lunes, 14 de diciembre de 2015

ALEMANIA

Estoy sorprendido por el número de visitas que recibe el blog procedentes de Alemania, hasta el punto de que estos días lideran el ranking de países que pasan por aquí, por encima de España. Siempre que percibo algún suceso que me parece novedoso, sea en el blog, o fuera de él, tiendo a hacerme preguntas, Y la pregunta es, ¿A que se debe esa afluencia germánica en el blog, que nunca antes se había producido?

Se me ocurren varias respuestas, sin que pueda estar seguro de cual es la más probable. Los usuarios que visitan el blog desde Alemania no son alemanes, sino españoles, emigrados económicos cuyo número ha aumentado considerablemente con las nefastas políticas de Rajoy que él, paradójicamente, vende al electorado como si fueran éxitos, con el cinismo característico de ciertos políticos.

Los usuarios que visitan el blog desde Alemania son alemanes, y lo hacen atraídos por la palabra Lohengrin. un emblema de la cultura alemana. Lohengrin, hijo de Parsifal, un personaje de las operas wagnerianas, a su vez tomado de la mitología germánica.

Aunque Woody Allen dijo aquello de que 'cuando escucho a Wagner me entran ganas de invadir Polonia', y Hitler se apropió de Wagner como un instrumento al servicio del nazismo lo cierto es que la música sinfónica alemana está entre las mejores de Europa, pero yo no puse en el blog ese nombre, Lohengrin, por razones artísticas, sino por otras razones.

Lo puse en homenaje a Sigfrido, otro nombre de resonancias wagnerianas, hermano de mi madre, que pasó once años recluído en el monasterio de San Miguel de los Reyes, cuando era una prisión franquista, por su condición de anarquista militante y por haber desempeñado durante la contienda civil dos reponsabilidades con el gobierno republicano, gobernador de Cuenca, y Comisario de Abastecimientos y Transportes, aunque en casa nunca hubo azúcar. Durante aquella larga estancia, Sigfrido usó el alias Lohengrin para las reuniones clandestinas y las comunicaciones cifradas entre sus compañeros.

Sucede que el abuelo Vicente, anarquista igualmente, compañero del Noi del Sucre, era un gran aficionado a Wagner, además de tipógrafo, y puso a todos sus hijos, e hijas, nombres de resonancias wagnerianas.

Aclarado esto, sigo sin saber si el origen de las visitas es germánico o no,y si el nombre de Lohengrin es lo que atrae, o no, a esos nuevos visitantes.

La verdad es que yo no sabía casi nada de Alemania hasta este verano, en que hicimos un crucero por el Rin, y visitamos las localidades alemanas de su ribera, además de las francesas, holandesas y un breve paseo por el aeropuerto de Basilea. Me gustaron sus pueblos, sus calles, sus casas, sus castillos, navegar con lentitud por el río disfrutando de la belleza del entorno es uno de los mayores placeres estéticos que me ha sido dado disfrutar, aunque tampoco va a serlo menos abrir la botella de Riesling, que nos ha regalado Lola y ahora está fría en la nevera, después de haber navegado junto a esos viñedos.

Antes de visitar esa parte de Alemania, ya tuve noticias de la cultura germánica a través de un libro de Günther Grass, el Rodaballo, que leí hace muchos años, antes de que su autor fuera fulminado por la opinión, mas o meno pública, cuando confesó haber formado parte de las juventudes hitlerianas, cuando era un adolescente

Este episodio no alteró mi admiración por Grass pues pocos libros como el suyo tienen la potencia literaria para calar en tu memoria y que puedas citarlos, después de medio siglo, aunque el libro ya no esté en tus estantes.

Un libro que se extiende desde la Silesia del neolítico, hasta los astilleros de Gandsk, cuando Lech Walesa comenzaba a asomar como el delegado papal para desestabilizar la Urss, pero que incluye personajes tan estrambóticos como el haya tritetuda, y hace referencias constumbristas como la cagada colectiva de la horda y la sémola de esteba.

Al margen de la lectura de ese libro, las referencias periiodísticas que recibí de Alemania, fueron los apoyos de todo tipo, políticos y económicos que en otro tiempo recibió Felipe González de la socialdemocracia alemana, mandada entonces por Willy Brandt, que tanto contribuyó al triunfo del primer socialismo en este país.

Ahora veo a Felipe González, convertido en un harapo de lo que fué, vuelto del revés en un giro conservador que excede, con mucho, su pragmatismo de siempre, y concluyo, qué lástima de tiempo y de dinero gastado por Willy Brandt en lo que ha resultado ser un tipo como éste.

Vuelvo al principio, no se si las visitas de Alemania son de alemanes, o de españoles en Alemania, ni si obedecen al interés por el término Lohengrin, o no.

Ante esta duda ¿Sería mucho pedir que alguno de los usuarios dejara un comentario en el blog, y lo aclarara? Me quedaré mas tranquilo.

Desde que hice el crucero por el Rin, mi interés por Alemania va en aumento, sobre todo porque después de haber visitado cuatro países europeos, donde me robaron la cartera (lo mismo que hace Rajoy cada día) fue en Atocha.

 En fin. Alemania.

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 14 12 15.

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