miércoles, 29 de agosto de 2007

PONIENTE

Solo quien vive cerca de la costa de Heliópolis puede tener una idea clara del terrible significado de la palabra Poniente para los habitantes de aquí. Vivir junto a una costa te sitúa en un hábitat fronterizo que cambia de manera radical según sople el viento del mar o de la meseta.

Así como el viento de tramontana en el norte de la costa catalana fue el precursor de la locura genial de Salvador Dalí, las estadísticas de incendios, suicidios y criminalidad de esta tierra están marcadas por la dirección del viento en el agosto tardío. Hoy es uno de esos días en los que el viento de poniente ha elevado las temperaturas por encima de los cuarenta y dos grados y el aire tiene una textura espesa que lo hace irrespirable.

Lo razonable en estos casos es confinarse en casa y no atreverse a salir a la calle, como aprendimos de nuestras abuelas cuando fuimos niños. Mi debilidad por el tabaco me ha empujado a olvidar ese consejo y, al pisar el asfalto, un viento abrasador ha envuelto mi maltrecho cuerpo, mientras el delirio del poniente se apoderaba de mi mente.

"Me he visto atado a un tótem, en una caverna de grandes dimensiones, en las rocosas. El anciano mas respetado de la tribu venía hacia mi y con un gesto ritual, mientras mantenía en su mano derecha una antorcha encendida, cerca del montón de leña que me rodeaba, me ha preguntado, no en su lengua, sino como si fuera un magistrado de la audiencia nacional --¿Tiene algo que declarar, antes de que se ejecute la sentencia?

La caverna, antes de que el anciano bajara el brazo, emitía una luz anaranjada como si toda ella estuviera en llamas y el calor era insoportable. Yo estaba desnudo, atado con unas ligaduras de cuero al tótem, que tenía una bonita cabeza policromada en su cúspide, aunque no me sentía en condiciones de apreciar los valores del arte étnico.

Como no sabía que contestar a la pregunta del anciano, para ganar tiempo dije, SI..

-Habla pues, que tienes que decir?

-Verá, no se de que se me acusa. Podría usted decirme porqué estoy aquí?

-La respuesta a tu pregunta está en tu conciencia. Tu debes conocer cuales han sido tus propios actos. Respóndete tu mismo. Luego, escucharé tu respuesta y si coincide con la causa de la sentencia, procederemos a ejecutarla. Si no coincide, la ejecutaremos igualmente, porque las decisiones de este tribunal son inapelables.

-Ya.....y, ¿de cuanto tiempo dispongo para esta introspección?

-Puedes tomarte el tiempo que quieras. El tormento de la propia conciencia es mas doloroso que el de las llamas...nadie ha esperado mas de una jornada para pedir el fuego...

-Entiendo.....de todos modos, lo intentaré...necesito saber porqué estoy aquí..antes de.. bueno..antes.

Me puse a buscar, sin demasiada prisa, lo admito, los comportamientos que me podían haber conducido, a lo largo de mi vida, a esta situación. Copié, si. en primaria...en secundaria....en la universidad....cuando hice el master...pero, joder, muchos copiaron y no los veo por aquí. No, será otra cosa. Pecados de la carne....bueenooo...pues como otros, supongo,....pero no los veo por aquí...sería una princesa india, aquella rubia con ojos verdes con la que me relacionaba en el chat? ...aquí tengo una duda, pero no he visto ordenadores en la caverna. El vicio del tabaco, será el vicio del tabaco.....joder, pero estos tíos fuman en pipa, no parecen unos puritanos.. En fin, repasé todos los decálogos que recordaba de la moral judeo cristiana y me pareció que había frecuentado casi todas las transgresiones, excepto la violencia física a otras personas. Entonces caí en la cuenta, los tipos que me habían atado al tótem y estaban a punto de darme fuego, no tenían pinta de seguir la moda judeo cristiana. Seguro que seguían unos estándares mas....étnicos. Asumí que sería incapaz de adivinar porque estaba allí, si no se lo preguntaba al viejo, y lo hice, sin importarme el desenlace. Me había picado la curiosidad.

-Mi conciencia no es capaz de decirme cual es la causa de mi destino. Dígamela usted.

-Hijo mío, la vida aquí es extremadamente dura y difícil. Es imposible sobrevivir sin unos fuertes lazos solidarios. Y de los guerreros se exige que sean valientes. Un guerrero cobarde pondría en riesgo la supervivencia de la tribu. Por eso castigamos con el fuego la cobardía. Tu estás aquí por cobarde, con el agravante de insolidario. Tu discurso, que hemos seguido, contiene elementos solidarios, pero tu vida, por mucho que hemos buscado, no ofrece trazas de esa conducta.

-Y la cobardía? porqué?

-Tu podrías haber sido un escritor brillante, pero tu temprana renuncia al riesgo y tu miedo al éxito, han malogrado una carrera literaria para la que te habían destinado los dioses, ofreciéndote la pulsión de la escritura de una manera generosa, que tu has desaprovechado con tu mezquindad. No solo has sido cobarde, has insultado a los dioses.

-Entonces?

-Hay que cumplir la sentencia.

El anciano acercó la antorcha encendida al montón de leña, y yo cerré los ojos."

Al abrirlos, me escuché decir, --Un paquete de Ducados, rubio,...el negro, no está a mi alcance.

Encendí un cigarrillo, para calmar la ansiedad de mi delirio. Crucé la calle, y al hacerlo, el viento de poniente envolvió mi maltrecho cuerpo, llevándose, de paso, el delirio que se alejaba de mi mente.

Lohengrin. 29-08-07

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