domingo, 11 de septiembre de 2016

CONTROL DE CALIDAD

La evolución de los sistemas productivos trajo consigo una práctica esencial para que las unidades producidas en nuestras fábricas lo fueran con suficiente garantía para el consumidor. El control de calidad. Adquieres una lámpara led, un repuesto de automóvil, un electrodoméstico, lo que sea, y lo haces con la confianza de que esa unidad ha pasado por una serie de controles que aseguran su buen funcionamiento. Otra cosa es que su vida útil haya sido programada, para garantizar al fabricante las ventas futuras por su sustitución.

Esta mañana he acudido a la tertulia de La Fuente, al regresar, he comprado Levante en el quiosco, lo estoy ojeando, y la imágen de Juan Carlos Moragues, delegado del gobierno en la Comunidad Valenciana, me ha estimulado la escritura de este artículo, pues la mediocridad de este hombre pide a gritos el establecimiento de un control de calidad más estricto para acceder a la vida política.

No es el único sujeto político que me sugiere esta idea. Nunca entenderé que el gobierno valenciano esté en manos de un señor con peluca. Alguien que no es capaz de asumir su calvicie, de mostrarla con la naturalidad de una singularidad personal que no hay porqué ocultar, no habría pasado el menor control de calidad para acceder a la política, en el supuesto de que ese procedimiento de selección estuviera vigente, junto al del voto, como, en mi opinión, debería hacerse.

La misma sensación tengo al observar el rostro de Bonig, en una mínima circunferencia en la parte inferior de la página 3. Una persona que no necesitaria de ningún control para dedicarse a la venta de pescado en un mercado, pero cuyo ejercicio político adolece casi siempre de no haber estado sujeta a un control de calidad antes de acceder a la política.

Con frecuencia leo en la prensa a sesudos analistas que comentan la mediocridad de nuestros políticos actuales, pero ninguno aporta soluciones a este problema. Es una paradoja que nuestras universidades, nuestros comités científicos, filtren las capacidades de los aspirantes a puestos más elevados, y nosotros nos conformemos con ejercer el voto, sin una selección previa de quienes van a ser votados.

En ausencia de esos procedimientos de selección previa, nos hemos encontrado con tipos como Rus, Benavent, Rato, Fabra, y una extensa lista que no conozco en su integridad. No estoy seguro de que la instauración de un control de calidad como paso previo al ejercicio de la política, eliminara del todo los errores que se han cometido, pero, al menos, podría disminuirlos, digo yo.

En fin, no basta con controlar la calidad de las bombillas, los repuestos, los electrodomésticos, si no hacemos lo mismo con quienes nos han de representar en un ejercicio, por otra parte tan noble, como  el de la política.

En fin. Control de Calidad.

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 11 09 16.

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