miércoles, 9 de marzo de 2016

LA POLÍTICA

Repaso los contenidos del blog y compruebo que hace más de quince días que no incluyo ningún artículo sobre política, economía, esas cosas. Es cierto que he estado de vacaciones, pero, desde que he vuelto, todo han sido crónicas sobre lugares, sobre arte, sobre teatro, hasta hoy.

He bajado al Maravillas y no he leído el periódico allí, porque el evangelista ha reclamado que ese lugar, el Maravillas, debería ser solo para gitanos, yo me he vuelto con los payos, he comprado 'Levante' en el quiosco, he ojeado el artículo de Ventura Melía, con quien tuve el privilegio de asistir a la tertulia de los viernes, hasta que me cansé de ir al Mercado de Colón, publicado hoy en las páginas de opinión, 'Un nuevo interregno', que comenta la situación de interinidad política que vive el país, desde que el resultado de las elecciones generales de diciembre, casi tres meses ya, dejó un fraccionamiento del poder político que los políticos aún no han sido capaces de recomponer para servir como es debido a los electores.

Ventura Meliá, como siempre, hace gala de un sentido común periodístico que se echa en falta en otros comentadores de la actualidad política. Uno tiene su propia opinión sobre el asunto. No es tan dramática esta situación de interinidad, aunque es cierto que es nueva, si la contrastamos con el tiempo que tardó Bélgica, no hace tanto, en encontrar una fórmula de gobierno, después de sus elecciones.

No digamos si la comparamos con la inestabilidad política permanente que sufrió Italia en tiempos de Andreotti, de las alianzas entre comunistas y democristianos, mientras las Brigadas Rojas hacían fechorías en las calles de Roma.

Aquellos gobiernos inestables duraban seis meses y, durante años, la divisa de la política italiana no fué ya la interinidad, sino la inestabilidad. A quienes argumentan ahora que nuestra interinidad política comienza a ser causa de inestabilidad económica, yo les recomendaría que consultaran las hemerotecas para que comprueben que aquella larga inestabilidad política en Italia, convivió con una economía que iba como un tiro, como si el PIB fuera una magnitud independiente, sorda a la algarabía política.

O sea, todo iba sobre la marcha, el empleo, la producción, el consumo, pese al discurso catastrofista, lo que parece indicar que la influencia política sobre la economia, al menos en los espacios de libre mercado combinados con el oligopolio, es menos determinante de lo que se dice, lo que podría explicar nuestro crecimiento actual, habiendo tenido una legislatura con gente tan inútil como Rajoy.

Al parecer, la preocupación de los españoles, obtenida de los resultados de los sondeos de opinión, sobre la situación política en España, por la interinidad y la incapacidad de los políticos para resolverla, ha crecido de manera exponencial después del desacuerdo, no me gusta la palabra fracaso, en el último acto político escenificado que no sé cómo calificar.

No entiendo porqué esta preocupación. Desde mi punto de vista, que no es exactamente el de la 'misarquía' término que emplea Pedro de Silva, citando a Nietzsche, en la 30, para describir el odio al poder, sino el de mi simpatía por la anarquía en tanto que ausencia de jerarquía, pero no de poder, pues esa utopía habla del poder compartido, no del odio al poder, desde mi punto de vista, digo, que el país siga funcionando con entera normalidad desde el 20 D, a pesar de no tener gobierno, el gobierno en funciones es ausencia de gobierno, es una gran noticia que confirma que algunas utopías son posibles, aunque sea de un modo limitado en el tiempo.

Todo sigue funcionando en este país, la producción, el consumo, las exportaciones,  hasta el desempleo se comporta igual, --perdón a los desempleados, por el sarcasmo-- pese a que no tenemos gobierno, o quizás por eso. Lo que parece abundar en la idea de que la vida política es, ante todo, representación, teatral, quiero decir.

De todo este asunto de la interinidad y la inestabilidad que algunos le atribuyen, lo que mas me molesta es la actuación en televisión de algunos de sus actores. Voté a Compromís y si hay nuevas elecciones, tal vez lo vuelva a hacer, pero eso no impide que exprese mi sentido crítico por la imágen que dan quienes dan la cara en ese partido y sus socios.

En particular en Podemos, hablar de dirigentes y bases en una organización horizontal como esa que tiene su fuente en el 15M, me parece una renuncia a sus origenes. Algunas apariciones de Pablo Iglesias en el Congreso, confundiendo el debate parlamentario con el show televisivo, vienen a expresar que su formación como comunicador en programas de televisión, está por encima de una mínima experiencia parlamentaria que aún tiene que ganar.

Pese a todas estas expresiones de incapacidad política de las nuevas fuerzas parlamentarias, y a la zafiedad de Celia Villalobos con lo del culo y la higa, en mi opinión, no hay ninguna razón para preocuparse por la interinidad política en el país, tanto si se resuelve a corto plazo, como si no, ninguna consecuencia económica importante se derivará de estar sin gobierno, más bien habrá que preocuparse cuando lo tengamos, y comience a meter la pata.

En fin. La Política.

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 9 03 16.

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