martes, 17 de septiembre de 2013

EL TEATRO

Por fin estoy matriculado en teatro. Se lo he dicho al camata de El Botijo,  que está frente al Aula, ve avisando a los proveedores que traigan mas material, la semana que viene empezamos. La tónica, que sea Schweppes, que no sea Nórdic, que huele a perro.

Este año ha sido mas difícil, lo de la matrícula, por dos razones. Han cambiado la edila que se ocupa de estas cosas y lo ha hecho todo al revés, para que se note su presencia. He debido pasar varios filtros, el de la preinscripción, el del sorteo del orden alfabético, el de la lista de espera, la entrevista..en fin.

Para pagar las tasas no servía hacerlo en una sola oficina, ha habido que ir a una oficina por cada centro, yo, como estoy matriculado en otra cosa, he debido ir a dos oficinas, eso si de la misma entidad, tan distintas y distantes que parecian bancos diferentes.

En una me han dado un numerito, como cuando vas a la carnicería. En otra han expedido una carta de pago que no hace falta, pues en la otra no la expiden. Al dar los tres céntimos de pico a la cajera, le he dicho, tengo entendido que los van a retirar. ¿Los van a canjear por billetes de quinientos?. A la cajera no le ha hecho gracia, claro, porque se trataba de Bankia, y el personal allí no está para bromas.

(...)
La otra dificultad que he encontrado este año para matricularme en teatro es que el censo de la preinscripción se ha llenado con políticos imbéciles que necesitan mejorar su capacidad escénica para convencernos de que las pensiones van a subir, cuando van a bajar, el desempleo se frena, cuando lo que sucede es que la gente desempleada ya no se inscribe en los registros, y la economía va a dar un salto en el próximo trimestre, algo que nadie cree, pues no hace falta ser un lince para ver que vamos en dirección al pinchazo de la burbuja estacional de los servicios, aunque el centro histórico estaba aquí esta mañana lleno de turistas que han aprendido que setiembre es el mes ideal para visitarnos, transcurrida ya la molestia del ferragosto.

Olvidaba apuntar en el haber de la edila que controla esto de los centros docentes municipales que este año, como novedad, se pueden pagar las tasas por Internet, pero a mi me sacas del Blog y para esto de Internet soy un negao. 

Con decirles que ayer buscaba la ruta para ir a Guadalajara, para comer la mejor paella del mundo que, desde ayer, se hace por allí, y me salió una ruta que no transcurría por ninguna carretera conocida, o sea, que había que ir a salto de mata, o así. Renunciamos a la paella. Seguiremos con la fideuá. 

A mi esto del teatro es que me apasiona, por eso he superado los obstáculos, aunque al final me ha tocado un grupo y un horario que no son los deseados. Pienso que, con un poco de diplomacia, pronto estaré en el que quería. 

El Teatro, a diferencia de las economías de mercado, o de supermercado, que al parecer admiten la aplicación de ciertas regularidades matemáticas, no soporta ninguna ley de separación entre géneros. Así,  ayer vi a los cómicos de la Paramount, en teoría los reyes de la comedia, y puedo jurar que la mayoría de sus monólogos, fueron trágicos, no cómicos. 

La misma peculiaridad se puede observar en los discursos de la mayoría de los políticos. La dicción, el énfasis, los gestos que emplean no pretenden ser cómicos, pero sus guiones están tan mal escritos que, queriendo dar sensación de seriedad, o solemnidad, cualquier persona, medianamente formada, se parte de la risa al escucharlos. Pura comedia.

Así, entre tragarme los malos guiones de Rajoy, Floriano, Botella (ja,ja...), sin olvidar a nuestro ínclito González Pons, el rey de las promesas grandilocuentes no cumplidas, por no mencionar a otros actores pasados de moda que ya no actúan, como Camps, o al pavo real que le ha sustituído, Fabra, un auténtico galán de comedia que estaría mejor en los escenarios teatrales que en la política, o a la trágica casi griega, Rita la Fantástica, la mejor actriz de comedia de la compañía cuando va a los mercados a hacer populismo, en fin, toda la farándula impresentable que nos rodea, prefiero centrarme en el teatro de verdad, aunque sea a nivel aficionado, donde se nos enseña a improvisar y a fingir, pero de un modo creible, porque la credibilidad, eso que no tienen los políticos, es la esencia del teatro. 

En fin. El Teatro. 

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 16-09-13.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comentarios