Escribo en el título 'Arros i bledes', en lugar de 'Arros amb bledes', para no molestar a los fanáticos del Apichat, que llevan veinte años chupando el culo a los del PP, para que no les faltan subvenciones a sus delirantes teorías lingüisticas, que han alcanzado recientemente su máxima expresión con el 'caloret' de la alcaldesa borracha, que sus concejales elevaron a la categoría de suceso artístico
poniendose un pin en la solapa con la ocurrencia de Rita.
Estos negociantes del lenguaje, cuando observan la palabra 'amb', reaccionan con extrema virulencia, pues lo consideran poco menos que un ataque imperialista de los vecinos del norte, una estrategia que les da votos desde los tiempos de Abril Martorell, porque claro, siempre
hay primos que, para defender 'lo nostre', votan a la derecha.
Se nota en el ambiente que está próximo el entierro político de la derecha municipal y autonómica, y no me refiero a los sondeos, lo noto en el barrio, por la gran cantidad de farolas nuevas que están instalando, incluso en lugares inverosímiles, un síntoma evidente de que, antes de perder el poder, se ocupan de favorecer a los contratistas afines, ante la eventualidad de no poder hacerlo después.
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Bien, después de esta entradilla, paso a ocuparme del núcleo de la entrada de hoy, el Arros amb bledes que mi mujer cocinó el domingo en la casa de la sierra. Resultó ser algo tan sublime, sublime si, que tengo la sensación de que en adelante voy a ser un adicto a ese arroz.Otras veces lo habia comido, pero nunca con la perfección de textura y sabores que alcanzó en la versión del domingo.
Trato de reconocer los elementos que llevaron a un plato corriente a ese nivel. La hierbabuena recién cortada. Las collejas, un vegetal propio
de la zona con un sabor mas intenso que las espinacas, y una textura más suave, que nunca antes habíamos añadido al plato, el sofrito, con los ajos, la cebolla, el pellejo de jamón, el tomate, el pimentón, pero sobre todo, la cantidad de caldo, que hizo que el resultado fuera un arroz meloso, mas que caldoso, el tiempo de cocción, que no llegó a los veinte minutos, en fin, un conjunto de factores que dieron como resultado
la sensación en nuestros paladares de que nunca habíamos degustado un arroz como ese.
Cuando estamos en la sierra, mi mujer y yo compartimos las labores de cocina. En Valencia también, no vayan a pensar. El sábado estofé unos garbanzos, pero el resultado, aunque añadí una buena porción de tomillo fresco al sofrito, siendo correcto, no alcanzó el nivel de lo sublme del arroz de Encarna.
La mañana en la que, después, tomamos el arroz, escuché por la radio a una especialista en nutrición y quedé sorprendido de la cantidad de factores que intervienen al procesar los alimentos para que sus características nutrientes no se pierdan en el camino.
Empeando por la congelación, que al deescongelar puede hacer que se pierdan nutrientes, la colocación en el frigorífico de los distintos alimentos, el uso de freidoras, muy desaconsejado, por las distintas temperaturas de los aceites y los alimentos que se fríen, el consejo de usar ollas rápidas, pues por el menor tiempo de cocción consiguen que los alimentos se mantengan en su integridad, al contrario que las ollas tradicionales, que exigen tiempos de cocción demasiado prolongados, en fin, todo un repertorio de factores que influyen a la hora de cocinar en los resultados de los alimentos, desde el punto de vista de sus nutrientes, o de algo tan peligroso para la salud como los radicales libres, que a veces aparecen en los procesos a que se someten, por la ignorancia del cocinero.
No quiero ponerme en plan Ferrán Adriá, solo hacer de esta entrada, por una vez, un panegírico, un elogio encendido, del Arros amb bledes de Encarna, del que me declaro adicto.
Confieso que al pensar esta entrada, suponía que iba a ir de adicciones, de tanto chorizo como aparece estos días en la tele y en los periódicos, de la codicia como una variante de la adicción, pero tanto le han dado al tema todos los medios que, la verdad, estoy un poco saturado.
En fin. Arros i bledes.
LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 21 04 15.
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