sábado, 8 de junio de 2019

LA PAELLA DE MÓNICA

"La noche del viernes fuimos a cenar con Lola y Antoni a un sitio nuevo, Mercabañal, en Eugenia Viñes, un local de gran capacidad, una antigua fábrica remodelada para negocio hostelero.

Al llegar, el sitio estaba lleno a rebosar, imposible encontrar una mesa libre, de no ser porque una amiga que ocupaba un sitio nos lo cedió al marcharse.

El servicio está organizado de un modo complejo, las frituras en un sitio, los fiambres en otro, las bebidas en otro lado,  hay que sacar ticket y esperar a que te llamen, aunque es casi imposible escuchar la llamada con el follón que hay.

Cuando por fin nos servimos nosotros mismos, después de haber pagado previamente, la gran expectativa creada por lo numeroso del público que llenaba el local, quedó en lo siguiente:

Un queso de búfala con tomate, con una presentación de lo mas vulgar.

Unas tortitas de camarón, fritas con un aceite requemado que les daba un desagradable tono oscuro.

Unos pescaditos fritos,de lo mas vulgares, sardinas rebozadas.

El único plato que mereció la pena fué el de las croquetas de boletus, realmente extraordinarias.

Cervezas y vino aparte, la cosa salió por 53E.

Ni que decir tiene que no pensamos repetir la experiencia en Mercabañal, por mucho que sea un sitio guay, modernito y eso.

Por suerte, hoy hemos ido con Quique a casa de Mónica, en la pedanía del Saler y allí, mientras se hacía la paella, sensacional como siempre le sale a Mónica, hasta me he comido un muslo de pollo, yo, que nunca como carne, nos hemos comido unas almendras que trajimos de Estenas, fritas con sal, un pulpo con patatas con una textura tan suave que hasta yo he podido comerlo y unas clotxinas del mercado de Russafa, que ya están ahora en su mejor punto de sabor y tamaño.

Un éxito la paella de Mónica, no el fiasco de Mercabañal."

En fin. La Paella de Mónica.

LOHENGRIN (CIBERLOHENGIN) 8 06 19.

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