sábado, 30 de julio de 2016

LA BIBLIA Y EL ARCA

'Permítanme que insista', no creo en lo sobrenatural, lo mío es lo natural, lo que no impide que mantenga una amistad intermitente con un cura libertario con quien comparto, junto a otros amigos, una olla de caracoles de vez en cuando.

No creo que este pequeño desastre que seguimos llamando el mundo fuera creado por un personaje celestial, aunque si creo lo de los siete días por la chapuza que ha salido. En cuanto a las religiones, tampoco comparto que hayan ayudado a forjar el mundo aunque, ahora mismo, como en la época de la Inquisición, ver página 'La Edad Media', su uso torticero esté colaborando a destruirlo, o una parte de el, la más vulnerable.

Sin embargo, he de decir que, de algún modo, creo en los milagros. Me parece un milagro que el niño que fuí, criado en la calle, formado con una maestra particular en un lugar que era un nicho clandestino, ni siquiera una escuela, que comenzó a trabajar por cuenta ajena a los doce años, a los veintisiete accediera a la universiad, se licenciara en economía general, entonces se llamaba así, para diferenciarla de la economía de empresa, de más estrechos horizontes, hiciera un máster en auditoría financiera, y después de una dilatada experiencia laboral y profesional, se haya embarcado en este Arca de la comunicación cibernauta, con destino a ninguna parte.

Esto de la Biblia y el Arca tiene su origen en la lectura de Levante y su magazín, simultaneada con la deliciosa experiencia de un café con hielo y limón en la terraza de La Fuente, en la que hoy no sopla ni un pelo de aire.

En las páginas de opinión, la 6, Pedro López, que disimula su condición bajo el epígrafe Grupo de Estudios de Actualidad, dice, entre otras cosas, lo siguiente, refiriéndose al terrorismo islamista, sus causas y sus consecuencias,

 'Un mundo sin Dios es un mundo sin esperanza. Y un pueblo sin esperanza es un pueblo sojuzgado, sometido, obediente ante el poder de la violencia..'

A ver López, un mundo sin Dios, por principio humanista, es tan legitimo y tan esperanzador como el tuyo. Tu discurso es excluyente. Nunca he leído la Biblia, pero la lectura de algunos artículos de prensa, y la observación de los muchos metros cuadrados de solares ocupados discretamente por la Universicdad Católica, nos dan a entender a los agnósticos que la existencia de Dios puede ser convertida en una coartada para ejercer otra forma de violencia, eso sí, solo económica, sobre las clases más débiles que habitan ese mundo.

En cuanto al Arca, el artículo de Trapiello, relata en la página 10 del magazín, que en Kentucky, un estadounidense muy religioso, ha construído un Arca, la mayor construcción naval en madera de todos los tiempos, un estadio y medio de larga y alta como una casa de siete pisos, aunque habitada solo por treinta parejas de animales disecadas. Se espera la llegada de turtistas a miles, para visitar el prodigio. Lo que parece indicar, como en la Universidad Católica de aquí, un matiz de casi todas las religiones, hacer caja.

Ya se ve, por los contenidos expuestos, que me considero agnóstico. Lógico, naci en una familia laica, de pequeño me enseñaron que al cruzarme con un cura en la calle, cambiara de acera. Hubiera sido un milagro que, con esa experiencia infantil, hubiera acabado en un seminario, sin embargo, ya lo he dicho, tengo un amigo cura, aunque libertario. Me dá a mi que el papa Francisco es de la misma cuerda.

Opino, López, que en lugar de apuntar soluciones excluyentes a los problemas del mundo, deberíamos compartir nuestras formaciones, nuestras experiencias, en una misma mesa, para llegar a soluciones justas, eclécticas, de los conflictos cuyas consecuencias son comunes a todos, creyentes y no creyentes.

En fin. La Biblia y el Arca.
LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 30 07 16.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comentarios