miércoles, 1 de julio de 2009

RETRATOS (5)

Cuando escribes mas de seiscientas palabras y las das al público conocimiento, invariablemente, junto con los argumentos, opiniones y experiencias contenidos en el texto, ofreces un retrato descarnado de tu ADN y de lo que el aprendizaje ha añadido a ese poso biológico, de tus prejuicios y tus preferencias. Si, además, eres un tipo con ideas retrógradas, sectario por formación y ocupación, ese perfil peligroso asoma en tu discurso, por mucho que no tiendas a decir las cosas sin aparentar. En síntesis, tu texto es tu retrato.

Es lo que pasa con quienes escribimos, también con Tomás Baviera, director de un colegio mayor universitario del Opus Dei, quien, a cuenta del Plan Bolonia, va dejando, a lo largo de su artículo 'Lo que solo la universidad puede dar' que publicó ayer Levante en la 27, pistas visibles para el lector atento que permiten la identificación del subtexto agazapado tras la apariencia del texto.

Dice Baviera que cualquier actividad intelectual pasa por saber hacerse preguntas, argumento que comparto a medias, pero cuando tiene la osadía de afirmar que hay que saber dar una respuesta consistente a esas preguntas, ahí ya me meo en los pantalones.

Después de tan trascendentes afirmaciones --Veremos que la trascendencia y el elitismo son los ejes básicos del discurso de Baviera-- vean la clase de preguntas que propone: ¿Quien es la persona con la que quiero formar mi futura familia? ¿Vale la pena arriesgarse por algo? ¿Hasta que punto me compensa decir las cosas sin aparentar? ¿Son iguales todas las formas de divertirse el fin de semana?

La sola formulación de esas preguntas hace aflorar, con una claridad meridiana, el perfil de Baviera, que empieza hablando del Plan Bolonia, y vean como en seguida desbarra hacia el proselitismo sectario, que revela su formación, sus orígenes y la dirección de sus esfuerzos intelectuales para captar nuevos adeptos, preferentemente jóvenes, para el proyecto trascendente y elitista en el que
está integrado. ¿Son iguales todas las formas de divertirse el fin de semana? No te jode. Y a ti, ¿Que cojones te importa como se divierte la gente los fines de semana?

¿Quien es la persona con la que quiero formar mi futura familia? Y, ¿Porqué cojones he de formar yo una familia, a ver? ¿Es una obligación constitucional, o que?

El procedimiento que Baviera aconseja para contestar consistentemente tan trascendentes preguntas, consiste -no se lo pierdan- en que la razón opere de un modo específico, distinto al que proporciona evidencias científicas..... --les suena?. Ese modo de razonar es el que llevó a quemar a los sabios en la hoguera y obligó a retractarse a Galileo de su idea sobre la centralidad del sol en el sistema que nos acoge.

Defiende Baviera ese modo específico, acientífico, de razonar, porque 'La vida no es un laboratorio, puesto que no es posible hacer experimentos con ella' Aquí revela Baviera la naturaleza mas honda de su personalidad, jamás ha experimentado nada, aventuras, sensaciones, tentativas, que no estuviera escrito en el condicionamiento impuesto a su persona por la secta a la que sirve, desde su mas tierna infancia.

Lo digo con conocimiento de causa. Siempre me ha gustado visitar iglesias, por mi afición a la arquitectura gótica. Me gustan, en especial, las mas antiguas y desnudas, sobre todo esas marineras que son un ejemplo de sobriedad decorativa. Esa afición me ha llevado mas de una vez a San Juan del Hospital. Quizás hace diez años, en una de esas visitas, cuando veía de pasada a través del cristal a los jóvenes recibiendo el tratamiento de lavado de cerebro de algún personaje ejecutivo de la Obra, uno de ellos fuera Baviera.

Cada vez que emplazo mi artillería dialéctica para responder a los artículos que publica Baviera en Levante, el insiste a continuación en una colaboración mas larga, aunque observo que en cada nueva entrega hace un uso mas fino de la respuesta a su pregunta ¿Hasta que punto me compensa decir las cosas sin aparentar?. La primera vez, respondí a sus insultos a quienes piensan libremente. (página La Fotosíntesis). La segunda, debió de ser algo mas liviano, formando parte tangencial de otro asunto, pues no localizo la página. Ahora, el asunto es mas grave.

Baviera termina su artículo, que empezó con el Plan Bolonia, con la siguiente afirmación. 'Y es que la sociedad sobre todo demanda personas inteligentes que sepan dirigir su vida, para que así sean después competentes para dirigir la sociedad'.

En mi libertaria opinión, la sociedad, las personas que comparten un espacio social común, no desean ser dirigidas. Solo quieren ser consultadas para dar su opinión en el sentido de si renuevan o no su confianza a quienes en puestos de responsabilidad política o económica, están para servirlas, no para dirigirlas.

Digo que este es un asunto grave, el del dirigismo trascendente y elitista que rezuma la cultura sectaria y proselitista de Baviera, porque si, andando el tiempo, llegara a ser rector de alguna universidad, el daño social que podría infligir desde esa posición influyente, sería mucho mayor que sus inofensivas colaboraciones en las páginas de opinión de Levante.

Por suerte, el retrato verdadero de este hombre, está a la vista de cualquiera que lo lea con algo de detenimiento y puede ser expuesto, --sin misericordia, es cierto-- como un aviso para navegantes.
Estos tipos, si no son desenmascarados a tiempo, pueden llegar a ser un peligro público. Luego, no digan que no están avisados.

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN.COM) 1-07-09.

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