lunes, 29 de enero de 2007

DESPUES DE LA COSECHA

I

Rojos ingrávidos, aéreos /la belleza etérea/ de un sábado sin viento/ emerge del tiempo deshabitado.

Anárquica, surge/ la sangre escarlata/ de héroes anónimos/ entre estáticos sarmientos.

Entro en la viña/ desierta/ al otro lado del espejo.

Conversación visual/ solo para mis ojos/ incrédulos de la belleza del otoño/ inútil en el campo desolado.

Cuatro cuartetas/ tan inútiles/ sin sentido/ como el rojo otoñal del otro lado.

Encontrarles un sentido?/ Si algo es inútil/ sin sentido/ es que hemos encontrado la belleza.

II

Cuando todos se han ido/ cargados con los frutos/ precio de su sudor Mientras convierten/ en moneda/ sus afanes

Llega el poeta/ recoge su cosecha/ de palabras

Inútiles y sin sentido/ para quienes plantaron/ esa belleza efímera que exaspera/ el declinante otoño.

Inútil y sin sentido/ así es la belleza/ imposible sin la cosecha/ que deja la planta exhausta.

El esplendor de otoño/ es el cansancio/ cuando la vid, hastiada de ser útil/ se transmuta en belleza/ inútil/ sin sentido.

Lohengrin. Novbre. 2006 (Estenas)

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