jueves, 30 de julio de 2015

LAS NOCHES

El cine neorrealista, ¿o debo decir expresionista? italiano nos dejó algunas de las mejores joyas del cine en blanco y negro, La Dolce Vita, Las Noches de Cabiria, que tenian la peculiaridad de transcurrir de noche, digo yo si sería porque hacía tanto calor en Roma que si rodaban de día, se les fundían los plomos.

El Tercer Hombre fué otra película muy nocturna que incluye un plano que, a pesar de que lo vi por primera vez hace décadas, no lo he olvidado. Welles, el traficante de penicilina en la Viena de pos guerra, se oculta en el hueco de una fachada, un gato se acerca a sus pies maullando y un haz de luz ilumina al actor que aparece en el plano como si saliera de la nada.

Del cine español de la época no recuerdo películas nocturnas, El Verdugo, El Pisito, transcurrían de día, no se si porque no tenían dinero para iluminar la noche.

Las noches de Lohengrin no tienen nada de cinematográficas, hasta ahora transcurrían con una normalidad insultante. Me dejaba caer en la cama, en pocos minutos comenzaban las ordenadas fases del sueño y las noches transcurrían de una vez, sin interrupción, ni siquiera para orinar, hasta que la aparición de este verano terrible ha trastocado la vulgaridad de mi nocturnidad, obligándome a escribir esta página, para desahogarme.
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Es cierto que en la página Vampiros aventuré una cierta actividad nocturna mía, pero eso fué pura ficción. En mis últimos cuarenta años de existencia mi actividad nocturna ha sido prácticamente cero, hasta que el calor nocturno inclemente y la feria de ruídos que tengo bajo la ventana de mi habitación, en el patio de un centro de detención de extranjeros que antes no estaba aquí, juro que yo me vine a vivir antes de que transformaran un patio con palmeras en una sucursal de Guantánamo, han alterado esa paz nocturna.

Ahora me veo forzado a retomar, por el insomnio, mi actividad de vampiro que, de momento, se limita a salir al balcón, sentarme a fumar un cigarrillo, y permanecer, tras el toldo, observando la actividad de la noche urbana. 

El problema es que, la noche pasada, la peor que recuerdo en muchos años, he debido hacer eso docenas de veces, antes de conseguir conciliar el sueño. Pero ¿Que es el sueño? 

¿Que es el sueño?, que les voy a decir que Wikipedia no sepa. Un estado fisiológico de reposo uniforme de un organismo. Se caracteriza por los bajos niveles de actividad fisiológica y una respuesta menor a estímulos externos. Mentira. Consultas otras fuentes y te dicen que recientes investigaciones han demostrado que la actividad fisiológica, presión arterial, actividad neuronal medible, no son menores que en el estado de vigilia. 

¿Quien me podrá explicar  porqué yo he soñado durante décadas con grandes extensiones de lirios amarillos, en lugar de con velociraptores, por ejemplo, o porqué unos días me despierto por las mañanas empalmado, y otros no?. 

En realidad, lo que me preocupa ahora, no es el sueño, sino la falta de sueño. ¿Será el café que, bruto como soy, me tomo antes de dormir? ¿Será el ruido del cuartel, al que mi oído medio perjudicado ya no me hace inmune? ¿Será que me acuesto pensando en alguna vecina, con mas entusiasmo del normal? 

Ecléctico como soy, pienso que son las tres cosas, el café, el ruido, y la vecina, que está buenísima. La conclusión es evidente, ya que las noches son horribles, disfrutemos de los días. Me voy a la playa. Chao.

La próxima noche, nada de café, tapones en los oídos y, lo de la vecina, dejarlo para el día siguiente. 

En fin. Las Noches. 

 LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 30 07 15.

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