viernes, 8 de julio de 2016

EL VESTIDO

Estamos en verano. Estaba yo frente a la puerta del ascensor, esperando para bajar a la calle, vestido con mi incongruencia habitual, con camiseta de tirantes, pantalón largo y zapatos de invierno, cuando el ascensor ha pasado de largo, hacia las plantas altas.

Luego ha bajado, se ha detenido y, al abrir la puerta, allí estaba Amanda, a quien dediqué una página, en una fecha que no recuerdo, con motivo de la llegada del verano. Creo recordar su título, 'Amarillo Pálido', su contenido no es fácil de encontrar, entre las mas de 2700 entradas del blog, si se busca al azar, pero si se pone en la barra de direcciones la expresión 'ciberlohengrin' seguida del título, sale.

--Hola, que fresquito vas...

--Te comunico que ha llegado el verano

--Qué, a por tabaco, tan temprano..

--No, a por café...

--Yo voy al médico, tengo hora a las nueve

--No te ví ayer en el concierto...

 --Concierto, qué concierto?

 --Ayer dieron un concierto en el mercado del barrio

--Yo no voy a esas cosas, voy a mi bola..me estoy haciendo vieja

--Bueno....si insistes...a lo mejor lo consigues

--ja...que gracioso...

--Sabes, hace años te dediqué una página en el blog, aunque cambié tu nombre. Lo hice para saludar la llegada del verano.

--Sí?...cuenta

 --Al abrirse la puerta del verano de 2007, tuvimos un encuentro casual, como éste, en la calle. Tu llevabas un vestido de color amarillo pálido que se te pegaba a los pechos y a las nalgas con una intensidad turbadora.

Aquel vestido me causó tanta impresión que luego escribí un relato, imaginario, de un traslado en ascensor, tu y yo, solos, hasta la planta donde vives.

--y que contabas...

--En ese breve traslado, yo, obsesionado por tu vestido, acariciaba su textura, sin aventurarme en tu piel descubierta, solo centrándome en la textura del vestido, que ofrecía una especial sensación al tacto. En cada planta, mis exploraciones táctiles alcanzaban una mayor superficie de la prenda y eso, sorprendentemente, me excitaba hasta niveles que nunca habría sospechado..

 --y, como termina la cosa?

--Al llegar a la planta donde vives, debido a mi creciente excitación, te despojo del vestido. Tú, sales al exterior, en ropa interior, miras a uno y otro lado y, después de comprobar que no hay nadie, me haces una señal para que te siga..

Yo, después de un breve momento de vacilación, pulso el botón de bajada y desaparezco con tu vestido amarillo pálido entre mis brazos, en una clara preferencia por un idilio textil, en lugar de vecinal.

--Pues vaya mierda de relato...¿en esas cosas pierdes el tiempo?

--Bueno, he de decir, en mi descargo, que el texto original de esta historia de 2007, recibió la atención de los internautas, como muestra el comentario anónimo que alguien insertó en esa página..

 "He leído un par de textos más, pero hasta el momento este me parece el más interesante. Por ser este una especie de telepatía on-line, que refleja el abrumante calor que en estas fechas aparece un año tras otro, con ese bonito vestido amarillo pálido....Todo un placer."

Como dijo el amable comunicante anónimo, estamos en verano...y ya se sabe, en la prensa mucha paja, y en el blog, refritos. En fin.

En fin. El vestido.

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 8 07 16.

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