domingo, 11 de junio de 2017

AVENTURA EN LA CARRETERA

"Hola. Ya estamos aquí. Hemos vuelto de la casa de la sierra. La estancia muy bien. El viaje, el de ida, y el de vuelta, algo accidentados. Quizás sea exagerado lo de 'aventura en la carretera', se ha tratado de un simple incidente, pero, cuando pasas de los setenta, la sucesión de imprevistos que ha marcado este fin de semana, genera una ansiedad que es mas imputable al sujeto que al acto.

El viernes fuí a por el coche, estacionado cerca del taller mecánico donde unos días antes habían reparado una avería en el cambio de marchas. El coche ha estado estacionado junto al taller, ya reparado, en espera de que yo lo recogiera para irnos a la casa de la sierra. Intenté ponerlo en marcha, pero se había quedado sin batería, al parecer, porque el mecánico cuando lo dejó estacionado, activó el intermitente dejando el coche con las luces de posición encendidas.

No pasa nada, el mecánico puso el coche en marcha con un artilugio, pero no recargó la batería, recomendándome que lo rodara un poco para que la batería se recargara. El problema es que quedaba poca gasolina en el depósito, así es que fui a la estación de servicio más próxima y les rogué que me dejaran cargar gasolina con el motor en marcha.

No pudo ser, me conformé con una bolsa de emergencia con cinco litros de combustible, y salimos hacia la sierra, pensando que la gasolina que nos quedaba nos alcanzaba hasta la gasolinera de Buñol, como así fué, donde la persona que atendía el surtidor si me permitió cargar veinte euros de gas oil sin parar el motor.

Llegamos sin novedad a la casa de la sierra, pero, al intentar estacionar el vehículo en el patio de la casa del vecino, que nos lo ofrece para estacionarlo allí, al intentar usar la marcha atrás, comprobamos que no funcionaba.

Estacionamos el coche moviendo el vehículo a mano, con un gran esfuerzo físico para el que ya no estamos dotados, y lo dejamos allí sin tener claro lo que debíamos hacer.

Esta mañana hemos intentado volver a casa con el vehículo averiado, pensando que se trataba de una avería parcial, pero después de intentarlo ha resultado que el cambio de marchas está roto, pero roto de cojones.

Con la ayuda de los vecinos hemos iniciado los trámites para volver a casa, llamar a Mapfre, para que nos manden una grúa para el coche y un vehículo para que nos traslade hasta Valencia, todo en un estado de nervios propio de la vulnerabilidad derivada de nuestro ya avanzado rango de edad, que Isabel y Juan han atenuado ofreciéndonos una infusión de tila y su ayuda en las gestiones telefónicas con la compañía de seguros.

A mi, de todo este asunto del coche, lo que menos me preocupa es el coche, el hecho de que haya aparecido una avería recurrente que, después de su supuesta reparación, vuelve a aparecer, lo que me preocupa es mi reacción ante los imprevistos, propia de una persona que muestra signos de una incipiente  incapacidad.

Por eso, le he dicho a mi mujer, me voy a apuntar a un curso de mecanoelectrónica del automóvil, a ver si así pierdo el miedo a las incidencias que le pueden suceder a cualquier conductor cuando está en ruta.

Mientras yo he optado por cambiar de mecánico, entregando una tarjeta al conductor de la Grúa para que el coche sea llevado a un taller distinto del que ha intervenido en las últimas averías recurrentes del cambio de marchas, mi mujer está pensando en hacer un lote con el coche, la casa de la sierra, y el conductor del coche y ponerlo en venta, someterlo a subasta, o incluso a donación, para deshacerse de la causa de sus crisis nerviosas que este fin de semana han sido más intensas y extendidas de lo habitual."

 En fin. Aventura en la carretera.

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 11 06 17.

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