En la página 'Fauna Intestinal' aventuré mi intuición de que en este mismo año se produciría un tsunami político y económico en Heliópolis, contra la opinión de Francisco Camps que, desde el optimismo de su metabolismo, ajeno a la observación de la realidad, acostumbra a declarar desde lugares lejanos, porque últimamente nunca está cerca donde podamos verle, que aquí vivimos en una Arkadia feliz y que las penurias económicas que nos afligen, por supuesto a causa del mal gobierno de Zapatero, exclusivamente, han sido superadas y estamos en trance de continuar nuestra curiosa trayectoria a la prosperidad, alimentada en el pasado por especulaciones inmobiliarias, eventos extravagantes y poco mas.
Pues bien, de repente ha aparecido una nube negra, que no es un tsunami y viene de Islandia, no de la Moncloa, y, coincidiendo con esa aparición, la decisión judicial de admitir el recurso contra el archivo del caso Gürtel, en su vertiente local, mas conocido como el sumario de los trajes, vuelve a poner un tono sombrío al futuro político de Francisco Camps a quien, uno de sus amigos del alma, --mi abuela ya lo decía, si quieres ser algo en la vida, tienes que rodearte de amigos influyentes, pero los que yo me busqué, con los que como hoy en Nazaret, solo han tenido influencia en el movimiento libertario-- le hizo el favor personal de poner blanco sobre negro que lo suyo no era cohecho, porque, para esa calificación, hace falta además de la existencia de regalos –una forma de soborno-- la contrapartida de que el obsequiado haya correspondido con favores administrativos y, claro, como Camps no firma directamente contratos –aunque es claro que tiene capacidad de influir en quienes los firman-- el puntillista magistrado puso una coma allí, quitó un punto aquí, y ordenó el archivo de las diligencias, que ahora otro tribunal va a reconsiderar.
Mientras Francisco Camps palidece bajo la sombra de la nube negra que lo amenaza, alejado de la sede habitual donde solía residir, otro amigo del alma suyo intenta cambiar su imagen y se depila para que nadie lo asocie, en adelante, con ese apelativo, el bigotes, y se hace las ingles brasileñas, con la evidente intención de pasar página al doloroso episodio periodístico que lo hizo famoso en el país entero.
Ese episodio llamado caso Gürtel que todos tratan de olvidar, eludir, minimizar, y que el levantamiento del secreto sumarial ha vuelto a poner de actualidad, no es un tsunami, pero sus efectos políticos pueden ser devastadores, a pesar de la permanente faena de manipulación de la realidad, mediante su escenificación torticera, que intentan cada día los voceros del Partido Popular, con una estrategia semejante a la de depilarse el bigote.
El país y sus dependencias judiciales, andan tan revueltos, con las querellas de los fascistas, los manifiestos en favor de Garzón, y el Estatut de Catalunya que no acaba de salir del horno, que ese ruido favorece que Gürtel no sea tema monográfico en toda la prensa, con lo que al panorama sombrío de la nube negra que planea sobre Camps, se aligera un poco, temporalmente. Aunque tampoco es flaco el favor que presta ese ruido ambiental a la percepción mas lejana y apagada de los escasos logros de la política económica del gobierno central.
Ya que hablamos de economía, puesto que en su momento aventuré la hipótesis de un tsunami político y económico en Heliópolis, hablaremos de ese tema, en su vertiente financiera. Si hemos de dar crédito a la autorizada opinión de que las cuarenta y cinco entidades de ahorro existentes en España han de quedar reducidas a veinte, por una cuestión de dimensión óptima y economías de escala, aquí, en Heliópolis, sobra por lo menos una.
La única razón por la que no se ha acometido aquí la aconsejada reestructuración de las dos mas grandes entidades de ahorro, Bancaja y Cam, debe ser porque ninguno de sus consejeros quiere levantar el culo del sillón, no vaya a ser que, como en el juego infantil, pierda su silla.
Además de ese apego al asiento de cada consejero, están las banderías de partido que compiten por el control de esas entidades, actualmente, por lo que se ve, bastante repartido entre unas y otras facciones. Con lo que les habrá costado llegar a ese consenso, no lo van ahora a deshacer, solo porque los intereses del sistema financiero y el Banco de España, lo exijan.
Si no se encuentra una formula para conciliar esos conflictos de intereses, y el gobernador del Banco de España decide intervenir, tendremos, además de un tsunami político, uno financiero, que es casi peor que el económico.
En fin. La nube.
LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN.COM) 16-04-10.
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