MILLÁS

"He bajado al café Maravas, mientras tomaba un café del tiempo y un zumo de naranja, le he dicho al economista jubilado, ¿has fichado?, con lo que, sin querer, he desatado una controversia entre los presentes sobre las nuevas normas de control de los horarios laborales.

Para salir del lío, me he puesto a hablar sobre la pesca sin muerte, ha sido peor, así que me he callado y me he centrado en la 2 de 'Levante', que estaba sobre la barra.

Aunque no llevaba las gafas de lupa, la lectura del artículo de Millás, 'De qué depende', me ha producido tal impresión, pues no he podido evitar la sensación de haberlo escrito yo mismo, que soy incapaz de resistir el impulso de reproducirlo aquí, sin permiso, íntegramente.

"A las nueve de la mañana empezó a llover dentro de mi cabeza. Afuera, en cambio, hacía sol. Salí a por el periódico... y de vuelta a casa me detuve a tomar un té en la cafetería de costumbre.--Que día tan bueno -me dijo el camarero.-Excelente -le dí la razón.-Mientras ojeaba el periódico, la lluvia interior se extendió hacia el pecho convertida en una borrasca de granizo...fuí al médico... Mientras hablábamos la lluvia arreció anegando la bóveda craneal. Apenas podía escuchar lo que me decía al doctor debido al estruendo.... Al día siguiente amaneció nublado y a eso de las nueve, cuando me disponía a salir a por la prensa, comenzó a diluviar. ...el quiosquero luchaba con un plástico con el que intentaba tapar las revistas y los periódicos. --¡Que día! -dijo. -Sí -concedí yo. Ya en casa...luego a última hora de la mañana calenté el contenido de una lata de garbanzos que acompañé con un excelente vino tinto. Me dije que todos los días de mi vida deberían ser así, pero ignoraba de que dependía"

Aunque mi intención era transcribir el artículo de Millás integro, al final me conformo con este resúmen, me parece suficiente para concluir lo que he percibido tras su lectura.

 ¿A que parece escrito por mí? Depende, ya sé.

Un saludo cibernauta.

En fin. Millás.

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 13 05 19.