martes, 22 de marzo de 2016

LA VIDA Y EL AGUA

He bajado al Maravillas, a una hora tardía de esta mañana inestable, porque yo también me siento algo inestable, sin saber porqué. Por el camino unas blandas gotas de lluvia, que han cesado enseguida, daban cuenta de esa ligera inestabilidad.

He tomado un cortado, mientras Toni recuperaba el periódico que se ha llevado un vecino, como si fuera suyo. La lectura superficial de 'Levante' me ha sugerido enseguida el título de la entrada de hoy.

En medio del fragor radiofónico del atentado de Bruselas, que he escuchado antes de bajar a la calle, la noticia del suicidio de un vecino de Valencia, de 66 años de edad, horas antes de que lo deshauciaran de su casa, es seguro que va a pasar desapercibida, por eso me he impuesto la obligación de destacarla aquí

Uno creía que la creación de Plataformas anti deshaucio, y las consiguientes negociaciones con las Entidades Financieras, además de la habilitación de espacios municipales para realojar a los deshauciados, habían atenuado esta tragedia cotidiana que afecta a cientos de miles de ciudadanos.

La cruel realidad, al parecer, se impone a lo que nos cuentan, y es que hay al menos dos vidas, la que nos cuentan sobre lo que sucede y lo que sucede en realidad. Un aspecto fundamental de la vida humana es la disponibilidad de agua en cantidad y calidad suficiente que permita ser vivida. 'Levante' lleva hoy un suplemento sobre el agua porque al parecer hoy es 'el día mundial del agua' y esto me ha recordado algo que me dijo Encarna sobre el agua que circula por nuestros ríos y por los sistemas de evacuación de aguas urbanas.

Los caudales de nuestros ríos y de las alcantarillas urbanas, son ricos en resíduos farmacéuticos, procedentes de toda clase de productos, narcóticos, antiinflamatarios, analgésicos, antihistamínicos, Stylnox, al que dediqué una página en 2008 que fué muy leída, por no hablar de la 'parafarmacia', la cocaína, por ejemplo, que suele aparecer en cantidades más abundantes en los flujos urbanos después de un período prolongado de fiestas, todos estos productos químicos cuyos residuos se excretan a través de la orina, van a parar al agua, se supone que para ser eliminados a través de los procesos de depuración.

Yo no estoy seguro de que Emarsa, la empresa pública encargada de la depuración en Valencia se encargara en su día de eliminar todas estas sustancias, mas o menos tóxicas, antes de volcarlas al mar, porque, al parecer, se ocupaban más de convertir el lodo en billetes de quinientos para que uno de sus responsables se fuera de putas a Moldavia, sin que, al parecer, haya vuelto.

Es curioso lo del escándalo de Emarsa, ahora como hay otros pasó a segundo plano, pero en el momento en que fué de dominio público, la señora Barberá tenía un sillón en ese organismo, sin que se le haya pedido responsabilidad alguna.

Estos días le he oído decir que ella no es Dios, un argumento pueril para desviar sus responsabilidades en sus puestos de gobierno, se trate del Ayuntamiento, o de empresas públicas. Entiendo que si Rita no es Dios, habremos de convenir en que, por lo menos, es una diablesa, atendido el tono demoníaco que emplea en los SMS que dirige a sus compañeros de partido que le demandan explicaciones, por la operación Taula, y por todo lo demás.

Estos temas politicos relacionados con el agua, tal vez no requieran tanta atención, de no ser porque el agua, la tierra, el aire y el fuego, son, desde tiempo inmemorial, considerados los elementos básicos de la existencia.

Aquí les prestamos atención, sobre todo al fuego, en tiempos falleros, también al agua, que impide que el fuego de los monumentos falleros se extienda a las viviendas de los vecinos. La tierra y el aire andan algo más desatendidos, a juzgar por el proceso decadente de nuestra agricultura, y por la degradación de la calidad del aire, a la que contribuyen las nubes contaminantes que suelen crecer en fallas.

Pero, visto todo esto, la complejidad del tema del agua, un elemento indispensable para la vida, lo que me conmueve verdaderamente de las noticias del periódico, es que un vecino de 66 años haya decidido terminar con su vida unas horas antes de que procedieran al deshaucio de su vivienda.

¿Tanta plataforma antideshaucio, tantos munícipes ofreciendo soluciones habitacionales, tantas ONG's, no han impedido que este hombre se quitara la vida? No sé. Tal vez se asomó fuera, vió como es la vida ahora, y no le gustó nada. Si fuera el caso, hay que respetar su decisión, por lo del libre albedrio, ¿recuerdan?.

En fin. La Vida y el Agua.

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 22 O3 16.

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