domingo, 30 de agosto de 2015

CRÓNICA DESDE EL RHIN (2)

El primer día de navegación nos dirigimos a Braubach. Es difícil describir la sensación placentera que produce en el espíritu la navegación fluvial, una fórmula de viaje casi tan antigua como el mundo, no tan diferente de la de los indígenas amazónicos surcando su gran río en sus canoas. Lo que hace semejantes ambas experiencias es el tempo, la sensación de que el tiempo transcurre de otra manera, tan distinta de la creciente velocidad de los medios modernos.

Esa lentitud convierte al viajero en un ser cuya percepción temporal vuelve a sus orígenes mas arcaicos, así tienes la sensación de navegar con destino a Braubach, con una cadencia parecida a la de los pescadores que navegaban a percha en sus barcas por l'Albufera, en otro tiempo.

Braubach (recurro a los folletos, mas que a la memoria) 'tiene una serie de monumentos que recuerdan su pasado histórico, entre otros, sus bonitas casas de paredes entramadas, la iglesia de Santa Bárbara y la torre Obertor.En el río, un jardín de rosas ofrece magníficas vistas sobre el Castillo Marlburg... etc'

Lo que si recuerdo de Braubach, aún no habíamos visitado Estrasburgo en profundidad, es que me hizo sentirme en otra cultura, un lugar donde el respeto a la belleza floral y al urbanismo tradicional es absoluto, aunque limitado al casco histórico.

Me sorprendió al visitar su iglesia principal, una escultura de un toro enorme, que parece surgir del suelo, que para nada esperaba encontrar aquí. La vista desde la terraza, junto a la iglesia, que tiene un pequeño claustro muy singular, permite contemplar las estructuras urbanas semicirculares del casco histórico, que confluyen en la plaza de la villa.

El folleto que he consultado se extiende en los detalles interiores del castillo, pero no pretendo hacer de esta crónica un catálogo de arquitectura pre renacentista así que paso a comentar mis impresiones de Estrasburgo, que visitamos más de una vez.

Los puentes de Estrasburgo. Si hay una estampa paisajística de Estrasburgo fácil de recordar, son los puentes sucesivos que cruzan el canal por el que se accede al centro histórico, todos con el mismo adorno floral, repetido una y otra vez, unos adornos discretos, a la par que elegantes, que contrastan con la superabundancia floral de nuestra ex alcaldesa en un único puente, una ostentación aquí ausente, con un resultado estético muy notable.

Nuevamente recurrro ahora al folleto, para dar otros detalles. 'Estrasburgo es la capital de Alsacia, sede del Consejo de Europa y sede del Parlamento Europeo alternando con Luxemburgo. (Ya se ve que aquí está el mogollón, pero nosotros nos movimos mas por el centro viejo, con una arquitectura tradicional muy notable) La ciudad está dominada por la Catedral terminada en 1500 (de la que no doy detalles arquitectónicos) Nuestras visitas a Estrasburgo fueron mas de cervecitas, expresos, capuchinos, y esas cosas, y paseos en medio del clima festivo de las terrazas, muy concurridas por ser fin de semana, que, no se porqué, me recordaron Monmartre.

Lo que me parece importante destacar es que Estrasburgo es la Capital de Alsacia, porque es por esa región por la que vamos a navegar.

En nuestras andanzas por el Rhin, tambien visitamos Maguncia,  Coblenza y Colonia, que merecen por si mismas una crónica aparte, pero ahora me quiero centrar en mis sensaciones subjetivas, mientras el barco navegaba por la ruta de los castillos y otros lugares de una belleza singular, antes de poner rumbo a Amsterdam para la vuelta.

Ver navegar el barco desde la cubierta superior, constatar el intenso tráfico que circula por este río, navíos que transportan gas, carbón, o áridos, otros que transportan visitantes curiosos como nosotros, te da la impresión de que estás en un entorno único, desconocido entre nosotros, navegar 600 kilómetros contemplando zonas señoriales y multitud de polígonos industriales que hacen de esta región una potencia fabril, le da a este entorno ribereño un carácter singular, pero lo mejor de todo es que al desplazarte por el río, tu sentido del tiempo cambia y te sientes obligado a decir, con Guillén, el tiempo es lujo y va muy lento.

 En fin. Crónica desde el Rhin (2) 

  LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 30 08 15.

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