He bajado al Maravillas, tomaba un café cortado esperando que el cliente de mi izquierda terminara con el periódico, cuando un joven, a mi derecha, al ver que lo dejaba sobre la barra, se ha lanzado en plancha, sin ninguna consideración a mi turno, mi edad, ni mi falta de reflejos, sobre el ejemplar de 'Levante', nada menos que hoy, que se comentan las elecciones de ayer, y me ha privado de su lectura.
Podía haber esperado, pero tenía un par de cosas que hacer, devolver un libro de Pérez Reverte en la biblioteca y comprar dos barras de pan en el paki, así que he pensado, como me voy a tomar unas vacaciones hasta fin de año, ya tendré ocasión de leer la prensa, aunque sea atrasada.
Me voy de vacaciones, sí, pero no se trata de un viaje a N.York, o a las islas Fidji, no es que no pueda pagarlo, aún tenemos los ahorrillos procedentes de la venta del piso de una herencia familiar, es que para mi las vacaciones son un periodo propicio para no hacer nada, excepto alguna cosa en la cocina.
Dejar pasar los días contemplando la rareza de este otoño solar, que al parecer se va a prolongar al comienzo del invierno, ver las pantallas de televisión con predicciones sin borrascas cercanas, visitar el Maravillas como siempre pues, al parecer, abrirá los días festivos por la mañana, y no darle a la tecla del ordenador hasta el año próximo.
Considero que el trabajo realizado en el blog este año, es mas que suficiente para atender a los curiosos que pasen por aquí, que ahora son mayoritariamente alemanes, no se si porque la expresión Lohengrin, los atrae.
Había pensado limitar la entrada de hoy a esta especie de despedida hasta la vista, pero anoche estuve viendo la Sexta y los comentarios que escuché sobre los resultados electorales, me impulsan a dar mis inútiles y desinformadas opiniones sobre el tema.
Para empezar, un ruego, que el Hombre de la Sexta que presenta el programa ARV, se limite a dirigirlo y no aparezca en pantalla, ahorrándonos así el estilo innecesariamente repetitivo y la gestualidad exagerada que terminan por expulsarnos de la pantalla antes de tiempo, algo hartos de su cansino estilo.
Entre los tertulianos, como siempre, hubo distintas valoraciones de los resultados, marcadas por sus posiciones ideológicas, mientras unos saludaron los resultados calficándolos de pluralidad democrática productiva, otros señalaron que el excesivo fraccionaminto del voto hará el país ingobernable y auguraron nuevas elecciones.
Otros señalaron que el empate virtual entre las fuerzas conjuntas de izquierdas y de derechas, sin alcanzar mayorías suficientes, da la llave de la investidura a los nacionalistas.
No comentaré las declaraciones de cada candidato respecto a sus resultados, ya se sabe que cada uno lleva el agua a su molino.
Estas vacaciones seguiré con atención lo que, sin duda, va a ser un proceso pos electoral complicado, pero interesante, pero no pienso pillar el teclado para comemtarlo. Vacaciones, sí. Aunque, como ya dije, las utilizaré en alguna cosa útil, por ejemplo ayudar en la cocina.
Tenemos en la despensa, en la nevera, en el congelador, casi todo lo necesario para la cena de nochebuena.
Para las entradas, va una ensalada de ahumados, como siempre, aunque este año además del salmón ahumado, pondremos mojama de atún, servido sobre un lecho de carlota y huevo cocido, rallados, para los nietos, huevos de codorniz, cocidos. Además, foi con crema de rosas y, a petición de Jordi, champiñones --aún no los hemos comprado-- con queso azul.
El vino para las entradas ya está fresco en la nevera, se trata de un Riesling que nos regaló Lola después de nuestro crucero por el Rin. Del resto de los vinos que se servirán en la cena nada se sabe, pues se va a encargar mi hijo Quique, y el es muy suyo para estas cosas.
Marisco. Este año no hay cigalas, por lo de la austeridad, si habrá una buena bandeja de gambas y algún 'rojo' que nos han pedido, todo a la plancha y, como ya es tradicional, las bocas de cangrejo real, escaldadas en agua hirviendo, no sé si cuatro, ú ocho minutos, lo tengo que mirar, lo que si nos ha dicho una vendedora de pescado del mercado central es que las descongelemos antes, porque si las tiramos al puchero sin descongelar, el centro puede quedar crudo. Vale, así lo haremos.
Llegados a este punto, pondremos un sorbete de limón. Hasta hoy no lo habíamos encontrado, pero venimos de Mercadona, ya han repuesto las faltas, y lo hemos metido en el carro.
Mientras degustamos todo esto, en el horno se estará asando, durante hora y media, la espaldita de cordero, sobre un lecho de cebolla picada, la carne bien untada con sal y pimentón, de forma que salga crujiente por fuera, y con un vaso de vino y otro de agua para que se hidrate bien mientras se asa, Encarna añade a este asado unas patatas en dados, ciruelas pasas, orejones, y a veces rodajas de manzana. Este año, oomo novedad, añadiremos un par de solomillos de cerdo a petición de los nietos, los prefieren al cordero.
El postre es un misterio, aparte de piña natural que piensa poner Encarna, mi hija Mónica ha tomado el encargo de sorprendernos. En casa no somos mucho de dulces y turrones, pero, como están los niños, pues no sabemos.
No se servirá cava, reservo la botella para celebrar, o no, la investidura, en su caso.
Total, que me voy de vacaciones del blog, pero, impulsivo e inconsecuente como soy, no les extrañe que ponga alguna otra entrada antes del fin de año.
Por si acaso, deseo lo mejor en estas próximas fiestas navideñas a todo el mundo.
Un saludo cibernauta.
En fin. Vacaciones.
LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 21 12 15.
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