Me apetecía titular esta página, 'El largo y cálido verano', pero para no plagiar a William Faulkner, lo he dejado así. Ha sido este un verano muy cálido, para la mayoría, y muy largo para mí. En otra página he dicho que los calores de este verano me han fundido el cerebro, lo que se ha traducido en una baja productividad en el blog.
Por fin el verano ha terminado, pero no porque anoche cayera una tormenta que casi se lleva los toldos del balcón, sino porque esta mañana, voy a matricularme en el Aula de Teatro, lo que me asegura dos tardes a la semana de diversión sin límites.
Llevo varios años asistiendo a ese divertimento. En cierta ocasión hicimos un musical, 'Cantando bajo la lluvia'. Yo hice el papel de Kelly, se me rompió el paraguas, que era de una compañera y se enfadó mucho.
El año pasado hice de Neandertal, me compré una careta. Este año, si repetimos ese entremés, no necesitaré careta, me he dejado barba, se me han caído algunos dientes, de modo que ahorro en cuchillas de afeitar, en careta y en dentrífico. Bien, no?.
No sé porqué se me ha hecho el verano tan largo. Será, en parte, porque el curso pasado los trabajos en el Aula de Teatro se interrumpieron
un mes antes de lo previsto por una indisposición del profesor, algo normal entre los docentes que tienen que aguantar a alumnos talluditos,
con las dósis de impertinencia que a veces nos acompañan a algunos.
O tal vez, porque declinamos acompañar a Lola y Antonio en su crucero marítimo que comenzó en Rodas y acabó en Venecia. Encarna argumentó que ella se marea, y puede hacer cruceros fluviales, pero marítimos, no se atreve.
Luego se nos estropeó el coche, y no hemos podido ir a la casa
de la sierra tanto como otras veces.
A estas pequeñeces, se le ha añadido la brutal ola de calor que hemos padecido y, en conjunto, creo que todo eso explica mi sensación de que el verano ha sido muy largo.
Total, que esta mañana he tomado el bus 18, luego el 19, y ya estoy matriculado en el Aula de Teatro para este curso. Como ese Aula está en un barrio distante de donde vivo, he intentado aprovechar la visita para pagar la cuota de matrícula en una oficina de Bankia cercana al Aula y
así entregar esta mañana mismo el justificante de pago para dejar la matrícula confirmada.
No ha sido posible. Los señores de Bankia tienen normas muy estrictas para el pago de recibos y si llegas diez minutos después de la hora fijada, las 10 de la mañana, ya no puedes efectuar el pago.
Le he dicho al cajero, --no puede hacer una excepción, vivo muy lejos de aquí y he venido ex profeso para este trámite.
--Lo siento. La aplicación no me permite admitir el pago de recibos fuera del horario indicado.
--Pues ya podían ustedes haber puesto normas tan estrictas para evitar lo de las tarjetas black, los salarios estratosféricos de su cúpula dirigente, las preferentes, y demás robos corporativos.
El cajero se me quedó mirando, permaneció en silencio, pero se notaba que estaba pensando, --jo, porqué todos los días vienen tipos tan impertinentes por aquí...
Nada de esto tiene importancia, porque la realidad, mi realidad, es que el verano ha terminado. Este mismo mes retomo las clases de Teatro
que todos los años marcan el comienzo de mi temporada más activa, y dejo aträs el largo, cálido e inactivo verano, que este año me ha parecido mas largo que nunca.
En fin. El Largo verano.
LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 14 09 16.
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