sábado, 18 de julio de 2015

LUNA DE VALENCIA

Anoche salimos a cenar con Lola y Antoni. Llegaron a las ocho y media, como de costumbre, estacionaron su Chevrolet color naranja y comenzamos, como siempre, una romería por los restaurantes de Russafa,

Primero probamos en un restaurante con eespecialidades italianas, que no es exactamente un italiano, por la sofisticación de sus propuestas gastronómicas. No pudo ser. El personal del restaurante cenaba en una mesa de la terraza, y no parecía tener ninguna prisa por iniciar el servicio.

 Dimos una vuelta por los alrededores, al regreso la cosa seguía igual, nos asomamos a S'alat, que tiene un corralito donde, al parecer, se está fresco. Nada. El escaso número de plazas de que dispone, estaba cubierto.

Entonces, Antoni, siguiendo su rutina de siempre, comenzó a conducirnos por los restaurantes de toda Russafa hasta que, al llegar al barrio de Salamanca, como estábamos exhaustos, nos dejamos caer en la terraza del Restaurante Doce.

Mientras esperábamos que nos sirvieran, le dije a Antoni, --Oye, te has fijado que este barrio es clavado a otro de Madrid. Claro, contestó Antoni, lo construyó el mismo Marqués.

Comenzamos con unas tostadas de paté de berengenas, una enslada de tomate, tronco de atún, esgarraet, que resultó ser una pasada de texturas, sabores, con un aliño de aceite de altísima calidad. La sepia a la plancha que siguió, con un tratamiento que rozaba la perfección, con los trozos tostados por fuera y jugosos por dentro, como debe ser y el aliño típico de aquí, resultó muy bien.

 Las patatas bravas que sirvieron, no eran tales, pues no iban acompañadas de salsa brava, sino de all i oli, entendimos que era la versoón local del cocinero de esta especialidad.

 Llegados a este punto, mientras tomábamos las cervezas Alhambra que nos habían servido, nos fijamos en la luna, presente en el cielo de Valencia, en esa noche del viernes, y a mi me pareció que estaba sudando. Si, vi ese disco redondo, blanquecino y observé como de su parte inferior se desprendian chorreras de sudor y sus cráteres, esas formaciones que a veces parecen los ojos de la luna, ofrecían una expresión que parecía decir, jo!, no puedo más, esta es la noche mas calurosa de mi vida, y desapareció.

 La camarera trajo una bandeja con los huevos rotos acompañados de queso untado con foi y patatas fritas, demasiado pronto para que pudiéramos arrepentirnos y cambiar la comanda por algo mas fresquito, en una noche como ésta que damandaba otra cosa.

Al menos, lo del foi untado en el queso me ha dado una idea para la comida de hoy. No hay mal que por bien no venga. Salimos a quince pavos, y la mayor parte de la cuenta correspondió a las cervezas que nos bebimos estimulados por el creciente calor que hacía de la noche valenciana, y de su luna, un lugar tórrido.

 Luego nos fuimos, andando, para pasear la cena, hasta Glasol, para tomar un mojito. De regreso a casa, lo que siguió fué una batalla permanente contra el calor nocturno, que no cesó en ningún momento.

 Esta mañana, prontito, hemos ido al mercado de Russafa, hemos comprado unos lomos de salmón, una tarrina de foi de un especialista en virguerías, brócoli y una gambas que, les he preguntado, y no han dicho si eran o no de Dénia, pero lo parecían.

A mediodía, coceremos el brócoli, lo trocearemos, tocaremos las gambas con la plancha, sin pasarlas, haremos lo mismo con los lomos de salmón y cuando estén bien tostados por fuera y jugosos por dentro, los pasaremos ligeramente por el foi, solo para darles un toque invernal, así nos hacemos la ilusión de que ha llegado la estación fría.

A todo esto, tenemos muchas dudas de qué hacer esta noche. En Valencia, es una noche de gran fiesta, Museos abiertos, actuaciones al aire libre, conciertos y todo lo demás. Un paseo bajo la luna de Valencia por el centro hitórico no es algo a lo que debamos renunciar en una noche asÍ. Se lo he dicho a mi mujer, si quieres cogemos el bus, damos un voltio, tomamos el nocturno para regresar y nos refugiamos en casa, con el aire puesto, huyendo de las maravillas callejeras que todos anuncian, pero no hay quien pueda soportar.

 En fin. Luna de Valencia.

 LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 18 07 15.

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