martes, 25 de marzo de 2008

LA RESACA

He bajado al Maravillas con la resaca del fin de las vacaciones en el cuerpo y le he pedido a Tony que le enseñe el lenguaje de los signos al predicador evangelista, porque hoy está tan elocuente como siempre, pero su tono de voz molesta más. No se si la resaca vacacional me vuelve mas intolerante o es que el predicador está mas agresivo con sus prosélitos, pero hoy resisto peor las discusiones teológicas antes del desayuno.


Mi mujer está en la cama con los ojos hinchados, he debido administrarle la dosis de gotas para terminar de despegar sus párpados y tomar nota de la comanda que me ha encargado para proveer de materia prima el vacío de tundra siberiana que ofrece el paisaje desolado de la nevera.


Antes de ir al mercado he ojeado los periódicos. A mi que cojones me importa quien va a ser el portavoz de quien, es que me da lo mismo, oiga, ya votar me ha costado un esfuerzo considerable y ahora quieren que me interese por los portavoces ?, y una mierda.


En mi conciencia habita un enano cabreado que, de vez en cuando, como hoy, se manifiesta. Niño –me dice-- pero tu has visto alguien con dos dedos de frente que se interese por la portavocía de sus señorías, aparte de ellos mismos. Son como lobos medio despellejados, lanzándose dentelladas por los despojos de las mezquinas porciones de poder político. No van al gurú. No aprenden que Buda, que fue un príncipe antes de dedicarse a la santidad, renunció al poder --y a la palabra, cosa que tu no has conseguido aún por tu tendencia patológica a la incontinencia verbal-- porque desconfiaba de los poderosos, a quienes conocía muy bien, por haber nacido en su seno, y de su falsa palabrería.


Hoy, lo verdaderamente importante para mi, lo nuclear, lo esencial, es saber cuantos euros debo llevar en el bolsillo para afrontar el desafío de la compra, después de diez días sin hacerlo.


El mercado de Ruzafa también está resacoso. La de los huevos no ha salido, no están todos los puestos de verduras y en el pabellón del pescado, la poca concurrencia de vendedores indica que hay que desaparecer de allí y recurrir al congelado.


En la fruta compro kiwis y fresones. La de la verdura me ofrece unos nabos enteros para el cocido, pero yo le pido solo un trozo y acierto, porque al partir uno, su interior está podrido y se lo tiene que comer la vendedora, en lugar del comprador. Si pudiéramos ver el interior de los políticos, como el de los nabos, antes de votar, otro gallo nos cantaría. Una xirivía, un ajo puerro, un poco de apio y un ramito de perejil, una bandeja de champis, una lechuga y dos tomates completan mi acopio de verduras y hortalizas.


Después voy al fiambre. No se porqué. Yo puedo prescindir del fiambre perfectamente. Me parece poco saludable comer fiambre, después de haber comido un plato de caliente, pero tengo amigos que se dejarían matar antes que prescindir del fiambre. Se ve que lo consideran una especie de estatus social de clase media. Como lo tengo en la nota, que lo incluye más que nada por si recibimos amigos a cenar en casa, obedezco. Unas lonchas de jamón de Praga, longanizas secas, que en Heliópolis llamamos de Pascua, un par de porciones de queso, un poco de jamón serrano y un trozo de sobrasada de porc negre. Total, diecisiete pavos. La leche.


Entiendo que, si vas mal de pasta, busques en el contenedor un trozo de queso caducado envasado al vacío porque, si no has comido nada antes, de algún modo tienes que matar el hambre, pero comer fiambre, después de haber comido otras cosas, no encaja con mis necesidades cotidianas.


Terminada la compra en el mercado, de camino a casa, entro en A Bordo. Cuatro alas de raya, mas nueve gambones y unos filetes de ventresca de bacalao, para el suquet. Mañana es miércoles, pero hemos desconvocado, por la mala salud de mi mujer, la comida familiar habitual, sin embargo, no le hemos dicho nada al menor de mis hijos, el medio emancipado, y esta tarde guisaré solo en su honor el suquet de raya.


En resúmen, cuarenta pavos y pico. Ese es el aspecto de la realidad cotidiana que a mi me parece, hoy, importante, nuclear, esencial. A los portavoces, sean quienes fueren, que les den.


Lohengrin. 25-03-08.

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