miércoles, 25 de enero de 2017

CICLOS

"Hoy les voy a hablar de Ciclos. Ojo, no de bicicletas, monociclos, ni de esos cachivaches eléctricos de dos ruedas que se ven cada vez más por nuestras calles y aceras, conducidos por personas que adoptan una postura de una tiesura, de una firmeza vertical envidiable, tampoco me voy a referir al carril bici que, por fín, nuestro tripartito, o lo que sea, parece que va a eliminar de las aceras, para colocarlo, ampliado, en las calzadas, como debe ser, sino de otro asunto, que ya traté en otra página, 'Las Crecidas del Nilo' y que, hasta cierto punto, he negado también con mi afirmación de que el tiempo es un contínuo, y nuestros vanos esfuerzos por fraccionarlo en pedazos, por nombrarlo y reonocerlo en fracciones, solo es fruto de nuestra ignorancia de las magnitudes siderales, universales.

Contradictorio como soy, hoy reconozco que, si bien el tiempo es un contínuo, eso no contradice la existencia de ciertos hitos temporales que el devenir histórico pone de manifiesto, a quien tiene la curiosidad de mirar, no solo a su alrededor, sino al pasado histórico, admitamos que tal cosa existe, aunque solo sea una convención más o menos oportunista.

Descubrí la importancia de los Ciclos, ayer, mientras tomaba un café cortado en el Trinquete de Pelayo y leía en un cartel que esa instalación deportiva, la más antigua de Europa, --decía el cartel-- data de 1.868. Mientras veía dar pelotazos a los chavales en la cancha del trinquete, pensaba que 1.868 debió ser un hito temporal excepcional, un ciclo próspero y creativo, pues, de otro modo, no se concibe que aquella iniciativa socio deportiva de construir el trinquete llegara a culminarse justo en ese año.

Un siglo después, sucedió otro excepcional hito temporal, la revolución de mayo del 68, que cambió, no solo las costumbres de toda una generación, sino las modas, la política, y hasta la concepción del mundo que se había tenido hasta ese momento.

Ahora intuyo que 2.018, va a volver a ser un hito temporal de excepcional importancia para las sociedades humanas.Basta ojear la 6 de 'Levante' de hoy, 'Un perfil psicopatológico de Tramp', escrito, nada menos que por un médico, quien afirma que Tramp es, además de narcisista, megalómano egocéntrico, y se pregunta si a este tipo le gusta hacer locuras, o es que, verdaderamente, está loco. Basta este punto de vista clínico sobre Tramp, para adquirir la razonable certeza de que 2018, una vez Tramp haya confirmado sus veleidades de gallito narcisista y misógino, será un hito temporal que recordaremos durante mucho tiempo.

Otra demostración de que los ciclos existen, es decir, una repetición --solo aparente-- de hechos, desmentida por los distintos escenarios donde suceden estas repeticiones, la constituye el reciente discurso de Aznar, un puto plagio de Ortega, pues ya aquel filósofo, que escribió tonterías como aquel librito cursi, 'Estudios sobre el amor', que no recomiendo a nadie, además de que se agotó hace muchos años, este autor tan celebrado por 'La Rebelión de las masas', también escribió, España Invertebrada, o La España Invertebrada, no sé, y ahora el musculitos Aznar que tiene más neuronas en los abdominales que capacidad creativa, se descuelga con la 'desvertebración' de España, un plagio descarado, como se vé, de Ortega, que Aznar no tiene el menor reparo en instrumentalizar, porque sabe que la memoria de las gentes está en otra cosa, y no se lo van a pillar.

Esto de los ciclos, como casi todo, es bastante relativo, que le hablen de ciclos al Imperio Romano que, pese a su lenta decadencia, dominó el mundo durante muchos siglos, con emperadores de todas las calañas, incluso, hemos de suponer, peores que Tramp, Calígula, sin ir más lejos, que le dió un cargo público a un caballo, peor de lo que puede suceder con Tramp.

Lo peor de Tramp, del ciclo que me atrevo a suponer que se acaba de abrir, y del que tengo el atrevimiento de afirmar que será en 2018 cuando sea visible en toda su terrorífica intensidad, es que no viene solo, sino acompañado de una crisis europea, cuya mayor visibilidad ahora mismo es el ascenso de los políticos xenófobos nacionalistas que, como en el otro ciclo, el que llevó a Hitler al poder tras los fracasos de la República de Weimar, demuestra que los ciclos de la democracia tienen un punto débil, se pueden colar en el poder, democráticamente, los tipos más destructivos, entendiendo el concepto de destructividad como, sabiamente, lo entendió Erich Fromm."

No me tomen demasiado en serio, en realidad, los ciclos que me preocupan ahora son los del sueño. Desde que he dejado el Psicoctrice, unas pastillas milagrosas que me hacían dormir diez horas seguidas, pero con el desagradable efecto secundario de mis erecciones nocturnas, de modo que me despertaba con un dolor de huevos que te cagas, solo duermo hasta las cinco y media o las seis. Lo prefiero a dormir diez horas y despertarme con los huevos escaldados, sí.

En fín. Ciclos.

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 25 01 17.

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