domingo, 19 de junio de 2016

CUENCA ÚNICA, CUENCA MÚLTIPLE

Cuando probé el agua de las fuentes de Cuenca, me pareció algo único, cuando comenzamos a descubrir su patrimonio histórico, museístico, paisajístico, gastronómico y cocktelero, Cuenca me pareció, definitivamnte, algo múltiple.

Tan múltiple como algo que contiene, a la vez, una inscripción de José Antonio Primo de Rivera con el yugo y las flechas en un edificio religioso, y una cocktelería, el Elefante, en la plaza mayor que, mientras tomas tu gin tonic elaborado con maneras de perfección, en una pantalla del local se proyectan unos vídeos increíbles, por su modernidad, que te hacen pensar que estas en Manhattan, y cuando visitas la Fundación Antonio Pérez, te encuentras en un museo de arte moderno que, una vez visitado, descubres que está a la altura de los de cualquier capital europea, con una colección que incluye a Millares, Saura y un sinfín de nombres mas del arte contemporáneo, instalada en un edificio que, por si mismo, merece una detenida visita.

Aterrizamos en Cuenca el jueves por la mañana, después de detenernos brevemente en Almodovar y ante la imposibilidad de estacionar en los alrededores del centro histórico, Lola detuvo el coche en un parking público, donde permanecio dia y medio, mientras nosotros nos deshacíamos los músculos de las piernas pateando el centro histórico, subiendo y bajando miles de escalones, pero, antes de eso, nos acomodamos en los apartamentos turísticos San Martín, donde habíamos reservado una estancia con dos habitaciones y una terraza.

La terraza merece un comentario aparte. Que terraza. Situada cerca de las casas colgadas, ofrecía un panorama, una vista, no estupenda, sino majestuosa, que comprendía las hoces de los ríos que rodean la Cuenca antigua, y al fondo ofrecía la vista de la Cuenca nueva y el paisaje de las dehesas y pinares que flanquean la carretera cuando vienes desde Valencia.

Miras a derecha o izquierda, miras al fondo, y comprendes que tantos artistas plásticos se hayan sentido fascinados por este lugar.

Félix, el hostelero que gestionaba los apartamentos, tuvo la amabilidad de hacerse con el equipaje que había quedado allá abajo, en el estacionamiento póblico y dejarlo en la puerta del alojamiento, además de facilitarnos una información muy útil sobre lugares a visitar, gastronomía local y otros consejos que resultaron muy útiles.

Una vez instalados, pudimos verificar que en el interior del apartamento había una libreta donde huéspedes anteriores habían dejado por escrito las impresiones de su estancia, todas muy favorables, lo que venía a confirmar la calificación de ese alojamiento por una empresa que califica la calidad y en una placa indica una nota de 9,2.

Habíamos traído, para el primer día, unos bocatas de casa, y los liquidamos junto a unas cervezas de bote, en la mesa de piedra, de aspecto románico, en la terraza, respirando una atmósfera limpia que, como el agua, nos pareció excepcionalmente libre de contaminantes.

A partir de ahora, prescindo del órden cronológico, y me centraré en las visitas a aquellos lugares que nos causaron una mas honda impresión. La plaza mayor, lugar donde está la catedral y el ayuntamiento, la frecuentamos muchas veces, por ser el punto de partida, para visitar la parte alta, el castillo, mas bien un torreon, y la parte baja ya alejada del centro histórico.

En la ruta al castillo está el museo de la Fundación Antonio Pérez, cuya visita nos requirió no menos de dos horas. Una verdadera y extensa muestra, muy rica y variada, de arte plástico contemporáneo que incluye además de firmas consegradas, piezas de artistas jóvenes que la fundación acoge en sus fondos, lo que hace la visita muy entretenida pues, además de lo conocido, hay mucho por descubrir.

Nuestra visita debió ser muy minuciosa, pues el segurata nos indicó al terminar, que lo habíamos hecho muy bien, prueba de que nos había estado siguiendo con la cámara de seguridad.

Terminada la visita al museo bajamos a la Plaza Mayor y después de dar un paseo, nos decidimos a entrar en el mesón San Juan, para cenar. En los diversos viajes turísticos que he realizado a lo largo de mi experiencia, he pedido muchas veces huevos rotos con patatas, pero, nunca, jamás, al pedir huevos con patatas, me habían servido cuatro huevos. Pues sí, aquí, en este restaurante, en esta ciudad, si pides huevos te sirven cuatro. Naturalmente los compartimos y yo tomé nota para preguntar en otras ocasiones,--oiga, cuantos huevos sirven?.

No se si fué esa noche, o la siguiente, cuando encendimos el televisor para ver el fútbol y vimos el partido en el que España ganó a Turquía por 3-0. No somos especialmente futboleros, pero cuando estás por ahí, cansado de subir y bajar escalones, relaja.

Lo que si estoy seguro es que la noche que vimos el fútbol, después, fuimos a Elefante a tomar un gin tonic. Ahí me quedé asombrado de la modernidad del local. No solo las técnicas de preparación de los cocktails, a la última, sobre todo los videos que se proyectaban, en particular los de Bowie, me produjeron un choque en relación al lugar donde me encontraba, el centro histórico de una ciudad donde abundan los edificios del siglo XIII, será una rareza mía, pero me dió una sensación extraña.

Continuará...

CUENCA ÚNICA, CUENCA MÚLTIPLE.

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 19 06 16.

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