martes, 1 de marzo de 2016

CRÓNICA DE BENICASSIM .../....

"En un lugar de Benicassím de cuyo nombre no puedo olvidarme existe una iglesia cuyos interiores recuerdan vagamente a los de las iglesias marineras de la costa norte. En uno de sus muros hay una placa conmemorativa. El texto grabado en piedra se dedica al recuerdo de un antiguo párroco de la iglesia que, según reza la inscripción, murió por la caridad.

La ambiguedad, el posible eufemismo de esta expresión, permite diversas interpretaciones. ¿Pudo ocurrir que en alguna época de gran hambruna el párroco recordado prescindiera de sus alimentos en favor de otros mas hambrientos y muriera el mismo de hambre?

¿Tal vez su caridad se mostró de otra manera, en la época salvaje en que las diferencias políticas, siempre presentes en este país, se mostraron con una violencia criminal, el párroco caritativo dió asilo en su iglesia a los de un bando, y fué liquidado por los del otro?.

Imposible saberlo, solo por la lectura de la inscripción, pero quienes tenemos una cierta edad recordamos las inscripciones en las iglesias con el lema 'Gloriosos caídos por Dios y por España' a la que seguía una lista de asesinados, de la que estaban excluídas, lógico considerando quienes ponían las inscripciones, las víctimas no creyentes y no nacionalistas españolas.

Aquellas inscripciones casi han desaparecido de todos los lugares, pero la inscripción del párroco de Benicassím, podría ser una forma eufemística de perpetuarlas.

Sin embargo, yo prefiero imaginar otra causa para la muerte del párroco que conmemora la piedra. Tal vez fue un hombre santo, tan alejado de la materialidad de las cosas, tan sumamente ligero en su levedad, que una tarde en la que sopló la tramontana con la misma virulencia con la que lo ha hecho estos días, el viento lo elevó y lo dejó en la sala de espera que se destina a quienes van a ser investidos con la condición de santos, y tal vez allí sigue, en espera de que llegue su turno.

Admiro a los hombres santos, aquellos, de cualquier religión, que llegan a fundirse con el absoluto, por la naturaleza evanescente de su espíritu orientada a su amor a los demás.

Otra cosa es la organización extractiva de la iglesia católica en España, cuya cúpula ha hecho de la iglesia un refugio de pederastas y fascistas irredentos, además de prestar su palio a un dictador durante décadas, y ahora está mandada por una minoría cuyo primer objetivo es conservar sus privilegios, hacer que paguemos todos sus gastos, tanto los creyentes, como los agnósticos, apoderarse del patrimonio inmobiliario por la vía de la posesión, mezquita de Córdoba incluida, y aumentar su influencia social por medio de universidades y colegios, algunos sexistas, aunque se salvan de todo esto algunas extensiones de su organización como Cáritas y el padre Angel, que se esfuerzan en dar de comer a tanto hambriento como han dejado las minorías extractivas que han saqueado el país en los últimos años, además de Eutiquio, mi amigo el cura libertario a quien mando un saludo desde aquí"

Esto, el paseo por la calle principal de Benicassím, donde está la iglesia que ha inspirado esta introducción, sucedió el tercer día de nuestra estancia en el pueblo.

El primero, dado que llegamos por la tarde, se puede reducir a la cena que ya he nombrado en la página anterior y al bailoteo en el salón discoteca, donde pude verificar que los bailes coreografiados son los que dominan las preferenciaa del hombre orquesta que controla aquello. Como yo me he quedado en la etapa del baile agarrao, pues solo me queda el pasodoble. Si me hubieran dicho cuando frecuentaba los guateques en los primeros sesenta, bailando rock, twist, swing, esas cosas, que acabaría bailando pasodobles en el salón de un hotel, me habría reído. Si, ríete tú de lo que vas a ser capaz de hacer de mayor...ya verás.

El primer día completo de nuestra estancia en Benicassím, dimos una andada de seis kilómetros por el paseo de la playa habilitado con tarimas de madera, descansando de vez en cuando en uno de los muchos bancos dispuestos para la comodidad de los visitantes, con un tiempo espléndido y una visibilidad completa que nos permitió observar las maniobras de aproximación al puerto de Castellón de los grandes buques porta contenedores (esto creo que fue el viernes, pero lo pongo aquí, passa?)

Fue al día siguiente cuando tomamos el carril bici que nace junto al puente de la cercana carretera y después de andar un par de kilómetros llegamos al mercado, en las afueras, (bragas, no se cambian) allí fué donde me compré la camisa vaquera, 12 E. El vendedor, con aire de magrebí, (el otro día me enteré que Magreb significa Poniente) me echó un vistazo, como quien evalúa el volúmen de un camello y dijo, esta es la talla que le va. Oiga, acertó, me la puse y era mi talla.

En esa visita descubrimos la placa conmemorativa en el muro de la iglesia, pero encontramos algo aún mejor, en la calle lateral mirando la fachada del templo, comprobamos que seguía abierta la cafetería Ibiza, que conocíamos de otras visitas. Allí tomamos dos cafés cortados por 2,40, y el dueño volvió a servirnos gratis, un sandwich de jamón incluido en el precio. No me pude contener y le dije, sigues siendo el número uno de Benicassim. Gracias, contestó el.

El tiempo, hasta ahora, es excelente. Mañana tenemos programada una excursión a Peñíscola, pero eso lo dejo para la próxima entrada.

En fin. Crónica de Benicassím .../...

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 01 03 16.

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