lunes, 14 de julio de 2008

EL HUNDIMIENTO

He bajado al Maravillas, con las gafas de sol puestas, y al desplegar el periódico me ha sobrecogido una noticia alarmante. Se hunde la CAM. Para quien no lo sepa, la Cam es una entidad financiera de ahorro con sede en Alacant, cuya calificación de solvencia financiera fue rebajada hace unos días por una de esas firmas que cobran por dar su opinión profesional, noticia que comenté en mi página Estalvis.

Incrédulo, me he quitado las gafas oscuras y el titular se me ha aparecido de nuevo con la noticia verdadera. Lo que se ha hundido es el CAM, un velero patrocinado por esa corporación que se ha ido a pique en cuestión de minutos, a causa de un agujero en su casco.


Acostumbro a tratar la realidad con un toque de ficción porque si, porque me place, pero el peso de la realidad aliado con el tiempo se impone sobre la levedad de la ficción en las páginas de este Blog y poco a poco va convirtiendo en realidad cotidiana lo que en su origen no eran mas que fabulaciones. He dedicado al menos tres páginas del blog al tema de la salud financiera tanto de las entidades de ahorro, como de la Tesorería del gobierno de Heliópolis, --Estalvis, El Transatlántico y El Agujero-- y cada día que pasa aparecen signos que confirman mis intuiciones.


Uno de ellos ha sido la salida a bolsa de la Cam, en un intento de captar recursos para fortalecer sus equilibrios internos, al parecer algo desmejorados. Ahora se hunde su barco, con un agujero en el casco. No quisiera dejarme llevar por pesimismos infundados, pero esta imagen del barco que se hunde recuerda la del Titánic, que se fue a pique mientras su orquesta –semejante a la que ha debido disolver un grupo inmobiliario que la financiaba, a causa de su crisis-- interpretaba, imperturbable, un vals de alguno de los muchos vástagos de la familia Strauss.


En el mismo periódico que da cuenta de ese naufragio, al parecer ocurrido en aguas de El Saler, al dar la quilla de el CAM con una roca sumergida, Cruz Sierra se extiende en un artículo sobre la dudosa fiabilidad de las agencias de calificación, que al parecer no han sido del todo oportunas ni rigurosas al repartir sus certificados de nobleza de sangre financiera, pues al parecer los colocaban un poco mas a la ligera de lo que exigen las autoridades reguladoras de esas actividades y han tardado mas de la cuenta en reconocer la necesidad de modificar a la baja sus evaluaciones de solvencia.


El CAM, aún siendo lamentable su pérdida, es solo un velero, pero la CAM es el buque insignia de la Generalitat. En su momento acudió a financiar los sueños zaplanistas de Terra Mítica, que ahora andan por los despachos judiciales por no se que cuestiones de facturas falsas y fraudes fiscales, y siempre ha sido una entidad dócil a la hora de financiar los proyectos políticos de la derecha en Heliópolis, entre otros llenos de agujeros, La Ciudad de la Luz, en Alacant.


No puedo dejar de percibir este hundimiento como un hecho simbólico, con un alto contenido premonitorio, que confirma los auspicios de los augures y oráculos que consulto de vez en cuando.


Todo suena a agujero, hundimiento y naufragio en la égida política de la derecha en Heliópolis.
Cada día, los titulares de los periódicos confirman esta tendencia, convirtiendo mi tratamiento cotidiano de la realidad, trufado de ficción, en algo prosaico, desprovisto de cualquier signo de fabulación inventada, todo resulta ser, por el inexorable paso del tiempo que conduce a la decadencia, de un realismo evidente, reconocible en las noticias que, gota a gota, desde hace mucho tiempo, llenan la vasija de despropósitos financieros que las huestes de Camps han perpetrado con una insistencia inusitada, al amparo de una coyuntura económica favorable, inusualmente prolongada, con la inestimable colaboración de la CAM, que ahora ve naufragar su barco, ante su incapacidad para mantenerlo a flote.


En fin. Seguramente está próximo el momento de lanzar un S.O.S. y abandonar el barco. A nosotros, los ciudadanos que hemos contribuido con nuestros impuestos, --todos-- y a los que han votado a favor de contratar la tripulación que lo está hundiendo, nos tocará asumir los costes de reflotarlo. De eso, no hay duda alguna.


Lohengrin. 14-07-08.

En el mismo per

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