sábado, 15 de septiembre de 2018

PRONÓSTICOS

"Auguro, no pronostico, que el gobierno de Sánchez va a durar más de lo que parece, pese a los furibundos ataques con torpedos en su línea de flotación de las nuevas? derechas. No por sus méritos que, hasta ahora, no me parecen relevantes, sino por la inercia del sistema bipartidista --ahora gobierno yo, luego gobiernas tú, y, si hace falta, nos ponemos de acuerdo para que no gobierne nadie más.

Los augurios, nada tienen que ver con los pronósticos, estos últimos suelen estar basados en sistemas de información, mientras que el augur se nutre de inspiraciones que no se alimentan de datos o experiencias, sino de intuiciones cargadas de singularidad, imposibles de analizar racionalmente.

Tanto unas fuentes como otras tratan de trascender el momento presente, prefigurando algún momento futuro. Tanto los augures, como los predictores, utilizan fórmulas demasiado generales para tomarlas del todo en serio.

Va a llover. Como ya ha llovido esta mañana, parece un acierto predictivo, salvo el detalle de que, al bajar a la calle esta mañana, la mitad del barrio aparecía mojada, la otra mitad seca, por lo que el lado interesante de la predicción, ¿donde va a llover? no parece estar bien resuelto.

La otra cuestión, ¿cuando va a llover?, parece mejor resuelta. Ayer no se anunciaban lluvias por aquí y, efectivamente no llovió, así que aprovechamos para asistir al concierto de Berklee en la Ciencia, y luego, con ayuda de Mercadona y sin necesidad de recurrir a Fujitsu, montamos una cena doméstico amistosa y una partida de Rummi que, excepcionalmente, gané.

Cuando comenzamos a jugar no soñaba con ganar la partida, por la mayor experiencia como jugadores de Lola y Antoni, pero, contra todo pronóstico, gané, lo que indica que cualquier predicción está sujeta a factores de azar que, aunque no sean visibles, están ahí.

He abierto un suplemento semanal de la prensa escrita, esperando encontrar una cierta calidad en los textos de sus colaboradores, pero su lectura ha confirmado que lo mío era una falsa expectativa. Será el bajón pos vacacional, más extendido de lo que pensaba.

Bien, al margen del peso del azar, de lo imprevisible, hubo una época histórica en este país, muy similar a la actual, por el turno en el poder de dos partidos, el de Cánovas y el de Sagasta, que marcaron aquel tiempo político con el signo de la oligarquía compartida, tal como ha sucedido la mayor parte del tiempo desde la transición con el PP y el PSOE.

No es que ésta sea una fórmula perversa de gobierno, si no fuera porque su práctica impide demasiadas veces la necesaria renovación de las clases políticas, de sus programas de gobierno, de su relación con los ciudadanos, frenadas por el tapón de la continuidad de las estructuras partidarias bipartidistas, a menudo anquilosadas y limitadas por el peso de su propia historia como organización.

Va a llover. Es cierto, está lloviendo, pero el tremendo impacto de un par de rayos que han caído en el patio al que dá el cuarto del ordenador me ha parecido algo totalmente imprevisible."

Si no podemos prever la localización espacial exacta de los fenómenos atmósfericos, cómo pretendemos intuir la deriva de los acontecimientos políticos. No se puede.

En fin. Pronósticos.

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 15 09 18.

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