Hace dos semanas le llevé el coche al mecánico porque, aunque funciona, los indicadores del cuadro se han caído y no puedo saber
cuánto combustible llevo, a que velocidad voy, esas cosas, esas referencias que no piensas que sean indispensables, hasta que careces de ellas
por un azar de los mecanismos electrónicos.
El mecánico dijo, --uy, ahora están todos de vacaciones y no creo que pueda conseguir repuestos de momento, además ese coche tuyo, --un Sköda Octavia-- es un modelo muy duradero, escasea en los desguaces, la gente todavía los usa, y con los kilómetros que llevas no te aconsejo que te gastes novecientos euros en un recambio original. Mejor lo dejas aquí, pero no tengas prisa, hasta que encuentre una solución más barata.
Ayer, al salir de Mercadona, pasé por el taller, para ver si había novedades, --si quieres te lo llevas, está igual que el primer día, pero el lunes viene un especialista en electrónica al taller para solucionar tu avería, así que el lunes a primera hora lo traes de nuevo.
Pensaba dejar el coche donde está estacionado en la calle, cerca del taller, pero ha llamado Lola para que vayamos esta tarde a su casa, para
ir a cenar donde los montaditos cerca de Xúquer, y ahora me encuentro ante un dilema.
Coger el coche para estar en casa de Lola a las siete, no me parece ningún problema, pero regresar con el a casa ya anochecido, teniendo en cuenta que no veo un pijo, mucho menos en la oscuridad de la noche, y que me olvidé las gafas de ver en la casa de la sierra, me produce
una sensación de inquietud y no sé que hacer.
Hacer uso del autobús nocturno, sería una solución si tuviéramos idea de como funciona por esos barrios, pero Encarna, a pesar de que ha pensado varias veces que le pongan la aplicación de EMT en el móvil, aún no lo ha hecho, y nuestra ignorancia sobre ese asunto es total.
Tomar un taxi para volver a casa sería lo más sencillo, pero en la escala de valores urbanos de Encarna, tomar un taxi es, sencillamente,
impensable.
Otra solución sería dejarnos traer a casa por Lola y Antonio, en su Chevrolet, pero ya lo hicieron la última vez y nos sabe mal que tengan que molestarse.
En realidad, el núcleo de todo este asunto es porqué estoy escribiendo estas tonterías, tan ajenas al interés general, con las cosas que están sucediendo en el país, incendios, bloqueo político, y juro que no lo sé
Es posible que los calores del verano me hayan fundido el cerebro, la parte del cerebro orientada al interés general. Lo que no sé es si se trata de algo temporal o definitivo.
Si fuera temporal, espero que con la vuelta de las temperaturas más normales, la cosa vuelva a funcionar. Si no es así, si es definitivo,
le diré al mecánico que no arregle el coche, que lo quiero usar como sudario, si se confirma este deceso intelectual.
En fin. El Coche.
LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 9 09 16.
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