lunes, 3 de abril de 2017

SATÉLITES

"He bajado al Maravillas después de comprar un ejemplar de 'Levante', en el quiosco, un error, pues el periódico estaba disponible gratuitamente en la barra. He pedido una tónica nueva, otro error, pues mas parecía un agua mineral con gas, que una estimulante Sweeps. Ya instalado en el error, al leer en la columna del Meteo el acertado comentario de Vicente Aupí, he recordado aquellos tiempos, no tan lejanos, en los que los pronósticos meteorológicos estaban mas sujetos al error, por la ausencia de medios científicos de observación de los que ahora disponemos y que convierten las predicciones que ofrece la televisión en auténticos dictámenes que siempre se cumplen, con la sola limitación de que no pueden aventurar los cambos mas allá de unos días.

No siempre ha sido así, los que, aún estando matriculados en alguna universidad popular, ya no estamos en la edad escolar, fuimos testigos de lo que fué la información meteorológica en tiempos pasados, de sus espectaculares errores de predicción, de su incapacidad para ofrecer imágenes de la actividad atmosférica a nivel planetario, todavía no se habían lanzado al espacio los satélites artificiales que, con su capacidad de verlo todo, de fotografiarlo todo, dieron un vuelco tecnológico a la meteorología, que está en el origen de sus éxitos actuales, aunque, lamentablemente, todavía se echan en falta evacuaciones preventivas en lugares asolados por la furia de los huracanes, a cuya predicción no siempre acompañan medidas institucionales para preservar la vida de las gentes.

Aupí rinde hoy homenaje en su crónica a Bullón y el cielo heredado de Charles Messier. "...el astrónomo francés Charles Messier elaboró en el siglo XVIII un catálogo de objetos celestes que observó desde el firmamento de París. Por su aspecto difuso, en forma de nebulosa, y susceptible de confusión con los cometas..Messier pensó que su listado seria muy útil, pero nunca imaginó que realmente estaba gestando...el catálogo astronómico más popular de todos los tiempos."

No me suelo lamentar de casi nada, pero si que lamento haber nacido demasiado pronto, antes de la época que se avecina en que la navegación espacial desde los satétiles tripulados será cosa tan cotidiana como tomar un taxi ahora.

Lamento no poder disfrutar de la contemplación del planeta Tierra, de su belleza, de su activa atmósfera, desde un punto de observación que ofrecerá, sobre todo, la belleza, no el horror, desde esa perspectiva, la pequeñez de tipos como Trump será aún más patética, y quedará oculta, oscurecida, tras la belleza de lo humano."

En fin. Satélites.

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 3 04 17.

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