martes, 2 de agosto de 2016

VIEJOVEN

Me dispongo a comenzar esta página pensando que la expresión viejóven se refiere a un viejo que conserva ciertos hábitos de joven, cuando la consulta en Wikipedia sostiene lo contrario, se trata de un jóven que anticipa los hábitos de un viejo.

Tozudo como soy, sigo con mi primera intuición y, solo en el contexto de esta entrada, seguiré con mi propia definición de viejóven, un viejo que conserva ciertos hábitos de jóven.

Adopto este punto de vista, porque las visitas a las páginas del blog que revelan las estadísticas, me invitan a releer páginas recientes y antiguas, y me parece observar que esos relatos contienen ciertos hábitos de jóven, salidas diurnas o nocturnas, asistencia a actos musicales y culturales con cierta frecuencia, elementos contenidos, sobre todo, en la sección Crónicas de Viajes y Lugares, que revelan una cierta tendencia por el aprecio a la vida, en oposición a la indiferencia o el aburrimiento que caracterizan, en teoría, una actitud de viejo/viejo.

La vejez, bien mirado, es, entre otras cosas un cúmulo de experiencias, mas o menos interesantes, mas o menos amplias, que puede ser vivido de un modo mas o menos creativo y activo, con una condición previa, que a mi me parece importante, un estado de salud relativamente correcto que permita una funcionalidad razonable en las distintas actividades afrontadas en la vida cotidiana.

Por eso, la distinción entre viejo y jóven, viejóven, me parece irrelevante ante la disyuntiva salud/enfermedad.

Justo en este momento, como ayer me sucedió al terminar la página, una llamada de una amiga me informa que su marido está hospitalizado con problemas respiratorios muy graves, una secuela de un accidente que tuvo hace años cuando le cayó un coche encima.

Que mas dá que uno sea viejo, viejoven, o lo que sea, si su vida está en peligro. Si no hay un proyecto de vida, aunque sea a corto plazo, no tiene sentido pensar en escoger cual va a ser ese modelo de vida.

Esta mañana, antes de recibir esta noticia, he bajado a la terraza de La Fuente, y allí he estado conversando una hora larga con una vecina con la que, desde hace poco, comparto mesa. Solo eso, no vayan a pensar.

Es una mujer algo más jóven que yo, en sucesivas conversaciones he notado que nuestras preferencias políticas son distintas, pero nuestros amarres costumbristas a la vida son semejantes, por eso, seguramente, nuestras conversaciones son cada vez mas frecuentes, mas largas, mas placenteras.

Hoy nos hemos despedido con un lamento, por el mercado del barrio, cada vez menos visitado, pero con la euforia de saber que la cafetería La Fuente, en cuya terraza nos encontramos a menudo, no cierra en Agosto.

Y es que después de saber que el primo mexicano falleció anoche, y el amigo de tantas tardes de juego al Continental está muy grave, ambas noticias vinculadas a la condición de viejo, la energía que nos mueve a conservar ciertos hábitos de jóven se recarga y mientras el cuerpo aguante, volveremos a disfrutar, de momento, de la terraza de la Fuente, y en cuanto nos sea posible, después de la asistencia a funerales y visitas hospitlarias, volveremos a otros aspectos de la vida, en el mundo silvestre de la sierra de Utiel.

Viejóven. Si, así me considero, pero no el sentido de la definición de wikipedia, sino en el mío propio.

En fin. Viejóven.

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 2 08 16.

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