martes, 26 de enero de 2021

LA PRÓTESIS

"Hace dos días que no bajo al Maravillas y lo echo de menos. La causa, mis problemas dentales. El lunes, a las diez, acudí a mi odontólogo, el doctor Sancho, para que revisara la prótesis inferior de mi maltrecha boca que me ayuda a triturar los alimentos.

Después de media hora con algo de sufrimiento por la presión de la prótesis en mis encías para ajustarla, el doctor dijo, me la voy a quedar, vuelva mañana a las diez a recogerla, ya estará lista. Así ha sido, la tengo en casa, pero aún no me la he puesto porque, anoche,  Encarna, la mujer de mi vida, cocinó unas alcachofas, además de unas croquetas, para la cena y la ausencia de la prótesis inferior en mi boca, dejó algo maltrechas mis encías.

Pero ya he llegado al final de ese proceso de ajuste y espero que, durante una larga temporada, no tendré que volver al odontólogo y, además, mi dentadura estará, por fín, lista para comer cualquier cosa. Bueno, no cualquier cosa, solo las que estén incluídas en el régimen que ha dispuesto Encarna para reducir mi colesterol y mi ácido úrico, de momento, hasta que haga la oportuna consulta a mi médico de cabecera sobre lo que debo, o no, comer. Dejaré pasar unos días antes de llamar al consultorio porque intuyo que los médicos están muy agobiados ahora con casos más urgentes y prefiero esperar, para no molestar.

Mañana iba a ser un día estupendo, por fín regresaré al Maravillas. Eso pensaba, cuando, de pronto, he recordado que los bares del barrio estarán chapados dos semanas. Bueno, eso es lo que dicen las normas sanitarias pero la realidad es otra, según pudimos comprobar ayer en un paseo por el barrio.

La gran mayoría de bares que debían permanecer cerrados, estaban abiertos, con el truco de poner un cartel en la puerta, 'servimos a domicilio', lo cierto es que vimos a alguna gente tomando un café a la puerta del bar, o una cerveza, aunque, eso sí, llevaban un taper en la mano para disimular.

Hoy, después del dentista, he ido al estanco y al Cantonet a por la prensa y lleva un artículo que me ha llamado la atención. Lleva por título 'La Gran Decepción' y figura en las páginas de Opinión de Levante. Lo firma Antonio Calero, empresario de hostelería, a quien no conozco y parece un alegato sincero y tremendo sobre las decisiones del gobierno del calvo con peluca que rige esta comunidad en relación con bares, comercios, grandes superficies, supermercados.

Compara Calero las inspecciones en los bares, cafeterías y restaurantes, donde, si en lugar de haber veinte clientes, en algún caso, hay veintiuno, un inspector levanta un acta de la infracción, con la total ausencia de inspecciones a las grandes superficies, grandes supermercados, Mercadona estaba el sábado a parir, cuyos propietarios suelen ser, además del grupo Roig, inversores extranjeros, prácticamente desconocidos para los consumidores que abarrotan esos centros, sin que ninguna autoridad intervenga para controlar los aforos.

Los defensores de la igualdad (de trato), no solo de la población en general, sino de los poderosos y los menos, ya tienen un tema para la reflexión. Es la igualdad una utopía, una distopía, como he oído en algún sitio, sin que comprenda su significado, que cojones es la igualdad, en particular, en tiempos de pandemia. No lo sé, solo sé que no sé nada, pero me ha parecido que Calero, el autor del artículo citado, lo tiene claro.

Me llama Encarna. Me ofrece un zumo de naranja, así que, lo dejo."

Un saludo a los internautas que espero vengan por aquí, después de varios días sin añadir nuevas chorradas a este blog...

Chao, pibes.

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 26 01 2021

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