lunes, 25 de noviembre de 2019

LAS TABLAS DE DAIMIEL

"El autobús llegó poco después de las ocho de la mañana, estacionó junto a la acera, cerca del Colegio del Pilar, colocamos las maletas, embarcamos, y salimos, junto con Lola y Antoni, y más de sesenta viajeros más, en dirección a las provincias de Albacete y Ciudad Real, en Castilla la Mancha, donde se enuentran los enclaves, parajes naturales y arquitecturas monumentales que pensamos visitar durante los tres días que dure la escapada.

Antes de comenzar la crónica del viaje, comentaré que el bus tardó cuarenta minutos en salir de la ciudad, dando rodeos para evitar los atascos, que no sé que fué peor, y con la parada para tomar café después de pasar Almansa llegamos a Ossa de Montiel, donde tenemos el alojamiento, prácticamente a la hora de comer.

Hay otra cosa significativa que comentar. El motivo del viaje era visitar las Tablas de Daimiel, pero al final de una votación entre los viajeros, no fuimos allí, porque están secas, mientras que Ruidera y sus quince lagunas están pletóricas de agua.

Los organizadores del viaje les pagaron un taxi y un guía a las dos disidentes que se negaron a cambiar Daimiel por Ruidera y los demás nos fuimos allí.

Mientras viajábamos en direción a Ossa de Montiel, la mañana del viernes, le pedí el móvil a mi mujer para consultar el plan de viaje, grabado en sus archivos, y esto fué lo que ví.....

(Lo cuento luego. Ahora me voy al Maravillas, a tomar café..)

Ya he vuelto del Maravillas, pero se ha hecho un poco tarde, porque hemos ido al Banco, a por algo de efectivo, para los gastos pre navideños, luego a la Biblioteca a depositar un tocho para aligerar el estante de los libros, La Hoguera de las Vanidades, de Tom Wolf, después al mercado a por setas y verduras para los espaguetis, al mercadillo del lunes donde Encarna ha buscado, y encontrado, unos zapatos más cómodos que las botas que lleva, de allí a la adminiatración de loterías, a hacer la Primitiva, como todos los lunes desde hace treinta años --nunca nos ha salido nada digno de mención-y a comprar un décimo para el sorteo de Navidad. Luego a esperar el autobús. Total, al regresar ya era hora de ver el programa de Maxim, lo de Argiñano, hoy, carrilladas con patatas a lo pobre, luego,cocinar los espaguetis, o sea.

A lo que iba:

El Plan de Viaje. Primer día, por la tarde, después de comer en el hotel, potaje manchego, visita a Mota del Cuervo, a visitar los molinos de viento instalados en una loma a 1200 metros de altitud, expuestos a doce vientos distintos, nos contaron que la lucha de don Quijote con los molinos no fué aquí, sino en Campo de Criptana, pero ahora puedes ver molinos en otras partes, porque se han convertido en un atractivo turístico. Atractivo, sí, pero con un frío de cojones, por la sensación térmica de una tarde nubosa, lluviosa, ventosa.

Sábado, segundo día de viaje, por la mañana. Visita a El Viso (del Marqués) Palacio de los Marqueses de Santillana, una construcción señorial del siglo XV, algo alucinante, con ocho mil metros de pinturas al fresco en bóvedas y paredes, habitada por catorce generaciones sucesivas de marqueses, el actual, nacido en Inglaterra, es vecino de los Duques de Alba. Cedió el uso del palacio al Estado por noventa años, a cambio de una peseta al año, a condición de que financiaran su restauración, lo que está haciendo la marina, porque Alvaro de Bazán, uno de los primeros marqueses fué almirante en la época en que España dominaba los mares, nunca perdió un batalla, su escudo heráldico es un tablero de damas, una referencia a la estrategia militar y en uno de los muchos salones de palacio se exhiben dos reproducciones en madera de navíos de la época. Sorprende encontrar tantas referencias marineras en pleno secano castellano manchego. Al parecer, Alvaro de Bazán, era originario del valle del Baztán y quiso tener un lugar donde descansar cuando se trasladaba de un extremo a otro del país.
Por la tarde, después de regresar al hotel y comer gazpacho manchego y chorizos caseros, fuimos a visitar las lagunas de Ruidera, pero no me extiendo en esta crónica, porque ya publiqué una crónica anterior. Solo diré, ya saben, 'no te puedes bañar dos veces en el mismo río'

El domingo, tercer y último día de nuestra visita, fuimos, por la mañana, al pueblo de Munera, donde lo más admirable me parecieron sus gentes, tanto la concejala, como las guías que nos atendieron, están haciendo un esfuerzo encomiable por convertir un lugar eminentemente agrícola y ganadero, en un atractivo turístico, para que sus tres mil habitantes, en su mayoría, no tengan que irse a trabajar a otros lugares más poblados.

Tengo aquí el folleto que cuenta la historia de la Munera Cervantina. Cómo Miguel de Cervantes, cuando sufrió prisión en Argel, conoció a un jóven de Munera, que le contó la historia de las Bodas de Camacho, que luego Cervantes incluyó en los capítulos XIX, XX y XXI de su novela universal. Lo gracioso de todo esto, es que las tres mujeres que atendieron nuestra visita, convencieron a cinco de los viajeros y a una viajera, para que se vistieran como Camacho, la novia, Don Quijote, Sancho, y el Cura, y escenificaran, diciendo los textos del Quijote, esas escenas. Nos partimos de risa viendo a Antoni vestido de Quijote, dando saltos en el aire como si fuera montando a Rocinante.

Regresamos al hotel, nos dieron un estofado con cordero, estupendo, cargamos las maletas en el bus, unos voluntarios pusieron en el compartimento de equipajes unas cajas conteniendo un par de jamones cada una. Emprendimos el regreso y, después de una breve parada para tomar café, hacia las siete y media estuvimos de vuelta en la ciudad, y a las ocho, con ayuda de un taxi, porque los jamones pesaban que ni te cuento, en casa"

Un saludo cibernauta.

En fin. Las Tablas de Daimiel.

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 25 11 19. p.s. se me ha olvidado comentar la agreste belleza de los encinares que rodean los lugares visitados.

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