viernes, 24 de abril de 2015

CALDERETA DE CORDERO

He bajado al Maravillas y, mientras tomaba un café cortado, he dado un vistazo a Levante. Al ver unas fotos de Martínez Pujalte y Trillo he sentido unas irresistibles ganas de vomitar, aunque, para ser honesto, ignoro si ese revulsivo de mi estómago se debe a la visión inesperada de dos de los personajes mas repulsivos del PP, o a que mi grado de intolerancia al café ha llegado al máximo.

Ayer estuve compartiendo con mis amigos libertarios, en Godelleta, una caldereta de cordero, y no me pareció notar ninguna sensación de intolerancia alimentaria, solo una sed persistente que me acompañó toda la tarde, pues no estoy acostumbrado a comidas copiosas, o tal vez el compañero que guisó la caldereta se pasó con la sal, aunque mientras la degustaba yo no lo noté, solo percibí esa textura melosa de la carne guisada sin prisas, y con una acertada mezcla de especias.

Empezamos con un picoteo de fiambres que trajo Jaume, una muestra de embutidos artesanales, a cual mas sabroso, luego, Paco puso encima de la mesa una selección de tintos, del Duero, de Toro, y una sobrasada de Benisa hecha al estilo mallorquín, pues ya se sabe que hay un valle allí cerca que fue repoblado con gente de Mallorca y han hecho prevalecer sus costumbres rurales y gastronómicas importadas de la isla.

Una copiosa ensalada dio paso a la caldereta, realmente soberbia y Ximo aportó una selección de quesos de pasta y curados que redondearon la cosa, antes de que el autor de la caldereta nos regalara con un dulce cubierto de chocolate realizado por el mismo.

Ya se ve que a mis amigos libertarios les gustan los buenos vinos, y la cocina, que nada de eso está reñido con la utopía anarquista. Después de comer, se inició el debate, al que no pude asistir en su totalidad, porque tenía clase de teatro.
 .....
Por la mañana, cuando llamó Paco para invitarme a la comida, me planteé si aceptar, teniendo por la tarde el compromiso de asistir a clase de teatro, donde, además tenía que aportar unas fotocopias de un texto que se debía interpretar en el aula, o sea, que no podía llegar tarde.

Dije que sí, lo que conllevó un cierto estrés, no porque los horarios y distancias para acudir a los dos actos no fueran compatibles, sino porque mi actitud, acentuada por la edad, ante las prisas y la conducción de vehículos, genera una inquietud que, a priori, parece innecesaria. 

Se lo dije al médico amigo que va al aula en el horario anterior al mío, y me dijo, conduce mas despacio. Eso, también me genera estrés, me pongo en el carril central a cien, y por detrás me vienen empujando. En dos ocasiones, viniendo de la Pedanía de El Saler, la guardia civil me ha indicado que me pase al carril de la derecha. Se ve que voy demasiado despacio, o por el carril inadecuado.

Nada que ver con mi modo de conducir cuando tenía treinta años, que iba a ciento treinta en medio de una tormenta, por la carretera que llevaba a la Virgen de la Vega. O sea, conduzco mal, porque me he vuelto viejo, y eso, me genera estrés. 

Antes de ir al aula de teatro participé en los debates de la sobremesa en Godelleta y, después de muchas intervenciones, decidí meter baza. 

--Ya que hablamos de números, habéis considerado que el PP tiene unos ochocientos mil militantes y que, a diez amigos por militante, eso da unos ocho millones de votos? 

 --Está por ver que lo de los ochocientos mil militantes sea cierto, argumentó el compañero que había cocinado la caldereta. Otro colega, argumentó, --en el estado de descomposición que le atribuyen los medios a ese partido, es aventurado hablar de un voto unitario. 

Cuando dejé el coche estacionado al regreso de Godelleta, tomé al autobús y llegué al aula de teatro puntualmente, la sensación de estrés se relajó, pero la sed persistente continuaba. 

La clase de teatro resultó ser mas corta, porque una parte de los alumnos se iba a ver un epectáculo, pero antes, me tocó hacer de Sheriff tonto, junto a una india lista, para leer un texto algo surrealista, que concluía con una canción mejicana cantada a dúo. Nos aplaudieron, si.

Sigo sin saber si mi sensación de vómito se debía al café, o a las imágenes de Martínez Pujalte y Trillo vistas en la prensa.

 En fin. Caldereta de Cordero.

 LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 24 04 15.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comentarios