sábado, 3 de febrero de 2018

YA ES PRIMAVERA...EN EL CORTE INGLÉS

"Confieso que me adelanto un poco a los acontecimientos, dado el clima circundante, pero, por una vez, quiero adelantarme al marketing comercial que trata de embaucar a la clientela para que compre más prendas textiles con la excusa de los inminentes cambios estacionales.

No me cuento entre esa clientela potencial, de hecho, uno de mis hijos se casa el próximo día 10, y tengo previsto asistir a su boda con un traje que compré hace más de veinte años, eso sí, de un gris perla precioso, comprado por 60.000 pelas, ¿lo adivinan? en El Corte Inglés.

Eso no obsta, sin embargo, que comparta con las grandes superficies comerciales mi fascinación por la primavera, aunque por otros motivos.

La naturaleza, con su capacidad de renovación, de transformación, aunque algo maltrecha por las actividades humanas, sigue siendo un espectáculo fascinante, que poco tiene que ver con los escaparates de Zara, C&A, y demás firmas interesadas en explotar los cambios estacionales.

 Una visita a la casa de la sierra no tardando mucho, confirmará este punto de vista con la floración del almendro, con el rumor de la cascada de agua que bajará por la montaña, producto de las nieves con las que nos asustan ahora, pese a todos los lamentos que podamos escuchar sobre el estado de nuestro hábitat, lo cierto es que la potencia renovadora de la naturaleza se impone sobre todos los pesimismos, limitaciones y acciones depredadoras que los humanos perpetramos, y es que algo tan sencillo como la rotación de la tierra indica que nada puede alterar la alternancia entre el día y la noche-

Nada puede hacer cambiar, pese a los efectos negativos de desertificaciones, sequías o episodios glaciares, la continuidad de la vida que, desde tiempo inmemorial, se ha venido adaptando a las cambiantes circunstancias del clima.

Es cierto que el clima está cambiando, que ciertas espècies se están extinguiendo, pero no es menos cierto que de otras extinciones, de sucesivas glaciaciones, la vida ha resurgido adaptada a las nuevas condiciones que la naturaleza ofrecía.

Soy consciente, como cualquiera, que algo estamos haciendo mal, provocando situaciones excepcionales cada vez mas repetidas y estoy del lado de las organizaciones y personas que luchan contra el cambio climático, pero no comparto los conceptos apocalípticos que acompañan a veces sus argumentos, porque considero que el género humano, en su conjunto, es algo demasiado pequeño para alterar la vida, en su sentido más amplio, el de algo capaz de renovarse, de regenerarse, de adaptarse, para seguir presente en cualquier hábitat, en cualquier circunstancia, en cualquier situación.

Por muy negativos que sean los efectos de las actividades humanas en su entorno, no podrán cambiar la alternancia entre el día y la noche, ni los cambios estacionales en función de la distancia al sol, aunque puedan producir la necesidad de migraciones masivas, cambios de hábitat en regiones enteras, nunca serán capaces de interferir en el hecho de que la primavera llegue al Corte Inglés, antes que a cualquier otro lugar.

Ni las amenazantes noticias de los informativos sobre la ola de frío tienen ningún efecto sobre mi sensación personal de la relativa proximidad de la primavera, la mejor estación del año pese a todos los pesimismos, porque a cualquiera que visite el campo, el monte, los ríos, en apenas mes y medio, le revelará au potencial renovador de la vida, con una potencia cromática que ningún artista plástico es capaz de alcanzar."

Por cierto, de momento, hace un frío de cojones, sí.

En fin. Ya es primavera...en el Corte Inglés.

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 3 02 18.

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