestas en nuestro país.
"Sánchez: Si se prioriza el conflicto en Catalunya, iremos a elecciones"
"Cinco asesinatos destapan los fallos de la justicia ante la violencia de género"
"Eurovegas ya está en Vallecas. 10 casas de apuestas en 250 metros en el distrito de renta más baja de Madrid"
Como no soy politólogo, ni criminólogo, solo aficionado al juego en el entorno doméstico, con alguna experiencia puntual en casinos de España y del exterior, aventuro algunas opiniones sobre los responsables de autorizar el juego público, la creciente presencia de casas de apuestas, no se dá solo en Madrid, aquí tambien,y supongo que en otras partes, para que asuman las responsabilidades que se van a derivar en el futuro por las ludopatías como un mal social que, si esto no se frena y se reduce, tiene todas las trazas de sobrepasar a la violencia machista como lacra social.
Una cosa es la ludopatía, un trastorno de la conducta, a veces con consecuencias mortales, solo que los suicidios no se suelen prodigar en las noticias, y otra la afición al juego en el ámbito doméstico, o su práctica controlada por medio de apuestas entre personas, sin intervención de entidades interpuestas.
Mi padre fué un jugador de cartas excepcional. De niño, tendido en las aceras, ganaba una partida al golfo tras otra,
y los mercheros del barrio apostaban su dinero fiados en las habilidades de aquel niño prodigio.
Nunca se ganó la vida con el juego, siempre ejerció otros trabajos pero, ya de mayor, no faltaba ninguna tarde al Ateneo Mercantil, para ganarse un sobresueldo desplumando a los señoritos que aparecían por allí, pero siempre procuraba una moderación en sus ganancias, para no perder la continuidad en su modesta renta de ingresos del juego.
Después, al recordar aquello, no he percibido que fuera una ludopatía, pues era el jugador quien controlaba el juego y no al revés.
Nada que ver con la aparición de apuestas por medios tecnológicos que está invadiendo, con una velocidad de vértigo, nuestros espacios socio culturales, ante la indiferencia de los políticos, que no parecen conscientes de hacia donde nos dirigimos.
Hasta tal punto esto es así, que se nota en los nuevos espacios publicitarios de los juegos de loterías, que han cambiado radicalmente para competir en el nuevo mercado de las apuestas.
Nuestros conservadores de toda la vida, ahora se hacen llamar neoliberales, o sea, defensores de nuevas libertades, sin
los corsés socialistas, porque la libertad que más aman, no es la de las personas, sino la del dinero.
Sospecho, aunque
no lo puedo confirmar, que el boom de las casas de apuestas en nuestro país, ha venido de la mano de la derecha, una mano que tal vez recogió, agradecida, alguna dádiva. Con el tiempo, tal vez cuando pase demasiado tiempo, nos enteraremos."
No he debido aterrizar todavía, mis incursiones por encima de las hermosas zonas arboladas del barrio, eran más gratificantes.
En fin. Aterrizaje.
LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 28 09 18.
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