sábado, 29 de junio de 2019

MAGAZINE

"Anoche vinieron a cenar a casa Lola y Antoni, y trajeron la cena. Un paté de hígado de oca exquisito, una sobrasada mallorquina, un jamón ibérico de su mercado, sensacional, ensalada, un par de variedades de queso, uno fresco, otro semicurado, un paquete de galletitas saladas y una botella de Blancauvas, con su camisa helada, a la que añadimos otra que teníamos en la nevera.

Un éxito, aunque Encarna y yo perdimos al Rummy.

Hoy he bajado al Maravas y, a pesar de lo temprano de la hora, el sol ya calentaba lo suyo, puedo certificar, pues, que la ola de calor ya está aquí. Hay que hidratarse, lo dicen todos los medios, así que he tomado, en el Maravas, un café y una horchata, antes de despedirme y que Toni me obsequiara con el Magazine, una publicación semanal que el sábado acompaña la prensa diaria, y que va a ser el objeto de esta página, para compensar lo de las 'cuatro patatas y un pan' de la anterior.

De camino a casa, me he detenido en La Fuente y he tomado un agua mineral, por lo de la hidratación. En la mesa vecina he visto a Carmen, con quien compartí tertulia muchos meses, junto a sus amigos de siempre.

He abierto el magazine en la mesa del bar, pero como no llevo gafas, no veo un pijo. Ahora, ya en la mesa del ordenador me dispongo a entrar en materia:

Quim Monzó, pag. 11. "Hace cinco años fué el Ayuntamiento de Colmenar Viejo, en Madrid. Tres años advirtiendo a los ciudadanos que debían recoger las mierdas de sus perros en vez de dejarlas en la calle, optaron por contratar detectives privados. En muchos municipios se ha demostrado que la argucia de vestir de paisano a policías municipales y enviarlos a patrullar no suele tener éxito, bien sea porque los vecinos los reconocen o porque nadie como un detective sabe pasar desapercibido para, en el momento adecuado, grabar a quien, cuando su amado perro ha defecado, se larga con la música a otra parte, dejando el zurullo para que sea otro quien lo limpie. ...."

Angeles Caso, pag. 14. "Leo en una entrevista al gran Emilio Aragón... una frase que me sobresalta. Era algo que solía decir su padre, Miliki: 'Es imposible que alguien a quien te encuentres por la calle y vaya silbando no esté contento'. Recuerdo esa imágen. Se me aparece entre las nieblas de la memoria: un hombre jóven camina por la calle hacia su casa, con las llaves en la mano, y va silbando. Yo pienso que va contento porque va a reunirse con la persona a la que ama. Pero solo es un recuerdo de hace mucho tiempo, algo que ocurría en el pasado, y que ha dejado de suceder...Sí, hubo una época en que la gente silbaba y cantaba por la calle...Tengo la sensación de que nada de todo eso sucede ya. Nadie silba. Nadie canta solo por la calle, celebrando la maravilla de tener dos piernas que le mueven..."

Andrés Trapiello, pag. 18. "la foto dió la vuelta al mundo: en el último y escarpado tramo del Everest, una fila de alpinistas. La hizo uno de ellos, Nirmal Purja, a quien acaso solo se le recordará por eso y no por haber escalado el Everest. Están sobre un filo de vértigo...esperando 'hacer cumbre'...El infinito azul del cielo y un mar sereno de picachos nevados es la imágen de lo sublime, pero produce angustia. Angustia viene de angosto. La senda es estrecha. Un paso en falso significa el vacío y el fín. Para 'coronar' es preciso ceder el paso a los que bajan. La aglomeración ha colapsado el tránsito y provocado la muerte de nueve o diez montañeros por congelación y falta de oxígeno. La instantánea de Purja, tan elocuente como aterradora, nos ha dejado estupefactos, mudos, cavilosos. ..."

Termino, recordando lo que dije en otra página de estos tres escritores, colaboradores habituales del Magazine: De Monzó, la retranca, de Caso, la sensibilidad, de Trapiello, su elucubración filosófica. Me pregunto si he acertado.

Un saludo cibernauta.

En fin. Magazine.

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 29 06 19.

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