domingo, 16 de junio de 2019

SIGFRIDO CATALÁ

"Sigfrido Catalá Tineo, hermano de mi madre, hijo de Vicente Catalá, compañero del Noi el Sucre, fué, durante la guera civil, gobernador de Cuenca, comisario de abastecimientos y transportes del gobierno republicano en València --en casa no había azúcar- y cuando terminó la guerra anduvo en la clandestinidad como secretario del partido Alianza Democrática, hasta que lo denunció un familiar, asustado por la primera bofetada que le dieron y terminó primero en Albatera, luego en San Miguel de los Reyes, donde permaneció recluído unos quince años, hasta su puesta en libertad con la primera amnistía.

Ya lo he contado alguna vez pero hoy, al comprar la prensa, me ha sorprendido gratamente el librito que la acompaña, 'El Monestir de Sant Miquel dels reis' que cuenta la historia de un lugar que fué construído para lugar de culto y durante décadas fué convertido en prisión fascista por el franquismo.

Gemma- Pascual, la autora del libro, subtitulado 'la fuga', comienza su historia así:

 'Poc es pensaba na Germana de Foix que aquell lloc on ella va decidir descansar per sempre més, al bell mig de l´horta de Vàlència, als afores de la ciutat, aquell imponent edifici rencentista, amb una església de dimensions colossals i una façana amb dos torres, que va allotjar monjos jerònims, es convertiría en un penal, acabada la Guerra Civil.

El Monestir de Sant Miquel dels Reis era un centre de repressió repugnant, on milers de presos malvivíen amuntegats, maltractas, le letrines supuraven, se'ls menchaben la sarna, els polls, el tifus, la fam.....'

Puedo dar fé de la autenticidad de ese texto porque, durante años, yo tendría siete u ocho, iba con mi familia en el tranvía, a visitar a Sigfrido, los domingos, le llevábamos la tortilla de patatas y en mi memoria permanece el amontonamiento de los presos en las celdas, junto a los sanitarios que estaban allí mismo, en aquel estrecho espacio.

Es curioso que los visitantes que frecuentan ahora el Monasterio, no tienen ni idea del horror que fué aquello, parece que alguien se esfuerza en ocultarlo, por eso el librito de Gemma me parece bienvenido, para recuperar un cierto equilibrio de la Historia.

Con los años, cuando Sigfrdo salió de su cautiverio, se hizo emprendedor en marroquinería, luego ejerció en una fundación como profesor de Historia del Movimiento Obrero.

Fue entonces, cuando yo mismo, que aún estudiaba Eonómicas en la Universidad de Valencia, fuí enviado por la Fundacíón, en sustitución de Sigfrido, a A Coruña, para impartir unas clases de Economía Social, durante dos veranos.

Fuí con mi mujer, y fué una experiencia que aún no hemos olvidado, gracias a Sigfrido a quien hoy, junto a los demás reclusos honra el libro de Gemma."

Un saludo (emocionado) cibernauta.

En fin. Sigfrido Catalá

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 16 06 19.

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