jueves, 19 de septiembre de 2013

PA, OLI I SAL

Ante las estimaciones de que vamos hacia una situación de pobreza como la de los años cincuenta del pasado siglo, montados en la ola neoliberal que nos conduce hasta allí, salarios de cullidors propios de una relación esclava, malnutrición infantil, deterioro de la asistencia sanitaria, desempleo galopante, pensiones en declive y una educación dual, una para pobres, otra para ricos, parece oportuno plantearse una renovación de los menús domésticos, basada en la memoria personal de cada uno.

La mía, es rica en fórmulas alimentarias, baratas, pero sabrosas. El bocadillo de pan, untado de aceite y espolvoreado de sal, sin otros ingredientes, muy rico, por cierto, alegró las meriendas de mis juegos callejeros y, todavía hoy, aunque no tengo costumbre de almorzar, regreso a aquel sabor de mi infancia, de vez en cuando.

Encarna me cuenta que alguno de sus vecinos de infancia usaba las vainas de las habas para improvisar un hervido, otros hacían lo mismo con las peladuras de patatas. Lo de las patatas es algo mas serio pues ese tubérculo constituyó un elemento esencial de la alimentación de la Irlanda pobre, y el año en que faltó la cosecha está inscrito en los libros de historia económica como la gran hambruna irlandesa.
(...)
Estos hechos reales, históricos, vienen a demostrar que las sociedades se adaptan a la escasez, aunque esto, que fue una constante histórica hasta que se inventó el llamado estado del bienestar, debió ser mas facil de asumir por unas generaciones que venian de una pobreza endémica, que las de ahora, a las que se anuncia ese horizonte después de haber vivido una ilusión de abundancia.

Las regresiones históricas, y el tiempo que estamos viviendo podría ser la antesala de una de ellas, se caracterizan por cambios en los hábitos alimentarios de buena parte de la población, pero también por el aumento de la mortalidad infantil, y el regreso de enfermedades endémicas que se creían erradicadas, además de por una disminución de la esperanza de vida, también podría decirse por una vida perra para aquellos que sobreviven. 

Conviene aclarar que la historia no se repite y cualquiera que sea la deriva política y social de la sociedad actual no nos va a llevar a un escenario antes conocido, pero también conviene subrayar que, si el modelo histórico, como parece, tiene la forma de una espiral, lo que tenemos es una forma de explotación, la neoliberal, que si bien opera en otro tiempo, en otro escenario, no es distinta en sus objetivos de otras formas de opresión ya conocidas a lo largo de la historia.

Las sociedades humanas reaccionan de distinta manera, según el tiempo en el que viven, ante la explotación. A veces lo hacen con la sumisión, con la complicidad pasiva con los explotadores, y tienen, en ocasiones, razones para hacerlo. En España, el franquismo pudo sustituir las formas democráticas republicanas por una dictadura sin paliativos, porque la sociedad estaba cansada, agotada, desangrada, por una guerra fraticida, algunos de cuyos actores mas sangrientos busca ahora la justicia argentina, pidiendo su extradición, porque viven tranquilamente entre nosotros.

El cansancio de aquella guerra, parece querer ser sustituido ahora por el miedo y la inseguridad, como herramientas de dominación del nuevo conservadurismo salvaje, mal llamado liberalismo, que impera en Europa, imponiendo en unos países mas que en otros un nuevo paradigma social que nos lleva, claramente, a un retroceso histórico, en términos de derechos, y obligaciones, sociales. 

¿Podemos oponernos a ese reflujo que nos empuja para atrás en los tiempos históricos?. Cada uno debe reflexionar sobre lo que debe hacer. En Alemania comienzan a soplar vientos de oposición a Merkel, todavía débiles.

Es en el tablero electoral europeo donde se jugará la resistencia a la presión neoconservadora. No tengo por costumbre ir a votar, pero espero que la mayoría de ciudadanos lo haga porque, aunque las fuerzas políticas de la izquierda están debilitadas, solo pueden ser mas fuertes con el voto, y con la renovación. 

El miedo, la inseguridad, pueden y deben ser superados mediante una oposición consciente y permanente al estado de cosas en el que nos han metido.

Parafraseando a un demócrata americano que acuñó una frase muy célebre, podemos decir que las sociedades civiles que se decantan por la seguridad en perjuicio de la libertad, terminan por perder la libertad y la seguridad.

En fin. Pa, oli y sal.

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 19-09-13.

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