"Las lágrimas celestes se derraman con una cadencia lenta sobre la tierra sedienta. El efecto de esta lluvia ligera apenas dá para calmar la sed de la superficie árida, pero en los estratos interiores prevalece una sequedad que impedirá la celebración de abundantes cosechas.
Esta ligera lluvia de hoy, que no me ha impedido bajar a por tabaco sin paraguas, me hace evocar en mi recuerdo las lluvias torrenciales de febrero que acompañaron mi infancia, cuando vivíamos en una sociedad aún no tecnológica, en la que no se habían inventado los plásticos, tal como los usamos ahora.
Ibas a comprar aceite con una botella de cristal y te la llenaban y en las calles no había coches a gasolina, sino carros de madera, tirados por caballos, que transportaban la cosecha de remolachas.Parece mentira que, en una sola generación, hayamos pasado de la supervivencia de la posguerra a la sociedad global del consumo y la comunicación.
Sin embargo, no hay que pensar que esto es un hecho aíslado, singular, en el devenir humano, pues ya el Renacimiento demostró la capacidad de los hombres para dar un salto en el tiempo.
Otra cosa es suponer qué les espera a nuestros hijos y nietos en unas décadas. Espero que verán mejoras en su salud derivadas del avance de las investigaciones que están en marcha. No soy capaz de imaginar, en cambio, como serán los sistemas políticos en que vivirán, solo alcanzo a ver que en los que viven ahora, estarán obsoletos en un entorno que tiende a ser hipertecnificado.
En realidad, todo esto me produce una cierta indiferencia, pues no estaré por aquí para verlo."
Lo que sucede, en realidad, es que llueve y, como no vamos a salir de casa, me entretengo con estas tonterías.
Un saludo cibernauta, en particular a los usuarios de hoy, de Singapur, de Australia..
En fin. Lluvia.
LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 31 03 19.
No hay comentarios:
Publicar un comentario