viernes, 13 de septiembre de 2013

LA CULTURA DEL GAZPACHO

Confieso mi mas absoluta ignorancia sobre la cultura del gazpacho. Yo habia oído hablar del gazpacho andaluz, de brick, que alguna vez he consumido en verano, incluso llegué a distinguirlo del salmorejo que probé en Córdoba, en un viaje fugaz.

Del otro, del manchego, sabía por haberlo degustado, en su variante de liebre y perdiz, en una explotación vitícola de Utiel que, aunque no es La Mancha, tiene costumbres gastronómicas mas propias de Castilla La Mancha que de aquí, pero ayer comí con mis amigos libertarios en una finca de Godelleta y me sorprendieron con una modalidad de gazpacho, seguramente muy arraigada , pero que yo, en mi ignorancia, desconocía.
(...)
Cuando llegué al lugar de la cita, sobre la una, Eutiquio llevaba dos horas cociendo a fuego lento una liebre y un conejo de monte, en un caldo muy oscuro. Durante una hora mas dejó cocer la carne de caza, --la liebre se caza con perros, el conejo con escopeta, por lo que hay que tener cuidado de que su carne no albergue los restos de algún proyectil-- hasta que llegó Paco con la torta, las setas, los higadillos para la salsa y otros secretos de su invención. 

Mientras troceamos la torta, Paco preparó los demás ingredientes y el resultado fué un plato líquido, con la torta troceada, las setas y la carne de caza, que resultó tener un sabor extraordinario.

Antes de servirlo, tomamos un aperitivo de setas empanadas, aceitunas coloreadas con pimentón y chorizo, acompañado de unas cuantas botellas de tinto y también de Verdejo, el preferido de Eutiquio. 

Yo recordaba el gazpacho como un plato seco, todo lo mas meloso, pero líquido, servido como una sopa, no lo había probado nunca, así que para mi fue un descubrimiento, producto de mi ignorancia. 

No se como pasó pero, después de comer, seguramente producto del consumo de vino, se desató una viva discusión sobre las vicisitudes territoriales de este país, con gentes tan dadas a la discusión después de la comida.

No intervine. Cuando terminó la controversia, levanté la mano  para intervenir. Nuestro problema, no es de modelo territorial. Nuestro problema es que gobierna la derecha, ese es el asunto que hay que resolver, de manera urgente. Una vez resuelto, tal vez las cuestiones territoriales pierdan virulencia. 

No fue esa discusión lo que me ha motivado a escribir estas líneas, sino el reconocimiento de mi ignorancia en materia de la cultura del gazpacho, un poco atenuada, espero, después de la experiencia de ayer, gracias a mis amigos libertarios. 

El próximo día veinticuatro tenemos otra cita, para iniciarnos en la cultura del cordero, de la que tampoco se mucho. A mi me sacas de la fideuá, y de los lomos de escórpora, y lo tengo todo por aprender. 

En fin. La Cultura del Gazpacho. 

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 13-09-13.

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