viernes, 3 de junio de 2016

EL SUEÑO

Hace dos noches  tuve un sueño. Estoy seguro de que soñé, aunque no recuerdo lo que soñé, porque, en la duermevela, esa fase del sueño en la que concurren el sueño y la vigilia, me movía agitado en la cama, sin saber porqué.

Hoy, después de desayunar, he bajado al Maravillas , he ojeado 'Levante', y la lectura de las peculiares disculpas de Cañizares, cardenal arzobispo de Valencia, por sus excesos verbales y escritos contra ciertos colectivos, lesbianas, homosexuales, inmigrantes, políticos de izquierda, excusas que consisten en pedir perdón a la vez que se insiste en la ofensa, han iluminado mi recuerdo en la vigilia de lo soñado en la inconsciencia nocturna, y al acceder al blog esta mañana he comprobado que soñé haber escrito una página muy maleducada dedicada a Cañizares.

Efectivamente, no satisfecho con llamarle melón avinagrado reaccionario, representante de la Inquisición en este tiempo, luego interpreté, sin que esto sea un insulto, su preferencia oculta por haber nacido mujer, o varón con un compañero que le procurara la satisfacción anal que, al parecer, secretamente prefiere, como la causa de sus frustraciones que le llevan a atacar a estos colectivos, y a las leyes que tienden a reconocer y admitir sus singularidades, añadiéndoles sus derechos.

Ahora, ya despierto, no pienso pedir perdón a Cañizares, pues se trata de un sueño y los sueños no son del dominio de la voluntad humana. Lo que voy a añadir, si tiene como fuente esa voluntad.

Lo que ha manifestado Cañizares en relación a la evolución de ciertos grupos humanos, y su interpretación de la misma como un síntoma de decadencia de la civilización que conocemos, es el típico sentimiento de alguien que constituye en sí mismo un indivíduo decadente, incapaz de asimilar los cambios sociales y que confunde su propia incapacidad para asimilar la emergencia de esos cambios, con la descomposición social.

Individuos así, incompetentes para vivir en su época, lastrados en siglos atrás, los hay en cantidad apreciable, no solo en la Iglesia, claro, también en la vida no eclesial, la historia de este país está plagada de ellos, y el conflicto entre inmovilismo y cambio no es de ahora sino que es una constante histórica, y Cañizares solo es uno más de esos personajes, no el más sobresaliente, aunque sí el mas escandaloso, sobre todo ahora que el papa vaticano señala una senda mas tolerante para aceptar la diversidad humana.

Ver a la señora Bonig, en nombre del PP, apoyar a Cañizares, diciendo que es un hombre santo, aunque el se ha manifestado de modo contrario a esa definición, es un lamentable colofón a esta historieta de declaraciones impropias que parecen tener una razón oculta, echar leña al fuego de la hoguera pre electoral, con el fin de disminuir el apoyo social a las opciones mas o menos laicas.

Ahora que lo pienso, yo, sin querer, le he prestado mi apoyo involuntario a Cañizares, con mis furibundos calificativos en la página de ayer, aunque espero que se tenga en consideración que ha sido solo un sueño, no fué mi yo consciente, sino la ausencia de consciencia en la vigilia lo que formuló esa diatriba.

No estoy pidiendo perdón a Cañizares, nunca se debe pedir perdón por lo soñado.

En fin. El Sueño.

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 3 06 16.

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