miércoles, 13 de marzo de 2019

MÓNICA Y RAIMON

"En dos o tres días tendremos comida familiar, como casi todas las semanas. Encarna nos obsequiará con su clásico arros al forn, precedido por unos aperitivos estupendos, pero, sobre todo, por unas croquetas de ave que desaparecen en segundos en las fauces de mis dos nietos, Joan, a quien dediqué una página, y Raimon, a quien dedico esta.

Sin embargo, el último sábado antes de nuestra partida hacia Mojácar, fuimos todos a comer a casa de mi hija Mónica, en la pedanía de El Saler. Mis tres hijos, Mónica, Quique y Jordi, tienen veleidades artísticas. Mónica, antes de ser profesora de secundaria se dedicó a la pintura y a la cerámica, Quique a los audivisuales y a la fotografía y Jordi antes de convertirse en experto en tecnología de láser, expuso su obra artística, muy innovadora, en museos de Valencia y Cuenca, y alguno más.

Ese talento artístico, también es gastronómico, la paella monumental que hizo mi hija en la última comida en su casa, precedida de varias creaciones gastronómicas, incluyó una receta con guacamole de mi nieto Raimon, que me pareció de un nivel inusual para un muchacho de trece años, aunque el muchacho mide más de uno ochenta y gasta el 45 de pié, además de jugar al futbol regularmente en la liga juvenil, nadar en la piscina y sacar muy buenas notas en el cole.

Así, esta página se la dedico, especialmente, a Raimon, que siendo un adolescente, me parece que está precozmente espabilado, acabo de saber que es lector de mi blog y eso, me produce una gran satisfacción.

Que me lean de Japón, Estados Unidos o Europa, está bien, pero que me lea Raimon es lo mejor que me ha pasado desde que empecé con esto hace diez años."

Gracias, Raimon, por ser como eres.

En fin. Mónica y Raimon.

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 13 03 19.

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