martes, 17 de febrero de 2009

SUSPENSIÓN DE PAGOS

El banquero más sólido de nuestro país, al parecer, se ha dirigido a las autoridades reguladoras del mercado de valores, solicitando un plazo de dos años para la devolución del importe de las participaciones en un fondo inmobiliario promovido y gestionado por sus bancos, por una cuantía que rebasa los tres mil millones de euros. Es decir, si no interpreto mal la noticia, hay una serie de particulares y empresas que metieron ahí su dinero, ahora lo quieren, y parece que tendrán que esperar, porque el reembolso de esa inversión, de momento, está suspendido.

En lenguaje vulgar y antiguo, no financiero, a esto se le llamaría, lisa y llanamente, una suspensión de pagos. Pero el lenguaje ha sufrido en los ultimos tiempos una mutación asombrosa. Aquel residuo histórico del lenguaje caballeresco que Cervantes hizo objeto de sarcasmo literario y que incluía los viejos valores de hidalguía, honestidad, fidelidad a la palabra dada, y un cierto desprecio por los bienes materiales, y que sin duda tuvo que ver con el atraso secular de España en la conquista de niveles de vida materiales que solo se han logrado bien avanzado el siglo veinte, desapareció por completo de los hábitos sociales en la España moderna.

En su lugar, los avances económicos logrados hasta alcanzar el octavo puesto en la economía mundial, que no es el mismo lugar que ocupamos en otros niveles, sociales, educativos, relativos a la transparencia en las cuentas públicas, o en el uso que hacemos del territorio, nos han acostumbrado a otro lenguaje, poblado por términos importados del mundo de las finanzas. Cash-flow, Lissing, Lissback, Hipoteca inversa, Subprime, Derivados, Dividendos, Inversión, Desinversión, Tasa de Rentabilidad Interna, Cotizaciones, Dow Jones, Ibex 35, Renta variable,Euribor, y demás. El lenguaje suele ser un fiel reflejo de los valores de las sociedades que lo usan.

Ahora, la Comisión Nacional del Mercado de Valores tiene que pronunciarse sobre el aplazamiento solicitado por uno de nuestros banqueros para la devolución de las participaciones de un fondo de inversión inmobilliaria, lo que suscita algunas preguntas.

¿Cuantos fondos inmobiliarios mas existen en el sistema financiero de nuestro país, y que importe alcanzan? ¿Cuantos inmuebles de promotores que no han podido hacer frente a sus comrpomisos han ido a parar a esos fondos? ¿Cual es la cuantía de los beneficios declarados por los mismos banqueros que ahora dicen que necesitan un plazo para devolver esas cantidades a los inversores?

Tratándose de activos inmobiliarios, uno puede entender que estén afectados por la falta de liquidez derivada del fremazo en las ventas, pero, además, los valores cotizados en bolsa han perdido, al menos, un cuarenta por ciento de su valor. ¿ Es esto a causa de la crisis, o es un efecto derivado de algo mas profundo? La crisis de los valores en los mercados financieros, no nos puede hacer ignorar que ese efecto, puede tener su origen en una mas profunda crisis de valores personales e institucionales, que están en el origen de las conductas extremas de una parte de los agentes que operan, controlan, dirigen o supervisan esos mercados.

Me da risa, a la vista de esta noticia que publica hoy “Levante”, y supongo que los demás periódicos de ámbito nacional, que los órganos reguladores de las instituciones bancarias y los mercados de valores en este país, presuman de que su actividad reguladora, mas estricta según ellos que la de otros países, es una garantía de la solidez de las instituciones financieras.

Hace falta una cara de basalto para tirarse a la pera beneficios por casi el triple de las cantidades que reclaman cobrar los titulares de ese fondo inmobiliario ahora en crisis de liquidez, y buscar el amparo de una comisión reguladora para decirles que se pongan a la cola y esperen dos años.

Si los valores de honestidad y buen gobierno no estuvieran definitivamente muertos en la sociedad de nuestro tiempo, y en el mundo financiero que la habita, los reguladores deberían intervenir no solo en ese fondo en particular, sino en todas las empresas, financieras y no financieras, controladas por el banquero que solicita ese procedimiento de “suspensión de pagos” para una parte de los activos que gestiona, hacer las cuentas en su conjunto, y determinar si la capacidad financiera del grupo permite, o no, la devolución de las cantidades que reclaman los partícipes del fondo. Si es que si, pues que paguen y ya está. Si es que no, tendremos que llegar a la conclusión de que todo eso de la solidez, la correcta regulación y el buen gobierno de nuestro sistema financiero, es pura filfa.

Esto, por lo que concierne a las noticias financieras del periódico de hoy. Ahora, para terminar, un comentario sobre las noticias que no vienen.¿ Recuerdan la polvareda informativa que armó la posible compra por Lukoil, una firma rusa, de una participación de Repsol? ¿Que ha sido de esa historia? ¿Alguien nos explicara, alguna vez, ese asunto y cual es su situación actual? Me temo que no. Por ahora, quedará como uno mas de esos arcanos misteriosos que aparecen y desaparecen de la actualidad informativa, sin que sepamos muy bien porqué.

LOHENGRIN. (CIBERLOHENGRIN.COM) 17-02-09.

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