jueves, 6 de mayo de 2021

SEGUNDA DÓSIS

"Hoy hemos ido al ambulatorio del barrio, me han puesto la segunda dósis de Pfaifer, o como se diga, previamente he tomado un paracetamol, per si de cas, pero nada, ninguna molestia, al salir, Encarna, la mujer de mi vida ha ido a comprar a Mercadona, yo, al Maravillas, como siempre....

En el Maravillas, mientras tomaba un café cortado descafeínado y un ron quemado, he conversado con Enrique y su culta mujer, y les he contado parte de mi ajetreada vida, desde mi primera crisis maníaco depresiva, hace más de cuarenta años, hasta hoy, en que ya he superado aquel horror...

Fué Agustín, mi psiquiatra de entonces, quien me trató desde el principio, con carbonato de litio, que, después de un tiempo, estabilizó mi ánimo. No obstante, cuando bajé a la calle después de un mes en el que me inyectaron anti psicóticos en vena, recuerdo que parecía haber envejecido veinte años...

Luego, cuando Agustín se jubiló, la doctora Palop me quitó el litio, porque me estaba jodiendo el riñón y lo cambió por Depakine que se elimina por el hígado Hace veinte años que no tengo episodios depresivos, oscilo entre la normalidad y episodios de una alegría y un jolgorio que ni les cuento...a Encarna, la mujer de mi vida, que me ha acompañado en los últimos sessenta años, no le hacen ninguna gracia mis chistes y chascarrillos pues su experiencia le dice que son un síntoma que, si no se controla, puede ser preocupante..

Antes de sentarme a escribir, he contemplado el óleo que tengo en el salón, pintado por Vázquez, un jóven artista con quien alterné justo antes de mi primera crisis...Es un interior de la casa de Blasco Ibáñez, antes de ser rehabilitada, habitada por una familia de étnia gitana con la que por entonces también conviví. Iba con mi R5 y la guitarra que me compré a cantar con ellos...el cuadro refleja dos paredes sucias, oscuras, una silla de madera con asiento de paja, un paraguas,  un cesto tirado en el suelo, una garrafa de vidrio soplado y algunos cacharros.. está pintado con un realismo sorollista y evoca a la vez a Blasco Ibáñez, una obra de arte, sí...

Y ya, lo dejo, voy a oir música en la radio, los 40, hasta las doce, la hora en que solemos salir Encarna y yo a tomar el sol de la mañana, hoy muy agradable...un saludo a quienes se acercan por aquí, hoy más de setenta, bienvenidos y gracias..."

Chao, pibes.

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN 6 05 2021




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