viernes, 31 de marzo de 2017

31 DE MARZO

"Algunos dicen que esto, el blog, es una bitácora, un cuaderno de navegación, lo que me dá pié para titular la entrada de hoy, así, '31 de marzo', una tontería, después de que Einstein haya demostrado que cuando hablamos de lo espacial temporal, no se trata de dos realidades, sino de una sola, el espacio tiempo que, tradicionalmente, se ha tratado como cosas distintas.

Hoy he bajado al Maravillas muy temprano, antes de las ocho de la mañana, pero no había periódico, después de pedir y tomar un café con leche en taza, con el asa a la derecha, una expresión pedante de mi amigo Milara, y saborear un ron quemado, libre de alcohol, de vuelta a casa he comprado 'Levante' porque, hoy, me apetecía.

El titular reproduce una frase atribuída a Isabel Bonig, alguien que siempre me ha parecido una pescadera, mas que una persona de nivel intelectual apropiado para la política, "Ha pasado el tiempo de lamentar los errores del pasado", se le atribuye esta frase a la vulgar vendedora de pescado. No la comparto.

No conviene olvidar los errores del pasado, no vaya a ser que tengamos la tentación de repetirlos. Aquí, en España, todavía estamos instalados en el error de dar sepultura honorable al hijo de puta Franciso Franco, en lugar de haber despedazado sus restos y darlos de comer a los buitres, como se hace en el Tibet  con las clases más miserables.

Los que vivimos la experiencia de compartir cuarenta años de vida en régimen autoritario, donde casi todo estaba prohibido, no pensamos que el olvido, sin la experiencia previa de la catársis y la reparación sea una buena fórmula de superación de las atrocidades pasadas, a diferencia de lo que otras culturas, otros países, han considerado en casos parecidos.

Me consta que hay muchos colectivos implicados en la superación de nuestro pasado, por la vía de que las instituciones reconozcan, solemnemente, la verdad de ese pasado, pero yo me quiero ocupar hoy de otra cosa, de nuestra sociedad actual, en particular de la de aquí, de como, asqueados de las prohibiciones con las que vivimos aquella nefasta época histórica, ahora, muchos reaccionan con hostilidad ante el acto progresista de prohibir, cuando su ideología política está tan contaminada por aquel régimen prohibicionista, del que ellos son continuadores, a veces sin saberlo.

Yo mismo me cabreo ante la nueva furia prohibicionista de Grezzi, por el efecto de aquel lema, prohibido prohibir, sin considerar que estamos ante una situación radicalmente distinta, en la que los decretos de prohibición se dirigen al objetivo de lograr una ciudad mejor, una mejor convivencia en la que, por la vía de constreñir algunas viejas costumbres alcancemos otra nuevas, mejores para la mayoría, aunque sin duda con un cierto coste para las minorías que se sienten afectadas.

Lo paradójico de esta situación es que quienes más protestan ante las prohibiciones, son los mismos que mantuvieron un silencio culpable durante cuarenta años de excesos fascistas que culminaron a menudo con consejos de guerra, pelotones de fusilamiento, además de otras prohibiciones no  menores, como la de formalizar por parte de las mujeres ciertas operaciones patrimoniales sin permiso del marido.

Por eso, cuando escucho a estos hipócritas pro fascistas, decir que visitar nuestro pasado es abrir viejas heridas, me pregunto a que heridas se refieren, las suyas, que ya fueron honradas con lápidas y leyendas en todo el país, o las de los miles de cadáveres sacados de sus fosas para depositarlos en un columbario en el mismo lugar donde descansa, con honores, el hijo puta dictador que mandó ejecutarlos.

No se si hoy es un buen día para citar estas cosas, es 31 de marzo, un día cualquiera, no es una fecha emblemática, histórica, pero, aunque el espacio tiempo de Einstein nos diga que son una sola magnitud, el tiempo histórico no ha sido siempre el mismo, olvidarlo, sin una catársis, sin una reparación previa, no ayuda a superar las traumas históricos de un país, de una colectividad que convive en el mismo lugar, pero no sé si en el mismo tiempo."

En fin. 31 de Marzo.

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 31 03 17.

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