domingo, 10 de julio de 2016

UNA NOCHE EN LA FERIA

Ayer nos llamaron Lola y Antoni, para pasar junto con nosotros una noche de feria. Heliópolis celebra su gran feria de Julio, cuyo único inconveniente, a mi parecer, es que los actos festivos se multiplican y es imposible asistir a todos.

Después de un exhaustivo estudio del programa del día 9, decidimos acudir, primero, a un acontecimiento musical en la plaza del Patriarca, y luego, al espectáculo piro musical en el río.

A las ocho y media en punto, sonó el timbre de la puerta. Eran Lola y Antoni que habían dejado estacionado previamente su Chevrolet color naranja en el mismo angulo muerto de la rotonda de la fuente, donde lo dejan siempre.

Nos fuimos caminando a la Ruzafa nocturna y en un chaflán de la calle Sueca encontramos un restaurante que dispone una carta muy extensa, con menús, listados de tapas y otras especialidades, que parecía el catálogo del Corte Inglés.

Acomodados en su terraza, trasegamos primero unas cervezas gallegas, mientras procedíamos a deliberar. El resultado de los acuerdos fueron una ensalada de queso de cabra, unos huevos con patatas que pidió Antoni, unos bocaditos de bacalao, que pedí yo, y resultaron ser idénticos al bacalao congelado que pongo en la fideuá, y unas virguerías que pidieron Lola y Encarna, además de duplicar las cervezas que, claro, mientras debatíamos cayeron enteras.

Total 48 Euros. No me pareció barato, pero tampoco excesivo. La ensalada sensacional.

Después de cener, fuimos a la parada del bus 7, que estaba allí mismo, lo tomamos y nos dejó al lado de la plaza del ayuntamiento, desde donde caminamos hasta la plaza del Patriarca, para asistir al concierto, que ya estaba empezado,

Pudimos ocupar unas sillas, separadas, y disfrutar del grupo musical, de origen alicantino, unos eran de Teulada, otros de Jávea y de por allí, y nos deleitaron con una música popular, muy bien ejecutada, y muy bien bailada, cosas de quintos y borrachos, que terminó con una Tarantela sensacional, y algunas propinas que prolongaron un poco más el final del espectáculo.

Terminado el concierto, nos planteamos adonde ir, mas que nada por las urgencias biológicas que provocaban las cerveas consumidas y nos acercamos al mercado de Colón. Allí resolvimos las urgencias, pero ante la sugerencia de quedarnos allí a tomar algo, hasta la hora de los fuegos, Antoni exigió que nos trasladáramos a Glasol, para tomar su mojito, y así lo hicimos.

Una vez allí, yo opté por un helado de Stracciatella en vaso grande, Lola y Encarna se decantaron por las tónicas y Antoni tuvo su mojito, después de esperar un rato a su preparación. Total, cuando terminamos, quedaba poco tiempo para asistir a los fuegos.

Tomamos la avenida del Regne y nos dirigimos al río, al trote, previendo que solo llegaríamos al Puente Lecquio, no al Príncipe Felipe. Al llegar al puente, los fuegos ya habían comenzado, pero solo un momento antes de nuestra llegada. Lola preguntó ¿porque le llaman Puente Lecquio?, yo lo aclaré, --Porque las gárgolas tienen una polla así de dura, como la que se atribuye al Conde Lecquio, ya sabes, la expareja de Ana Obregón.

Los fuegos artificiales duraron veinte minutos, y estuvieron llenos de efectos de color y de figuras novedosas, pero, debido a que llegamos tarde y hubimos de conformarnos con un punto de observación algo lejano, la música que acompañaba el espectáculo --piro musical-- llegaba a nuestros oídos un tanto débil, a pesar de lo cual pudimos advertir que aquello fué un gran espectáculo.

Concluyo esta crónica urbana con una reflexión. Cuando el catálogo de actos festivos y urbanos es tan intenso y extenso como estos días, lo razonable es escoger a los que quieres acudir, atendiendo a tus limitaciones, o tus preferencias.  no querer abarcarlo todo.

Si prefieres un mojito a los fuegos, pues te quedas con el mojito y ya está, no es razonable trotar por una avenida urbana, después de las doce de la noche, sabiendo que vas a llegar tarde.

Esto no es un reproche, ni mucho menos, es solo una observación, después de mas de veinte años de viajar y salir con los mismos amigos, no caben reproches, solo comentarios.

En fin. Una Noche en la Feria

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 10 07 16.

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